La pobreza es un problema estructural de la Argentina

La pobreza es un problema estructural de la Argentina

La desigual distribución de la riqueza, el analfabetismo, la falta de empleos que permitan vivir dignamente, la exclusión social, las políticas desacertadas, son algunas de las causas de la pobreza. “La pobreza es como vivir en la cárcel, vivir esclavizado esperando ser libre”, sostiene el premio Nobel de Economía, Joseph Stiglitz. En los últimos tiempos, cada vez que el Instituto Nacional de Estadísticas y Censos (Indec) da conocer las nuevas cifras de su relevamiento sobre este asunto se produce una suerte de conmoción en todo el país, especialmente en estos últimos tiempos de escalada inflacionaria.

El lunes se conoció que en Tucumán, la pobreza ascendió en la primera mitad del año en curso al 40,4%, mientras que en el primer semestre de 2018, el índice era 24,2% de pobres. Ello significa que actualmente cuatro de cada 10 personas viven por debajo de la línea de la pobreza. En el país, esta afecta al 35,4% de los argentinos (más de 14,4 millones de personas), cuando en el primer período de 2018 alcanzaba al 27,3%.

Según el Indec, en nuestra provincia, la indigencia alcanza al 6% de los tucumanos y al 4% de los hogares, de manera que son pobres más de 360.600 comprovincianos (76.265 hogares); 53.685 son indigentes (10.389 hogares). Estas cifras abarcan el principal conglomerado urbano, que incluye solo el área metropolitana: Gran Tucumán-Tafí Viejo. Para no caer en esa situación socioeconómica, una familia tipo necesitó alrededor de $31.000 y para no ser indigente $13.000.

Al cierre del primer semestre de 2018, había 214.750 pobres en el principal aglomerado urbano tucumano, con una tasa del 24,2%, una décima por debajo de igual período de 2017. En el gobierno de Mauricio Macri, el organismo nacional registró estas mediciones en Tucumán: un 27,7% de pobreza en el segundo semestre de 2016, un 24,3 en los primeros seis meses de 2017, y un 21,8% en la segunda mitad de ese año. Ya en 2018, la pobreza afectó al 24,2% y en el segundo semestre del año pasado, a 32,2% de los comprovincianos.

Esta situación repercute ostensiblemente en la salud de los sectores que tienen las necesidades básicas insatisfechas, como se mostró en el amplio informe que brindó “Panorama Tucumano”, el programa de LA GACETA TV. Según la consultora Sociología y Mercado, siete de cada 10 argentinos notan el impacto de la crisis en su salud. El decano de la Facultad de Medicina de la UNT sostuvo que el problema de Argentina es social, no económico. “Hay una mala distribución de ingresos que determina que las familias más pobres tengan amenazada su salud alimentaria y una insuficiente atención de la salud”, señaló.

Desde hace varias décadas, la pobreza es uno de los problemas estructurales del país. Este nuevo registro del Indec pone en evidencia una vez más que a lo largo de los años, han fracasado hasta ahora todas las fórmulas económicas para poner en retirada la pobreza. Por lo visto, las soluciones exceden a la clase dirigente de turno y mientras cada sector siga encapsulado en sus propias verdades económicas, este flagelo seguirá azotando a la mayor parte del pueblo argentino. Sería un logro histórico si alguna vez nuestros gobernantes hicieran una convocatoria social amplia para debatir sobre las posibles salidas para condensarlas en un plan consensuado a corto y largo plazo. “No puede haber una sociedad floreciente y feliz cuando la mayor parte de sus miembros son pobres y desdichados”, afirmaba el economista Adam Smith.

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