Empresarios: la era Macri deja al país peor que en 2015

Los empresarios que encontraron la semana pasada en el Coloquio de IDEA dan como hecho el cambio de ciclo a partir del 10 de diciembre. Están seguros de que el próximo gobierno tendrá color peronista, que será Alberto Fernández el nuevo presidente y que, en este contexto, la figura de Mauricio Macri comenzará a desaparecer del escenario político del país.

Se sienten entre frustrados y molestos con el legado que el todavía Jefe de Estado deja tanto para toda la Argentina como para cada una de sus empresas. Esas que se agrupan en IDEA y que, todos los años impulsan la organización del mayor foro corporativo del país.

Las sensaciones recorrieron los paneles y las charlas informales entre dueños, CEOs, ejecutivos y hombres de negocios. Muchos recordaron la presencia triunfal de Macri en 2015 cuando era candidato a presidente pero con todas las fichas puestas a ganador. Entonces tenía el respaldo del establishment local que quería terminar con el legado kirchnerista.

Cuatro años después, nada o casi muy poco de ese escenario delineado por Macri en 2015 se concretó. Este año, y tras las PASO, los hombres de negocios de IDEA comenzaron a dudar de las virtudes de un Presidente que consideraban como propio, con un modelo de libre mercado pero con tantos errores y equivocaciones que derivaron en un default a la vuelta de la esquina, con el desempleo en su peor momento, la industria paralizada y el modelo que defendieron a punto de quebrarse de manera definitiva.

Según informó iProfesional.com, la mirada negativa de los empresario pasó por confirmar que con sus fracasos la Argentina nunca tendrá una economía moderna. Y que Macri en lugar de cumplir con la promesa de consensos optó por ampliar la grieta, y devolverle al kirchnerismo el lugar del que fue echado en 2015 por el voto.

Los hombres de negocios miran también enojados como un Gobierno libremercadista no redujo el estatismo excesivo sino que por el contrario, terminó anunciando más planes asistencialistas. Fue una oportunidad perdida para transformar de manera definitiva el país y mirarse en el espejo de economías como la de Australia. Y esto, dicen, ocurrió porque no hubo plan económico y porque las medidas tomadas fueron definidas por “gerentes del corto plazo” .