Los chicos tucumanos se hacen internacionales

Los chicos tucumanos se hacen internacionales

Lorenzo y Bautista Daz estarán en el Campeonato Sudamericano de Rotax en Chile y por primera vez competirán fuera del país.

CARGADOS. Armar las valijas para competir fuera del país les tomó varias horas a los pilotos, que fueron ayudados por su mamá, Verónica.  CARGADOS. Armar las valijas para competir fuera del país les tomó varias horas a los pilotos, que fueron ayudados por su mamá, Verónica.

El paso que darán los pequeños hermanos Daz será gigante. Lorenzo, de 12 años, y Bautista, de 9, competirán por primera vez fuera del país, en Chile. La competencia que los sedujo fue el Campeonato Sudamericano de Rotax.

Los pilotos de karting se suman a una escueta lista de tucumanos, con muchos más años encima, que en algún momento de sus carreras deportivas llevaron sus sueños en cuatro ruedas más allá de los límites del país. Hay miedo y ansiedad porque hasta papá no sabe lo que es salir del país. “Es todo nuevo, me da mucho miedo”, confiesa Mario. “Allá las autoridades son muy jodidas y yo respeto mucho la autoridad”, agrega.

Se nota que las reglas son fundamentales en la familia. El orden, también. Porque salir a competir afuera podría haberse dado tiempo atrás, pero el análisis fue frío. Tanto Lorenzo como Bautista, no tienen tanta actividad competitiva como los rivales que tendrán en la prueba internacional. “Ellos corren ocho carreras al año. Los otros, más y en equipos superiores”, tira la estadística Mario.

EQUIPADO. Lorenzo, como su hermano, se arma con todo lo necesario para competir.  EQUIPADO. Lorenzo, como su hermano, se arma con todo lo necesario para competir.

Con todo eso, era preferible esperar. Sumar más experiencia para saber si las horas en la Rotax Bonaerense, torneo en el que compiten ambos, sirven en un nivel continental. “No estamos muy preparados”, reconoció Lorenzo. “Pero está bien con lo que pudimos hacer”, advirtió al mismo tiempo. El nivel deportivo en que se mueven los chicos es de adultos, pero siguen siendo niños y con responsabilidades. “Tuvimos los trimestrales”, detalla el mayor. La coincidencia hizo que la preparación estuviera condicionada. “Los compañeros de Lorenzo se fueron a las Cataratas de gira. Además pidió adelantar materias”, tiró el dato mamá Verónica. Las dos situaciones indican que los pilotos eligen priorizar el deporte. El presupuesto no daba para dos viajes y ninguno tomó ventaja porque podrían haberse basado en la excusa del esfuerzo extra que hacen y “gambetear” el estudio. Por el contrario, fueron para adelante, tal como desean hacer en la pista chilena.

“Quiero terminar entre los 10 primeros”, reconoce Bautista. Su desafío estará en la categoría Micro Max. “En mi categoría somos pocos, nueve. Voy a salir a buscar el podio con lo que tenemos”, se escuda un poco Lorenzo. “Y si se puede, voy a buscar la victoria”, cierra los pasos que pretende hacer en la divisional Mini Max.

DA EL OKEY. Bautista siempre es optimista en cada carrera que le toca encarar.  DA EL OKEY. Bautista siempre es optimista en cada carrera que le toca encarar.

La gira con los compañeros, acomodar los tiempos de niños como adultos, conseguir el presupuesto, son algunas de las situaciones de la aventura internacional que encaran los Daz. La nutrición fue otro tema novedoso que marcó que los peques tienen la seriedad de los grandes. “Las empanadas me sacó”, es el primer alimento que “Bauti” lamentó que le hayan sacado de su menú cuidadosamente diseñado por una nutricionista. “No costó tanto que bajaran de peso, pero sí que incorporaran algunos alimentos”, contó Verónica. Mamá aclara que el objetivo no es bajar de peso, sino incrementar la energía porque son muchos días de competencia y la exigencia física es intensa.

Conseguir el presupuesto fue otro extra. En un principio, el plan era que sólo Lorenzo compitiera en el Sudamericano. “Una noche, cenando todos juntos, le digo: ‘hijo ¿te imaginás si llegás a ser campeón sudamericano?’. Y salta ‘Bauti’: ‘¿y yo, el aguatero del campeón sudamericano’?”. Así contó Mario la anécdota que lo conmovió y lo llevó a hacer todos los esfuerzos para que ambos estén en Chile. Es que el más pequeño ya le había dicho a mamá que quería ir como aguatero aunque sea. Conseguir el presupuesto demandó más esfuerzo y un buen guiño del destino se dio hace 15 días, cuando apareció un comprador para uno de los autos que papá tenía a la venta. Bautista no va de aguatero, va como piloto, líder de la categoría Baby de la Rotax Bonaerense y con su hermano, subcampeón argentino de Mini Max, van a conquistar Chile.

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