San Martín fue sólido y eficaz

San Martín fue sólido y eficaz

El "Santo" derrotó con autoridad a Brown y sigue sin recibir goles jugando en casa.

UN RELOJITO. Mercier volvió a demostrar que es el dueño del mediocampo “santo”. Está siempre ubicado en el lugar adecuado y es, además, una voz de mando. UN RELOJITO. Mercier volvió a demostrar que es el dueño del mediocampo “santo”. Está siempre ubicado en el lugar adecuado y es, además, una voz de mando. LA GACETA / DIEGO ARÁOZ

“Queremos acostumbrarnos a ganar”. Fue quizás una de las frases más utilizadas por Favio Orsi y por Sergio Gómez durante la pretemporada. Mientras el equipo adquiría ritmo futbolístico, ellos no negociaban ni un amistoso. Querían ganar, que sus pupilos se acostumbraran a oler “sangre” y que adoptaran esa idea hasta sentirla suya.

Y los entrenadores lograron ese cometido; por lo menos cada vez que San Martín juega en su casa. Pasaron tres encuentros en La Ciudadela por la Primera Nacional y los números son contundentes: tres victorias, cinco goles a favor y ninguno en contra.

El hincha, que domingo de por medio va a alentarlo en su cancha, sabe con lo que se va a encontrar. Porque el “Santo” no falla en su reducto. Repite el libreto, lo va solidificando con el paso de los partidos e “invita” a cada huésped a disputar su juego preferido.

Este San Martín no luce, pero te mata. Por momentos lleva a su adversario por delante y en otros pasajes le entrega la pelota y lo destruye psicológicamente, cerrándole los caminos que conducen a Ignacio Arce; haciéndolo caer en errores por la presión constante.

El duelo de ayer con Brown fue muy parecido al de hace 15 días, cuando derrotó a Riestra. Cuando San Martín acelera marca diferencias, tiene un plantel que hace valer su jerarquía y, además, muchas variantes que utiliza según los escenarios que se le presenten.

Cuando tiene la pelota, de a poquito te va “machucando”. Trabaja bien los partidos y da la sensación de que cuando se pone en ventaja el duelo está terminado.

Así lo hizo contra Riestra y repitió la receta ayer. A los 30’ del primer tiempo, Luciano Pons volvió a demostrar su capacidad dentro del área y definió con un “10” un centro magnífico de Lucas Diarte. Y sobre el final de esa etapa, el mismo “Lucho” cambió por gol un penal a Gonzalo Rodríguez, que se había metido al área aprovechando una gran asistencia de Arce.

Cuando el “Santo” se puso 2-0, el telón se bajó en Bolívar y Pellegrini. Era lo mismo si ambos equipos decidían no jugar el complemento para no gastar fuerzas de manera innecesaria. San Martín le entregó pelota y espacios a Brown, casi teniendo la certeza que era imposible que lo lastimara; y apostando a rematarlo de contra.

Juan Mercier es un garantía en el medio. Él es el encargado de manejar los espacios y el tiempo. Indica cuando su equipo debe replegarse y cuando tiene que salir disparado buscando romper la defensa del oponente. Así lo hizo en la jugada del primer gol y fue la voz de mando cuando el “Santo” le entregó el protagonismo a los dirigidos por Pablo Vicó en el complemento.

Fue muy bueno lo del local. Lo único que mostró ayer que pudiera anotarse en la columna del debe, fue esa laguna mental que ya había evidenciado en el duelo contra Chacarita, y que ayer tuvo durante los primeros minutos del segundo período.

Pero lo del “Santo”, por ahora, es sólido y convincente. Como local va a lo seguro y va sumando el 100% de los puntos en casa.

Claramente este es el camino. Si mantiene el nivel y mejora la puntería jugando de visitante se consolidará definitivamente como protagonista del torneo.

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