“El caballo es un amigo, con el cual te desahogás”

“El caballo es un amigo, con el cual te desahogás”

El peón Tejeda festejó el triunfo de “Buque de Guerra” en el clásico “Estrellas Tucumanas”.

UNA AMISTAD. Hace 45 días, “Cucha” Tejeda vio a Buque de Guerra y le aconsejó a su patrón que lo compre, como inversión. Este le hizo caso, y la apuesta le salió bien: el animal les hizo festejar un clásico. la gaceta / foto de diego aráoz UNA AMISTAD. Hace 45 días, “Cucha” Tejeda vio a Buque de Guerra y le aconsejó a su patrón que lo compre, como inversión. Este le hizo caso, y la apuesta le salió bien: el animal les hizo festejar un clásico. la gaceta / foto de diego aráoz

Del medio de la montonera de abrazos, con los ojos mojados de emoción, asomaba feliz el rostro de Juan Alberto “Cucha” Tejeda (51 años). Buque de Guerra, ese alazán del cual se ocupa a diario desde hace un mes y medio, acababa de ganar con contundencia el clásico “Estrellas Tucumanas”. El peón estaba feliz, y no paraba de recibir saludos y felicitaciones, a medida que recorría el camino hacia las duchas, para darle al caballo su baño poscarrera.

Tejeda sonríe y festeja. No sólo por el triunfo del animal en la carrera, sino también por su propia victoria personal. “Hace 45 días le dije al patrón que lo compre, que era lindo como inversión. Me gustaba el caballo y teníamos este clásico por delante; y se nos dio. Estoy contento por haberlo elegido, y porque el patrón haya confiado en mí... Y ya ve la alegría que nos dio”, señaló a LG Deportiva.

El buen ojo de Tejeda para los caballos le llegó por herencia paterna. “Mi ‘viejo’ cuidaba, y yo nací en este tattersall (sitio dentro del hipódromo, donde se venden caballos); y de ahí ya me hice. Toda mi vida trabajé con los caballos; soy el único de mis hermanos que sigue con los ‘burros’”, contó.

La emoción que reflejaban sus ojos también respondía a que por fin podía descargar la tensión generada durante la previa a la jornada burrera de ayer. “Esto es por los nervios con los que uno llega para poner el caballo en óptimas condiciones para esta fecha, que es única en el año. Hoy se me dio con este caballo, y es algo lindo; hay que vivirlo, disfrutarlo”, dijo.

Aunque “Cucha” se complace con competir, sabe que la victoria resulta un plus. “Aun cuando no se gane, ya es algo lindo llegar a correr, a competir; llegar 10 puntos con el caballo y que todo salga bien, que no se accidente. Pero aunque gané otras carreras, este es el primer clásico que gano en Tucumán. Y eso un poco hace que lo vean a uno de otra forma”, indicó Tejeda.

Resulta habitual que el peón genere un vínculo especial con el caballo que cuida. “Todos los días estamos con él, desde las 7 hasta la 10.30; después volvemos a verlo, le damos agua. Y a las 16 empezamos otra vez, hasta las 18.30. Lo limpiamos, le limpiamos su cama, le sacamos el desbaste, le engrasamos el vaso, le damos comida y agua, lo masajeamos... Ese es el trabajo del peón”, sintetizó Tejeda. Se trata de mucho tiempo dedicado al equino. “Por ahí llegamos a estar más con los caballos que con la familia. Y entonces este se convierte en un amigo con el cual uno se desahoga de muchas cosas. Es lindo”, afirmó Tejeda.

Él, en particular, comparte con su esposa, Beatriz del Valle Robles, la ardua tarea de cuidar los animales. Y entre estos anda también metido su hijo Juan Andrés, más conocido como “Mocho” por la comunidad turfística tucumana. ¿Te gustaría que, al igual que vos seguiste los pasos de tu papá, él continúe los tuyos?, le preguntó LG Deportiva. “Hoy es un compañero más; pero yo prefiero que primero estudie. Después veremos, él ya lo lleva en la sangre, lo siente mucho. Viajo con él a todos lados, a Santiago del Estero, a Buenos Aires”, respondió “Cucha”. Precisamente, ocho años atrás, en el hipódromo de Palermo, ya había ganado el clásico “Provincias Unidas”. “Ahora estamos pensando en volver con Buque de Guerra, a tirar una suerte”, adelantó el peón.

Sobre el final de la charla todavía responde felicitaciones. Y sin que se le pregunte improvisa una explicación a tanto afecto, y deja en claro que el sentimiento es mutuo. “En el hipódromo somos una gran familia, y siempre queremos que las cosas nos salgan bien a todos. Porque todos nos lo merecemos. Llueve, truene, haya paro o sea feriado, estamos aquí de lunes a lunes, desde tempranito”, dijo Tejeda, que seguramente a las 7 de hoy ya habrá estado atendiendo a su joyita, Buque de Guerra.

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