Rugby en Villa Urquiza: el respeto, primer mandamiento

Rugby en Villa Urquiza: el respeto, primer mandamiento

Por primera vez se jugó un partido mixto en el penal de Villa Urquiza: jugadoras de Coipú participaron del amistoso entre UPAL (equipo de internos) y el club de Famaillá.

RONDA. Los jugadores de Un Pase a la Libertad agradecieron la visita de Coipú, y les obsequiaron presentes tallados a mano por Alain Ferreyra. la gaceta / fotos de analía jaramillo RONDA. Los jugadores de Un Pase a la Libertad agradecieron la visita de Coipú, y les obsequiaron presentes tallados a mano por Alain Ferreyra. la gaceta / fotos de analía jaramillo
08 Diciembre 2019

Desde su nacimiento como equipo de rugby, hace tres años, UPAL (“Un Pase a la Libertad”) ha recibido en su cancha del penal de Villa Urquiza la visita de muchos clubes y hasta la del seleccionado tucumano. Sin embargo, la de Coipú, que tuvo lugar ayer por la mañana, no fue una más. El club de Famaillá incluyó jugadoras de su equipo femenino en la delegación para que participen del amistoso. Fue la primera vez en la historia que se jugó un partido mixto de rugby en la cárcel, lo que representa otro paso hacia adelante en la evolución del programa implementado en 2016.

“Es algo atípico, nunca visto. Me lo propuso la gente de Coipú y me pareció una gran idea. Fue un desafío nuevo para este proyecto, y salió espectacular. Hubo un gran respeto”, destacó Patricio Perondi, que lleva adelante el programa “Un Pase a la Libertad”.

PARA LA FOTO. Gracias al programa, ha mejorado significativamente la relación entre internos y guardias. PARA LA FOTO. Gracias al programa, ha mejorado significativamente la relación entre internos y guardias.

“Los muchachos sabían que a las chicas las tenían que respetar como si fueran sus madres o sus hermanas. Y así fue. Eso lo que quisiera que la sociedad vea: que a través de los valores del rugby se van consiguiendo cambios, al punto de que pudieron jugar mujeres. Vinieron familias con niños y no hubo ningún tipo de problema”, resaltó Perondi.

Dos y dos

Luego de dos tiempos en los que se enfrentaron los equipos masculinos, hubo un tercer tiempo en el que se incorporaron cuatro jugadoras de Coipú: Soledad Obeid y Eugenia Varela jugaron para su club, mientras que Camila González y Celeste Villacorta se pusieron la camiseta amarilla de UPAL.

“Cuando me contaron de la visita al penal me parecio fantástico. Me llamaba mucho la atención eso de que funcionara un equipo aquí y de lo que significaba para ellos jugar, era como estar un día en libertad. Resultó una gran experiencia”, opinó Camila.

“Estaba ansiosa por venir. Nunca había entrado a una cárcel y tenía intriga por ver cómo era todo. Me gustó mucho la experiencia y ojalá se repita algún día”, dio su impresión Celeste.

“En Coipú siempre pensamos en hacer cosas diferentes. Y esto nos pareció una buena propuesta para compartir con las familias de los jugadores. Vinieron esposas, novias e hijos. Como uno de los primeros clubes de Tucumán que tuvo rugby femenino, nos parecía importante incluirlas en esta visita. Creo que resultó en una gran experiencia para todos”, aportó Arturo Felipe, presidente y uno de los fundadores del “roedor” de Famaillá.

APLAUSOS. Las jugadoras que hicieron historia: Camila, Celeste, Soledad y Eugenia APLAUSOS. Las jugadoras que hicieron historia: Camila, Celeste, Soledad y Eugenia

Esteban Saracho, subsecretario de Asuntos Penitenciarios, destacó: “Los internos se preparan mucho para estos partidos. Ellos saben que para mantener el privilegio de jugar, deben mantener una buena conducta. También se fomentan actividades artísticas, como pintura o dibujo. Se está trabajando para que en el futuro podamos recibir equipos de internos de otras provincias y concurrir nosotros adonde seamos invitados”.

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