Que no sea el último: Ortiz anotó ayer su primer gol en Primera

Que no sea el último: Ortiz anotó ayer su primer gol en Primera

El lateral "decano" se lo dedicó a su familia.

FESTEJO DESENFRENADO. Ortiz sale al córner a abrazar a Castellani por la asistencia y es seguido por Díaz, a quien -en principio- debería haber ido la pelota. la gaceta / foto de antonio ferroni FESTEJO DESENFRENADO. Ortiz sale al córner a abrazar a Castellani por la asistencia y es seguido por Díaz, a quien -en principio- debería haber ido la pelota. la gaceta / foto de antonio ferroni
02 Septiembre 2019

Hace dos semanas, el protagonista del triunfo contra Godoy Cruz fue Bruno Bianchi. En el mediodía de ayer, algunas cosas se repitieron en el Monumental, pero el protagonista del triunfo esta vez fue Marcelo Ortiz. La sequía parece haber sido reemplazada por una eficacia de los de atrás, que por ahora, les dieron los únicos seis puntos al equipo en la Superliga.

Jugando como titular y con la numero seis en la espalda, Ortiz parece haber sido ungido por las capacidades del histórico defensor y goleador Daniel Alberto Passarella. Promediando el primer tiempo Ricardo Zielinski dio la indicación de ejecutar una jugada que fue intensamente practicada el viernes en el complejo. Desde el tiro de esquina llego un centro que tenía como destino la cabeza de Leandro Díaz. Sin embargo, fue el defensor quien se anticipó y de cabeza marcó el gol para el “Decano”.

La jugada preparada representa el aspecto técnico del gol, pero todos sabemos que un gol es algo más sentimental para la gente y también para el jugador: “En lo primero que pensé fue en mi familia, los tengo lejos y los extraño mucho” dijo el correntino.

El partido de ayer representó el debut de Ortiz en sus estadísticas como goleador: “Este es mi primer gol en Primera”, reveló con una sonrisa. No hace mucho tiempo atrás, en la pretemporada de Salta, el defensor confesaba: “Yo no marco goles”, premisa que ayer fue descartada.

El dato que él mismo confiesa no es poca cosa: en casi seis años años de carrera, ayer los miles de hinchas “decanos”, presenciaron su primer gol y, para colmo, sirvió para darle la victoria al equipo.

Si observamos atentamente a Ortiz estamos ante un jugador no tan alto (1, 86 metro) y que técnicamente reconoce tener lo justo: “No me sobra nada”, pero de todas maneras con sus clásicos botines negros, color que parece haber quedado en el pasado, supo viajar de área a área para definir una jugada preparada e impulsar el festejo tucumano.

Ortiz es consciente que su gol es fundamental para las aspiraciones del “Decano” y el presente algo dubitativo que están padeciendo dentro del campo de juego donde las situaciones de ataque no son del todo claras: “Sacamos un partido complicado adelante, hicimos la diferencia, nos fortalecimos y la administramos bien incluso con un hombre menos”.

Su rendimiento fue bueno, su único momento complicado fue una pelota que no pudo rechazar correctamente, pero que finalmente no perjudicó a sus compañeros. El defensor no puede afirmar que este grito sea el principio de una racha: “Sólo voy a subir cuando el técnico me lo pida, mientras me dejen” sentenció.

Al terminar el partido, el festejo con sus compañeros debió esperar: Ortiz fue elegido por AFA para realizar el control antidopaje y la resolución demoró más de una hora “Fue complicado, costó, fue a cuotas el tema”, expresó entre sonrisas el goleador. A pesar de la espera, los ánimos del jugador seguían muy arriba y hasta se dio el gusto de comentar en detalle una atajada de Alejandro Sánchez: “El centro que cortó el ‘Oso’ se vivió como un gol, igual… voló un poquito para la foto”.

Es que en cada intervención, el arquero volaba de aquí para allá, dejando caer su cuerpo pero no sólo para la foto, sino también para consumir el tiempo que, a la postre, le daría el triunfo a Atlético.

Los gestos ampulosos de Ortiz aparecieron en el festejo de su gol. Con la boca abierta en su capacidad máxima, corrió a abrazar al autor del córner moviendo sus brazos. Lo esperaba cerca del córner Gonzalo Castellani, que si bien pudo haber apuntado a la cabeza de Díaz, no dejó de contactar a los vestidos de azul escuro y encontró al más preciso de ellos.

“Cuando hice el gol pensé en mi familia que está lejos de todos, los extraño y mucho”, dijo el improvisado goleador pensando en sus seres queridos, hoy en Corrientes. Cariño no le va a faltar en Tucumán y menos si repite partidos como el de ayer. Fue su primer gol, pero él y los hinchas esperan que no sea el último.

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