Los mitos y las verdades sobre la adopción

Los mitos y las verdades sobre la adopción

Estas falsas creencias generan dificultades en los procesos de adopción. ¿Cuánto duran los trámites? ¿Hace falta mucha plata? Acá, algunas respuestas.

A LA ESPERA. En la foto, una niña que espera una familia que la adopte. A LA ESPERA. En la foto, una niña que espera una familia que la adopte.

En la Cámara de Familia y Sucesiones de la Justicia tucumana, que dirige Graciela Valls de Romano Norri (de quien además depende el Registro de Postulantes) coinciden en que hay mucha desinformación con respecto al proceso de adopción. Estos mitos, en lugar de acercar a las familias, las alejan. Acá van algunos de ellos y las respuestas oficiales que los desmienten.

1- “El proceso de adopción es largo y hay que esperar mucho tiempo”

Los plazos son relativos ya que se trata de un proceso cargado de expectativas y ansiedad. “Cuando nos consultan eso explicamos que depende en gran medida de las condiciones que tengan como postulantes. La edad del niño, el sexo, si aceptan hermanos, si están dispuestos o no a adoptar chicos con enfermedades leves o graves, entre otros requisitos, determinan el tiempo de espera. Por lo general, todos piden bebés y hay que desterrar esa idea, porque es la menor cantidad de niños en condiciones de adoptabilidad”, explica la magistrada. Además menciona que el 87 % de los postulantes busca niños sin patologías. La jueza Valeria Judith Brand asegura que se confunden los plazos legales con los plazos de espera de los postulantes en base a sus requisitorias. “El tiempo de espera no depende de la mala actuación de la Justicia. Y lo voy a sostener”, aclara. “Ningún juez va a querer quitarle chances a un postulante. Pero creo que pasa por una decisión de que los postulantes abran su corazón”, cierra Brand. Desde que un postulante ingresa al Registro hasta que egresan con guarda legal con fines adoptivos transcurren, en promedio, dos años.

2- “Para adoptar se necesita casa propia y un buen sueldo”

Desde el Registro lo desmienten. “El único requisito que solicitamos es un certificado de trabajo o recibo de sueldo. No es una condición excluyente cuánto gana cada el postulante, aunque sí es importante que tenga un trabajo”, explica la secretaria Mariana Jerez.

3- “Sólo se aceptan familias con estructura clásica”

Otro error de concepto. El artículo 599 del nuevo Código Civil dispone que los pretensos adoptantes pueden ser un matrimonio o integrantes de una unión convivencial (heterosexuales y homoparentales) o una única persona. El requisito es que exista una diferencia de edad de 16 años entre adoptante y adoptado.

4- “Los niños institucionalizados mayores de cinco años son chicos con traumas”

“Es una creencia falsa. Hay que entender que los chicos atraviesan un proceso de crecimiento. Y que, en todos los casos, el niño logra grandes avances con el tiempo y con la relación y el vínculo con sus padres. Los niños requieren de apoyo y contención. Son sujetos de derecho que necesitan ser amparados porque sus familias de origen no pudieron o no supieron contenerlos”, dice Valls de Romano Norri.

5- “Adoptar es un acto de caridad y solidaridad. Sólo es suficiente el amor”.

Todo lo contrario. No hace caridad quien adopta a un niño. “El camino a la adopción se busca y se desea. Por eso nosotros apostamos a trabajar en ese deseo por el niño y la paternidad construida desde otro lugar”, aclara Cecilia Bobadilla, psicóloga del equipo. “Hay una confusión y se nombra a los hijos adoptados como hijos del corazón. Los hijos por adopción son hijos sin calificativo alguno. Hay diferencias, en la construcción de su identidad y en el abordaje de la misma. Pero es un derecho del niño conocer sus orígenes y a respetarlos”, asevera.

El sueño que Federico no quiso postergar más
Federico Bórquez tiene 39 años y es docente. Desde hace mucho tiempo, la idea de adoptar le da vueltas en la cabeza. De todos modos, tomó la decisión hace poco. En una de sus clases, mientras trabajaba juntos con sus alumnos sobre “La Familia”, una niña contó su historia y lo conmovió. “Creo que fue el impulso que necesitaba. Escucharla con tanta naturalidad y alegría relatar su llegada a esa casa hizo que me cuestione ¿por qué tengo que postergarlo?”. Es que cada vez que Federico planteó la idea ante sus amigos e incluso hasta su propia familia, lo primero que recibió fueron negativas.
“La gente afirma cosas que no sabe. Como que un papá soltero no puede adoptar, que no puede tener una niña en adopción, que tenés que tener casa propia y muchas teorías falsas. El día que entré al Registro sentí que estaba aliviado”, cuenta emocionado.
Dice que siempre soñó con ser padre y las vueltas de la vida no le permitieron concretarlo. En el formulario que tuvo que completar aceptó recibir niños (o niñas) de hasta siete años.
“Me gustaría acompañar a mi hijo en el proceso de la escuela. Me imagino ayudándolo en esa etapa”, explica.

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