No se vio en directo por TV y la gente se enteró por LA GACETA

En Tucumán, la llegada a la Luna se vivió con una gran algarabía. El 20 de julio de 1969 fue domingo, con una temperatura mínima de 7° y una máxima de 25°. El cielo estaba parcialmente nublado. LA GACETA venía informando desde hacía varios días que la nave Apolo 11 iba camino a la Luna. El título de esa edición fue: “Aluniza hoy la nave terrestre”. De esta forma, LA GACETA anticipaba que apenas el hombre pusiera un pie sobre el satélite, haría sonar su sirena para festejar y, al mismo tiempo, anunciarle a la población el gran momento. Era una costumbre en aquellos años.

Todas las páginas del diario reflejaban la increíble expectativa que se vivía en todo el mundo. Hasta los avisos en los diarios publicitaban sus productos hablando del suceso: “En la Luna ya conocen nuestros precios”, decía Casa Rubinstein. En otro aviso, un astronauta plantaba un banderín en la Luna que decía: “Castillo, llegamos primero en service”.

Aunque se había anunciado la televisación, por problemas con el satélite Intelsat II no se pudo ver el alunizaje, que fue por la tarde. Recién por la noche, sólo en Buenos Aires, se vio la caminata lunar. Canal 10 transmitió las secuencias para los tucumanos el martes 22, a la noche. Mucha gente lo recuerda con confusión, porque lo que se vio el 20 de julio fueron imágenes anteriores y de archivo, con el audio original.

Las discusiones

Los tucumanos discutían en la calle sobre el misterio de la nave rusa (Luna 15) que orbitaba la Luna junto al Apolo 11. Muchos de esos tucumanos eran los mismos que ese día festejaban que San Martín le había ganado 1 a 0 a All Boys en la cancha de Central Norte y se consagraba “Campeón anual de fútbol”.

Un kilo de mortadela costaba $ 130 y 1 kilo de arroz Gallo, $ 72. Ford anunciaba el lanzamiento de su nuevo Fairlane de Luxe y Champion sacaba al mercado su moderno televisor modelo “Orbital 1969”, a válvula y que podía sintonizar 12 canales.

El gobernador de la provincia era el coronel Jorge Nanclares y el flamante intendente de la capital, Fernando Gómez Omil, anunciaba que durante las vacaciones de invierno los automóviles de los turistas no pagarían estacionamiento.

En San Miguel de Tucumán, el epicentro de los festejos no estuvo en la plaza Independencia, sino frente a las pizarras de las noticias de LA GACETA. Esa noche, una multitud se congregó desde las 21 y hasta pasada la medianoche, en Mendoza al 600, que en aquel entonces no era peatonal. Cuando Armstrong pisó la Luna, LA GACETA hizo sonar su sirena y lo mismo hicieron decenas de autos en la calle. Algunas personas lloraban. Otras, se abrazaban y saltaban emocionadas con radios portátiles en las manos. Otras, festejaban mudas, azoradas por el futuro que se venía.

Comentarios