Receta de EEUU: menos Caribe y más gaseosa

Receta de EEUU: menos Caribe y más gaseosa

Receta de EEUU: menos Caribe y más gaseosa

Cuenta una leyenda urbana estadounidense que en la delegación tucumana del Zicosur que visitó Washington y Nueva York durante la semana pasada había un invitado más. Uno que se quedó a último momento en la provincia por un -por así decirlo- malentendido. De índole más bien semántico. Se trata, según el mito, de un jefe municipal del interior que aceptó el convite oficial en la primera llamada. “¿Tiene visa?”, le preguntaron, en obvia alusión a si contaba con la autorización que otorga un país -Estados Unidos, en este caso- a un ciudadano extranjero para ingresar y permanecer en su territorio. “Por supuesto”, fue la tranqulizadora respuesta… hasta que días después le pidieron, para emitir el pasaje, que mandase una copia del permiso.

- Puede tomar una foto de la visa con el celular y mandarla por WhatsApp.

- Perfecto -respondió el intendente-. ¿De cuál quiere que le mande?

- ¿A qué se refiere con “cuál”?

- Sí. Tengo dos. Una (tarjeta) Visa del banco oficial y otra de un banco privado.

En ese momento se acabó el viaje del funcionario electivo. Y, ciertamente, también terminó el filón gracioso del periplo del gobernador Juan Manzur en su tarea de golpear algunas puertas del poder político, en la capital norteamericana, y del poder económico, en “la gran manzana”. Porque el poder no es divertido, sino poderoso. Correlativamente, las respuestas que obtuvo el tucumano fueron poderosas, y para nada divertidas.

Por aquí

En la misión a los Estados Unidos pueden distinguirse dos grandes capítulos. El primero, que refiere a la razón de ser oficial del viaje, se vincula a la promoción de la provincia.

El convenio suscripto por la Zona de Integración Comercial del Suroeste (Zicosur) de América del Sur con la Organización de Estados Americanos (OEA) equivale a la exitosa tramitación de una suerte de personería jurídica internacional para las 70 provincias y ciudades que agrupa esa área, expediente que busca culminar con el reconocimiento de estos estados subnacionales como sujetos de cooperación internacional. Léase, gobiernos locales que podrán vincularse en cultura, educación, tecnología y (especialmente) recursos, coordinados por la OEA, sin el cepo de las cancillerías.

Con esa certificación, Manzur volvió al City College de Nueva York (la sede de la Universidad de la Ciudad de Nueva York en la propia ciudad de Nueva York) a profundizar los vínculos entre Tucumán y esa institución, con la intención de ir más allá de convenios de asesoramiento técnico. El rector de la UNT, José García, y el decano de Ciencias Económicas, José Luis “Pío” Jiménez, fueron los embajadores tucumanos de ese apartado.

Manzur rubricó los contactos con una invitación: el 3 de diciembre, Vincent Boudreau, presidente del City College, volverá a Tucumán (ya estuvo en febrero, como decano de la Escuela de Liderazgo Cívico y Global).

En privado, la agenda de Manzur tuvo también encuentros muy reservados con empresarios argentinos, poco afectos a mostrarse en público, pero anfitriones de sus amigos de empresas norteamericanas, a los que invitaron a estas reuniones. Lo que trascendió de estos contactos es que, más que el convenio con la OEA, la carta de presentación más llamativa de Tucumán fue que una de las “socias” principales de la producción citrícola y azucarera provincial es Coca-Cola.

El mensaje fue preclaro: para las instituciones públicas, como el City College, vale mucho una vinculación con un órgano internacional como la OEA. Para los inversores privados nada es tan valioso como el antecedente de una multinacional invirtiendo en la provincia.

Por allá

El segundo capítulo de la misión se refiere a su condición de “avanzada” del candidato presidencial del Frente de Todos, Alberto Fernández. Manzur -como dio cuenta LA GACETA- se reunió con estrategas políticos, con banqueros, con analistas de “think tanks”, con economistas, con representantes de fondos de inversión y hasta con Susan Segal, presidenta y directora del gravitante foro empresarial Council of Americas. En todos los casos, hubo una matriz común en el mensaje del tucumano.

• Se necesitan señales de tranquilidad respecto de un posible gobierno de “Alberto”, al que caracterizó como un dirigente racional, sereno y con vocación de consensos.

• Aunque su compañera de fórmula es Cristina Fernández de Kirchner, quien gobernará efectivamente será Alberto Fernández, a quien ratificó (como lo hiciera en la cumbre de gobernadores, industriales y sindicalistas en Tucumán) como el líder actual del peronismo.

• El ex jefe de Gabinete de Néstor Kirchner ha dicho en público que honrará los compromisos financieros internacionales contraídos por el Estado argentino.

• La garantía de gobernabilidad son los gobernadores. Por ello asistió a esos encuentros con el vicegobernador de Santiago del Estero, José Emilio Neder; con el gobernador electo de Misiones, Oscar Herrera Ahuad, y con el ex gobernador jujeño, Eduardo Fellner.

Las respuestas del poder económico pueden sintetizarse en dos conceptos.  

El primero es que poco puede hacerse hasta que el país defina su próximo Presidente, porque de lo contrario todo gesto se malinterpretará como un apoyo de campaña para quien fuera.

El segundo es que Argentina, sea quien fuere que vaya a tomar las riendas de la Presidencia en diciembre, debe acordar con el Fondo Monetario Internacional. Siempre habrá posibilidades para renegociar, reestructurar y “reperfilar” la deuda. Para lo que no hay margen es para “inventar locuras”. Cuando el próximo gobierno dé esas garantías, comenzarán a emitirse las señales.

Las respuestas del poder político, en tanto, no se posaron sobre lo que el futuro Gobierno debe hacer sino sobre los “errores” que no debe cometer.

• Si a la Argentina le interesa lograr entendimientos con Estados Unidos, China es un límite. El gigante de oriente es presentado como la antítesis de la superpotencia. Es descripto como un país que “ofrece acuerdos y un mundo distintos que los del oeste”.

• El segundo límite es Irán. La política persa no sólo afecta intereses regionales de EEUU en Oriente Medio, sino que el desarrollo nuclear de esa nación afecta intereses estratégicos globales. Acordar con Irán hará incompatible la posibilidad de acordar con Washington.

• El tercer límite es Venezuela. El Gobierno de Nicolás Maduro es definido como una dictadura que afecta los intereses continentales de Estados Unidos, que reconoce una suerte de eje conspirativo: La Habana, Managua, Caracas. Habría que tratar, sugirieron, de que ese triángulo nunca se convierta en un cuadrado que sume a Buenos Aires como vértice.

Si se respetan estas pautas será posible una sintonía bilateral. Eso sí: las buenas relaciones con EEUU no equivalen a beneficios de corto plazo. Salvo circunstancias excepcionales en las que aparecen presidentes de alto perfil transaccional, como Donald Trump, que busca premiar automáticamente los alineamientos, con gestos políticos fraternales y hechos comerciales concretos como autorizar el ingreso del limón al mercado estadounidense. En cambio, hacer lo indebido es garantía de sanciones inmediatas.

Por todos lados

El viernes al mediodía, luego del desayuno en el Council of Americas, Manzur cerró su agenda de compromisos oficiales con una entrevista en la cadena de noticias Bloomberg, donde ratificó que un futuro gobierno peronista pagará las deudas argentinas. “Alberto Fernández tendrá una relación madura con el FMI”, aseveró el gobernador en ese contexto.

Apenas un par de horas después, desde Bolivia, Alberto Fernández declaraba a la prensa que “La Argentina no puede enemistarse con los Estados Unidos”.

Cuenta una leyenda urbana estadounidense que, en Nueva York, las más inverosímiles coincidencias son posibles. Incluso, rodaron algunas películas románticas al respecto…

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