Festival de Mar del Plata: el film de un tucumano en competencia internacional

Festival de Mar del Plata: el film de un tucumano en competencia internacional

“Planta permanente”, de Ezequiel Radusky, es una de las tres películas argentinas que participa en la importante instancia de la muestra marplatense.

EMPLEADAS DE LIMPIEZA. La tucumana Liliana Juárez y la marplatense Rosario Bléfari encabezan el elenco.  EMPLEADAS DE LIMPIEZA. La tucumana Liliana Juárez y la marplatense Rosario Bléfari encabezan el elenco.

La película “Planta permanente” del realizador tucumano Ezequiel Radusky será uno de los tres filmes argentinos que participará de la competencia internacional del Festival de Mar del Plata. Protagonizada por Liliana Juárez y Rosario Bléfari, es una comedia melancólica sobre dos trabajadoras de la administración pública. Se proyectará el viernes y el sábado en el Teatro Auditorium. Los otros dos títulos son “Los sonámbulos”, de Paula Hernández, con Érica Rivas, Marilú Marini y Luis Ziembrowski, y “El cuidado de los otros”, de Mariano González, con Sofía Gala Castiglione y el propio director. 

En diálogo con LA GACETA, Radusky comentó que la idea de “Planta permanente” empezó a gestarse después de haber hecho junto a Agustín Toscano “Los dueños”, donde trataba el conflicto de clases entre patrones y peones. “Yo empecé a pensar si no había un conflicto que iba en paralelo al tradicional de ricos contra pobres y a preguntarme si el conflicto de pobres contra pobres, o de trabajadores contra trabajadores no era tal vez uno de los verdaderos cánceres de nuestra sociedad”, dijo Radusky.

- ¿Se basó en experiencias personales?

-Sí. Yo trabajo en la administración pública desde 2006, conozco y soy parte de eso. En una ocasión, en Cultura se produjo un conflicto que sirve como ejemplo. Una compañera cocinaba desde su casa y nos vendía los menúes a los demás empleados. Un buen día le dieron la posibilidad de poner una cantina, cosa que me pareció muy positiva para no tener que salir a la calle a comprar. Pero al mes, por alguna razón las autoridades decidieron cerrarla. La imagen de ver la cantina, soñada por todos, cerrada durante meses, me pareció muy terrible y metafórica. Esa historia me inspiró muchísimo.

- Se dice que la planta del Estado está sobredimensionada.

- Soy un defensor del empleo público en tanto esté bien coordinado. Trabajé en diferentes reparticiones del Estado provincial, he tenido diferentes jefes, algunos excelentes y otros un desastre. No creo que el empleo estatal sea el problema sino alguna gente que la maneja. El paradigma de la estabilidad me parece importante, es un derecho de los trabajadores. En el empleo público el trabajador tiene derechos que lo resguardan más contra el maltrato, que en el ámbito privado. Yo trabajé en un videoclub donde el dueño era maltratador y al que no le gustaba se tenía que ir. Por eso no estoy a favor de la descalificación del sistema público, que dignifica al empleado. El discurso neoliberal lo tilda de “ñoqui” y apoya la desregulación en la actividad privada.

-¿Hay una metáfora de la sociedad?

- En el espacio de la administración pública observé ciertos comportamientos que en el resto de la sociedad se reproducen a una escala mayor. El ascenso de las clases bajas genera resquemor en los estratos medios. En la administración, muchas veces molesta que un empleado de categoría baja sea promovido o tenga la posibilidad de adquirir algunos bienes. A nivel país, que haya surgido por el voto popular un gobierno que empobreció a todos, tiene que ver con esos resentimientos frente a las mejoras que habían recibido las clases marginadas.

- ¿Fue difícil filmar en las actuales condiciones económicas?

- Muy difícil. La película estaba programada para filmarse en seis semanas, lo pudimos hacer en cuatro. El esfuerzo de la productora, del elenco y el equipo técnico fue increíble. Estamos todos muy ansiosos por que termine la actual gestión, para poder recuperar el Instituto Nacional de Cine (Incaa), que ha sido muy herido. Hubo muy poca presencia argentina en estos cuatro años en festivales internacionales y hubo rodajes muy chicos. Las únicas producciones que filman más de cuatro semanas son de productoras privadas y de megaproductoras. Eso le hace mucho mal a la cinematografía nacional, que se caracteriza por tener un discurso plural y un federalismo que necesita del apoyo del Estado.

- ¿Cuándo la podremos ver en Tucumán?

- Creo que va a ser en simultáneo con el estreno comercial en todo el país, que está pensado para principios del año que viene. Todavía no tenemos fecha precisa. Creo que la película no tiene tanta tucumanidad como había en “Los dueños”, porque en su mayoría los actores no son tucumanos. El personaje de Liliana Juárez es de una persona que vive en La Plata. En consecuencia el habla de los personajes no suena a tucumana, tampoco las fisonomías ni el humor son los típicos de la provincia, que son las cosas que hacen a la tucumanidad, no los paisajes. Más que la geografía importa que sean historias que sean de aquí, con actores tucumanos. Eso le da la particularidad.

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