Según los terraplanistas, la misión Apolo fue un show de Hollywood

Hay quienes están seguros de que el viaje a la Luna en realidad nunca existió, sino que fue un montaje para engañar a toda la humanidad.

“Es que yo no creo ni siquiera que haya satélites orbitando el planeta. ¿Vos los viste? Las comunicaciones no tienen nada que ver con los satélites. ¿Por qué sabemos que el hombre llegó a la Luna? Porque lo vimos en una pantalla de 12 centímetros, en blanco y negro, con imágenes borrosas e inentendibles. Después, Hollywood se encargó con sus películas de convencernos. El viaje a la Luna se hizo en un búnker, si lo analizás a conciencia te das cuenta de que no pasó nunca”.

Las definiciones, con seguridad absoluta y sin timideces en la voz, son de Lucas Vides. Treintañero, estudiante de Abogacía, por las mañanas lleva y trae papeles de Tribunales, vestido de traje. Y el tiempo libre lo dedica en buena medida a escarbar en los fundamentos de las teorías conspirativas, que las hay varias, pero que casi siempre confluyen en la más básica: la Tierra no es esférica; la Tierra es plana de toda planitud. De ahí para abajo, todo el mundo en el que vivimos es una mentira.

“Galileo, Darwin, Einstein... Eran científicos, sí, pero sostenidos y pagados por los gobiernos, por el poder. ¿Por qué creerles? Hoy en día con internet se pueden analizar las imágenes que reparte la NASA sobre sus viajes al espacio y determinar que son falseadas, son puestas en escena, y la mayoría son modelos informáticos a partir de datos de los supuestos satélites”, desafía Vides. Para él, para ellos, la famosa foto Earthrise, tomada desde el Apolo 8, es otro truco.

Lucas admite que en Tucumán no son muchos los que piensan como él y lo más habitual es recibir el rechazo como respuesta a sus afirmaciones. Pero en Argentina y en el mundo el movimiento “terraplanista” crece y ya ha generado preocupación en la comunidad científica. En nuestro país, uno de los referentes es Iru Landucci, un joven dedicado a los efectos especiales en computadoras que, asegura, por su trabajo se dio cuenta de que las imágenes sobre los viajes espaciales son todas trucadas.

Pero cuando se terminan las afirmaciones más ampulosas e histriónicas, y se logra profundizar en la forma de ver el mundo de los terraplanistas, aparecen las reflexiones más interesantes... e inquietantes. La pregunta es por y para qué existe este complot que mantiene engañada a la humanidad. ¿Cuáles son los fines de semejante circo? Ahí, lo que está en juego es mucho más que la forma de la Tierra y si la NASA llegó a la Luna.

“El heliocentrismo, la idea hegemónica de que somos apenas un punto que gira alrededor del sol en el medio de una inmensidad, al final de cuentas nos hace saber que no somos nada en el universo. Eso es lo que nos hace creer. Entonces te vacía de todo sentido, no sos nada, es un vacío espiritual. El terraplanismo plantea que el centro es el hombre, que sos un diseño inteligente que ocupa un lugar con una finalidad. Es una cuestión de dominación: si alguien puede decirte qué sos y para qué estás acá, entonces tiene un control absoluto sobre vos”.

Al final de cuentas, siguiendo esta línea de pensamiento, no hay muchas diferencias entre la ciencia y la religión. Al final, es siempre una cuestión de fe.

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