Estreno en Argentina: Arnaldo André se ubica detrás de cámara

Estreno en Argentina: Arnaldo André se ubica detrás de cámara

El actor paraguayo presenta su ópera prima, “Lectura según Justino”, un relato autobiográfico de su vida en el pueblo donde nació.

DIRECTOR. André cuenta su propia historia en el cine.  DIRECTOR. André cuenta su propia historia en el cine.
29 Noviembre 2019

“Pobre diabla”, “Piel naranja” y “Amor gitano” lo ungieron como el galán de las telenovelas argentinas entre los años 70 y los 80. Luego incursionó, con el lustre de su nombre y con éxito, en el teatro y en el cine. Arnaldo André siempre trabajó como actor.

Ahora, a los 76 años, cambió el lugar de trabajo y se ubica detrás de cámaras para encarar la dirección cinematográfica. Su debut tiene lugar con el estreno de su ópera prima “Lectura según Justino”, coproducción argentino-paraguaya que se estrenó ayer en Buenos Aires, informa Télam.

Se trata de un relato autobiográfico, y narra parte de su adolescencia en San Bernardino, el pueblo donde nació, vecino de Asunción. Concreta un viejo sueño de mostrar algo de su infancia, como parte de una trama que revela una segunda historia de amor y muerte.

Para realizarla, y en virtud de que su acción tiene lugar en San Bernadino, y a orillas del lago Ypacaraí en 1955, a principios de la dictadura de Alfredo Stroessner, necesitó un gran equipo binacional tanto delante como detrás de las cámaras, que recuperara aquellos tiempos y que lo hiciera con un talento que ya fue reconocido en varios festivales.

La historia muestra al pequeño Justino, un niño casi adolescente, alumno de un colegio donde también se enseña alemán, que además es cartero, lo que le permite conocer mejor a sus vecinos, incluso a un oficial nazi superviviente de la guerra al que le servirá de mensajero.

El elenco y la historia

Para los papeles centrales, André eligió al niño Diego González, que encarna a su alter ego; Julieta Cardinali es su profesora de alemán; Mike Amigorena es el oscuro Joschka, junto a Celso Franco y Edgardo Moreira, entre otros.

La fotografía es de Hugo Colace; la edición es del recordado César D’Angiolillo; el sonido, de José Luis Díaz y la música la compuso Derlis A. González.

La figura clave de la historia es el chico que encarna a Justino, actor que ahora tiene seis años más que al comienzo del rodaje, en 2013, y que estudia medicina en su país.

Según explica el director, “hicimos un llamado para el casting del niño protagonista, sus hermanas y sus amigos, con el apoyo de una compañía de telefonía celular, con largas jornadas, con más de trescientos chicos, y me vine a Buenos Aires sin haber elegido a Justino”, recuerda. “Pasaron seis meses y lo rescaté a Diego. No me caben dudas de que es él, me dije una y otra vez, y no me arrepiento”, dice, y recuerda cómo fue la búsqueda de los personajes adultos.

“Sin haber trabajado con ella, recordé que Julieta Cardinali podía dar perfectamente el look de profesora alemana, y a ella le fascinó el guión”.

Para el personaje del alemán misterioso que envía esquelas a la profesora usando como intermediario, André convocó a Amigorena: “fue una elección perfecta, y además Mike me confesó que tenía facilidad para imitar acentos. Los dos tuvieron un coach por el tema del acento alemán”.

A André se lo ve muy satisfecho con el trabajo terminado y con el estreno en Argentina. “Fue un rodaje de tres o cuatro veces cada toma. No se necesitó repetir mucho. Todos entendieron bien cuál era la idea, hasta en los mínimos papeles, y eso se ve en el resultado”, asegura.

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