En Chile, con la noche llega el temor a la represión en plazas y barrios

“Durante el día, se limitan a tirar agua y gases”, contó una activista

SIN PAZ. Los enfrentamientos en las calles no cesan desde hace seis días.  reuters SIN PAZ. Los enfrentamientos en las calles no cesan desde hace seis días. reuters
24 Octubre 2019

SANTIAGO DE CHILE.- Ni el estado de excepción, ni los protocolos previstos para situaciones de emergencia ni los toques de queda evitaron la multiplicación de manifestaciones en Santiago y en otras ciudades. Tampoco el pedido de perdón que pidió a sus compatriotas el presidente de Chile, Sebastián Piñera, bastó para sofocar una rebelión popular que, por sexto día consecutivo, se expresó con marchas en distintas ciudades, una huelga general, saqueos y nuevas batallas callejeras entre manifestantes y fuerzas de seguridad.

En muchas de ellas volvieron a verse escenas de personas corriendo en medio de las nubes de humo que se forman tras los disparos de las granadas de gas lacrimógeno o entre chorros de agua lanzados desde tanquetas, a las que los chilenos le llaman “guanacos”, todo en medio de ciudades completamente militarizadas.

“Estamos en Plaza Italia (centro de Santiago), está la ciudad detenida, la gente movilizada, todos volcados a las calles. Hay mucha represión”, contó a LA GACETA Valentina Astudillo, psicóloga y educadora popular, integrante de la Coordinadora Feminista de Chile.

“Durante el día, se limitan al ‘guanaco’ y a los gases lacrimógenos. Los que llevamos un tiempo de lucha estudiantil estamos acostumbrados. Lo que más nos preocupa son las noches, con los ‘milicos’, después del toque de queda, y en las ‘poblas’ (barrios o asentamientos)”, relató Valentina. “Las poblaciones están siendo intervenidas, hay mucho movimiento de armas y represión de los militares, con torturas y secuestros”, aseguró. “En este momento, estamos en medio de enfrentamientos”, dijo antes de cortar la comunicación.

Las manifestaciones en Chile empezaron por un alza en el precio del transporte, pero recrudecieron cuando a los reclamos se sumaron viejas demandas sociales. Ante algunos saqueos y el vandalismo, el gobierno declaró estado de emergencia y toque de queda, y sacó militares a las calles.

A la huelga general convocada para ayer se sumaron profesores, trabajadores de la salud, empleados públicos, jubilados y estudiantes-. Muchos marchaban golpeando ollas y sartenes, agitando carteles que piden la renuncia de Piñera o que destacan que las jubilaciones en Chile “son de hambre”.

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