“Urge hacer un Indec de la inseguridad”

Sabina Frederic, doctora en Antropología Social y experta en seguridad, considera que urge hacer “un Indec de la seguridad” para enfocar el problema de la violencia en el país. Junto a Alejandra Otamendi, experta en estudios estadísticos, como asesora del Frente para Todos en estos temas, estuvo en Tucumán en una jornada con funcionarios del Ministerio de Seguridad y altos mandos policiales, para analizar los desafíos de la provincia, que tiene desbordados los problemaa de la violencia callejera y los homicidios.

- ¿Cuáles son los desafíos en la seguridad en este momento?

- Tienen que ver con reducir al máximo los delitos, sobre todo los violentos; tener un mayor control de los mercados ilícitos, que han crecido en los últimos años; pero sobre todo bajar la tasa de victimización y aumentar las denuncias. Lo que al Estado argentino le pasa es que sólo tiene registro del 30% de los delitos que se cometen porque hay un 70% de cifra negra.

- ¿Es normal la cifra negra o particularmente alta?

- No. Es particularmente alta porque hay una cierta desconfianza en las autoridades y porque hay una desconfianza en lo que la Justicia puede hacer con esa denuncia. Me parece que hay que definir prioridades. Tenemos esta situación, se han incorporado muchos temas al campo de la seguridad que antes eran tratados por otras áreas. De hecho unos años atrás no había ni secretaría de Seguridad ni ministerio en el Estado argentino. Creo que hubo un énfasis extremo en la lucha contra el narcotráfico; se han perseguido consumidores, traficantes en pequeña escala…

- Una de las cosas que el Gobierno nacional esgrimió como fundamentales y positivas es encarar la lucha contra el narcotráfico y pedir que se adhieran a la ley de narcomenudeo. Sin embargo, el último informe de la Procunar dice que se han perseguido más adictos que traficantes…

- El crecimiento de causas contra consumidores es altísimo; eso genera además un gasto enorme. Muchas de esas causas se caen. Hay una caída como del 60% de los expedientes que se inician por consumo que no prosperan por distintas razones. Estamos atacando un problema de salud con una buena dosis de represión. Con lo cual que hay una especie de desorientación del Estado hacia dónde tiene que ir. No estamos diciendo que no haya que combatir el tráfico de droga, pero no de esta manera. El Estado argentino está haciendo una inversión de sólo el 5% en prevención, capacitación y tratamiento de adictos. El 95% restante está orientado a la represión. Y claramente el problema no se ha resuelto. Un informe de la Sedronar de 2017 muestra que se triplicó el consumo de marihuana, se duplicó el consumo de cocaína, aumentó el consumo de pastillas y además la gente percibe que hay más fácil acceso a las drogas. Entonces lo que se ha hecho hasta ahora evidentemente no ha funcionado.

- La imagen del Gobierno nacional en la lucha contra el narcotráfico es positiva. El presidente electo Alberto Fernández le dijo a Mauricio Macri que era marketing… ¿La gente tiene la percepción de que se está persiguiendo al narco?

- Sí, pero es una percepción que no está fundada. Lo que ha hecho el Gobierno actual es informar acerca de los decomisos. Hay una espectacularización de los procedimientos y de los decomisos. La mayor parte de los decomisos son de marihuana, de drogas blandas y no de drogas duras. Y no tenemos datos -solamente los que aporta el Ministerio Público Fiscal- de efectivamente cuál es la participación de las personas detenidas en el negocio. Y después, insisto, hay un dato claro que es la Sedronar en el informe de 2017, hecho por esta misma gestión, muestra que se triplicó el consumo. Entonces, tiene muy buena imagen, pero hay una parte que no estamos viendo.

- Otra imagen positiva es el informe de estadísticas criminales con el que Patricia Bullrich dice que están trabajando muy bien porque han logrado el descenso de cifras de homicidios en un 30% desde 2001...

- Ella dice que tenemos la tasa más baja desde 2001. En ese año subieron, bajaron, después subieron en 2014 y a partir de ahí hay una tendencia a la baja. Este año estamos en 5, 4 y el año pasado en 5,3. Hay como un amesetamiento también. Pareciera que en Tucumán tenemos un problema. Parece bastante desatendido Tucumán por el Ministerio nacional. Aparentemente no ha habido una coordinación como en otras jurisdicciones. Ahora en la ciudad de Buenos Aires los homicidios se registran en las zonas más empobrecidas, que es donde hay mayor tasa, bajaron cuando aumentó la cantidad de policías, pero bajo el sistema de proximidad hacia los vecinos. Más gendarmes realizando tareas de policías, baja la tasa de homicidios. Lo que no sabemos es si es esa la causa. También faltan estudios que nos permitan demostrar que ese descenso en la tasa de homicidios es consecuencia de que hay mayor cantidad de policías.

- El Gobierno Nacional habla de estudios estadísticos transparentes y esgime el SNIC como ejemplo...

- Sí ellos hicieron una cerfificación por acreditación con Naciones Unidas que les dio muy bien. Pero es una certificación que apunta a la gestión de la información. Hay algo que hay que tener en cuenta. El SNIC da una información importante, pero es parcial. Esa información la producen las policías y las fuerzas de seguridad, que usan esos datos para dar cuenta de su propio desempeño. Entonces tiene un margen de manipulación a veces que habría que chequear con los datos que produce el ministerio público fiscal. Habría que determinar cuántos de esos procedimientos terminan en causas judiciales y cuántos no.

- Tucumán quedó como la segunda provincia con mayor tasa de homidicios...

- Lo que se percibe es que hay una preocupación por ese crecimiento y un interés en desarrollar estrategias novedosas para tratar de bajar la violencia. Está esa intención, venimos a ofrecer caminos alternativos, pero ninguno va a ser posible sin un buen diagnóstico.

- ¿Cuáles serían los pasos para elaborar el diagnóstico?

- Creo que hay que hacer un trabajo de relevamiento en el territorio. Hay una cantidad importante de homicidios que se producen por venganza. La lógica de la venganza tiene aspectos particulares se reproduce en el tiempo afecta a muchas más personas que las que han sido víctimas originales. Hay algo que tiene que resolver el Ministerio de Seguridad que esresolver cuál es el camino que tiene que llevar adelante y cuál es la celeridad que tienen que imponerle.