Inés Garland: “Nunca vi a un niño que prefiera un teléfono a estar con alguien que le preste atención de verdad”

Inés Garland: “Nunca vi a un niño que prefiera un teléfono a estar con alguien que le preste atención de verdad”

Hoy comienza el quinto Festival Internacional de Literatura de Tucumán. La escritora, una de las invitadas, habla aquí de su último libro.

INÉS GARLAND. Escribe libros infantiles y para adultos y traduce del inglés. Übersetzerhaus Looren INÉS GARLAND. Escribe libros infantiles y para adultos y traduce del inglés. Übersetzerhaus Looren

Inés Garland (Buenos Aires, 1960) abrirá esta tarde el V Festival Internacional de Literatura de Tucumán en el Museo de la Universidad Nacional de Tucumán, en la calle San Martín al 1.515. Aunque hoy compartirá algunas escenas de su vida como creadora, ya le anticipó a LA GACETA cómo se le ocurrió la historia de Lilo, la novela con la que acaba de ganar el Premio Ala Delta de Literatura Infantil.

-Lilo, que le da su voz narrativa a la novela, es un perrito. ¿Por qué lo elegiste para contar?

-En realidad, las historias se me imponen. Yo no elijo escribir lo que escribo. Aparece y lo tengo que escribir. Un día estaba caminando por mi barrio y vi cruzar la calle a un perrito que tenía la cabeza de ovejero alemán, unas patitas muy cortas y un cuerpo largo. Él iba de lo más contento con su dueño, pero a mí me hizo mucha gracia y a la cuadra yo ya estaba hablando como perro, como si fuera él. O sea, en mi cabeza hablaba de mis patitas cortas y mi cuerpo largo y mi sensación de que yo no estaba del todo bien, de que el veterinario había dicho que yo no era puro... Bueno, me di cuenta de que realmente se me había impuesto una historia, así que arranqué y la escribí durante un par de años con gran deleite, porque me gustó ser perro. Lilo es un perro que, aunque simplifica las cosas humanas, observa qué cosas hacen mal los humanos. Mal en el sentido de cuando se alejan unos de otros y no la están pasando bien.

-¿Qué tienen los perros para enseñarnos a los humanos? ¿Qué trata de transmitirnos Lilo?

-No sé si enseñar... Este perro en particular es un perro muy reflexivo, pero no nos entiende mucho. Por ejemplo, su dueña está siempre con el celular y él cuenta cómo jugaban cuando era cachorrito y dice que ahora parece que la mascota de la niña es el celular. Y encima muchas veces el celular la hace llorar, porque alguien le manda unos mensajes que la hacen sufrir. Entonces él no entiende, porque la ve mucho más feliz cuando el abuelo consigue que ella dibuje, o cuando la abuela la obliga a ir a la plaza y se pone a jugar. Él ve que la gente está mucho más feliz cuando está conectada con el presente. O sea, él nos enseña a estar presentes en el momento y no en cualquier otro lado, que es lo que generalmente hacemos.

-¿Te asusta este uso de la tecnología por parte de los niños?

-Sí. Me preocupa mucho, pero mi novela no es una crítica. En mi novela el perro simplemente habla de lo que ve. Pero yo también lo veo y me parece que el teléfono nos está idiotizando tanto a los niños como a los adultos, pero en los niños es más grave. Nunca vi a un niño que prefiera un teléfono a estar con alguien que le preste atención de verdad y sepa estar con él. Puede ser que se resista al principio si no está acostumbrado, pero creo que la verdad es que somos los adultos los que les enchufamos el teléfono para que no nos molesten. Y es comodísimo. Antes te ponían frente a la televisión, ahora te dan una tablet. Veo todo el tiempo a madres que nunca se ponen a conversar o a contarles cosas, a preguntarles, a mirarlos. Los niños quieren que los miremos, no que les demos un teléfono.

-¿Por eso escribís literatura infanto-juvenil?

- Alrededor mío hay unos chicos que leen, a los que les gusta leer, y les quiero dar lo mismo que tengo yo con los libros: amo leer y a mí los libros me salvaron de muchas cosas en la vida y me hicieron pasar momentos maravillosos. Entonces quiero darles eso. Y además creo que a los chicos hay que leerles. Hay algo de eso que es maravilloso y que se está perdiendo mucho.

-Eso de alguna manera también es lo que hacés cuando traducís, ¿no? Leernos a los autores que hablan otro idioma.

-A mí me gusta mucho porque alguien ya decidió para dónde van las cosas. Entonces me evita la angustia, porque eso ya está resuelto por otra persona. Y después, sí, es darle la bienvenida a tu lengua a algo escrito en una lengua extranjera. Suena medio extraño, pero hay un momento en que todavía no sabés qué palabra vas a poner pero sí tenés la temperatura y la emoción de lo que estás por traducir. Después es buscar y buscar y buscar. Por supuesto que lo de ponerme en el lugar del otro escritor es una fantasía, pero a veces logro sentir que lo hice, que estuve con él eligiendo la palabra aunque la mía sea en otro idioma.

> La V Edición del FILT día a día
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Hoy a las 17.30 Garland y otros invitados compartirán sus “álbumes de autor” en el MUNT. Una hora después se presentará la poeta Tamara Kamenszain.
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Mañana las actividades en el MUNT comenzarán a las 16. Además, a partir de las 23 se llevará a cabo una maratón de lectura en el bar Pangea (Laprida 279).
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El domingo el MUNT volverá a abrir sus puertas a las 16. Entre otras actividades, se destaca a las 18.30 la conversación con el escritor uruguayo Felipe Polleri.

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