Atlético cortó la sequía con un empate con sabor a triunfo en casa de Huracán

Atlético cortó la sequía con un empate con sabor a triunfo en casa de Huracán

LUCHA. Rojas trata de cuidar la pelota, ante la presión de un rival. IGNACIO IZAGUIRRE / ESPECIAL PARA LA GACETA LUCHA. Rojas trata de cuidar la pelota, ante la presión de un rival. IGNACIO IZAGUIRRE / ESPECIAL PARA LA GACETA
29 Septiembre 2019

Lo dijeron los jugadores al final del partido en Parque que Los Patricios. Lo importante era sumar para un grupo con piezas clave que no pueden levantar la cabeza y asumen -sin esconderse- un flojo nivel futbolístico. Entonces, el 0-0 final en casa de Huracán, para Atlético, no está mal. Pudo haber perdido tranquilamente 2-0 como también pudo haber ganado en la última, con un tiro libre de Luciano Monzón. Cosas del fútbol.

Lo bueno de este empate es que, precisamente, se volvió a sumar, que Atlético pudo mantener su arco en cero y que la defensa, pese a  sentir por momentos el rigor del dueño de casa, se cerró bien para encarar, en el corto plazo, el camino de la consolidación.

¿Si mereció perder Atlético? Sí y no. Al fútbol se gana con goles. Pero sucede que a Juan Garro le anularon mal el 1-0 parcial, pasado el mediodía del primer tiempo, entonces como que suena injusta la pregunta y también que la buena palomita del jugador del "globito" no haya terminado batiendo la red de Alejandro Sánchez, una de las figuras de este Atlético que pudo festejar, de hecho, el buen partido de Cristian Erbes.

En control y sin control del juego, Atlético se las ingenió para hacer un partido “largo” y complicar a los locales. Ya en el segundo tiempo como que la cosa se emparejó para abajo, salvo por el casi gol de “Droopy” Gómez, el ex San Martín que tiró con rosca y esa rosca le sacó pintura al palo derecho del “Oso”. Esa fue la más clara de Huracán en todo el complemento, y una de las tantas que no pudo cambiar con gol. Si no fue por ese off side mal cobrado a Garro, fue por Sánchez, impecable.

La única real que tuvo el “Decano” fue la de Monzón al final, que llegó a partir de un tiro libre insólito que regaló el arquero Antony Silva. Creyó haber leído que el juez cobró falta en ataque y salió, con la pelota en sus manos, fuera del área para “jugar rápido”. Todo al revés, y buen cañonazo del Monzón.

El final dejó un par de buenas sensaciones. Que falta fútbol y conocimiento entre las partes, seguro que sí. Y les falta muchísimo. Pero lo bueno de este mediodía es que Atlético cortó la sangría de dos partidos sin sumar, pero más importante aún, la de ocho encuentro de visitante sin llevarse nada al Monumental.

En el debe sigue estando la falta de contundencia. Sobre que llega poco, porque no regenera fútbol, Atlético no aprovecha lo que tiene. Tres goles a favor en esta Superliga 2019/20 lo dicen todo.

No quedará mucho tiempo para los cuestionamientos, sí para continuar trabajando. Talleres está a la vista, el viernes, a las 21.10.

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