
GINEBRA, Suiza.- El número de muertes relacionadas con el síndrome de inmunodeficiencia adquirida (sida) cayó, el año pasado, a 770.000, un tercio menos que en 2010, anunció el Programa Conjunto de las Naciones Unidas sobre el VIH/sida (Onusida)
La agencia advirtió, sin embargo, que los esfuerzos mundiales para erradicar la enfermedad están estancados debido a la reducción de la financiación.
En América Latina, la tasa de infectados por VIH en América latina creció un 7% y un 2% en Argentina entre 2010 y 2018, un dato “preocupante” que sitúa a la región entre las zonas a vigilar dentro de la lucha contra el sida, que se está desacelerando a nivel global, según el informe anual global de Onusida presentado en Sudáfrica, con datos actualizados hasta 2018.
La cifra total de nuevos contagios anuales en Latinoamérica se sitúa en torno a los 100.000, con Brasil como núcleo de casi la mitad de esos casos.
Si se descuenta a Brasil (que acumula a un tercio de la población total de América Latina), la tasa de nuevos infectados de la región para ese mismo periodo habría descendido un 5%.
Brasil no es el país que más ha empeorado sus datos. Para el periodo 2010-2018, esta tasa creció un 34% en Chile, un 22% en Bolivia y un 21% en Brasil y Costa Rica. También aumentaron las infecciones en Uruguay (9%), Honduras (7%), Guatemala (6%) y Argentina (2%), mientras que en México la tasa se mantuvo estable.
En los últimos ocho años El Salvador logró una notable reducción, del -48%, en este mismo campo. Igualmente, Nicaragua (-29%), Colombia (-22%), Ecuador (-12%) y Paraguay (-11%) mostraron avances significativos en cuanto a las tasas de nuevos afectados por el VIH (virus causante del sida).
En su nuevo informe mundial, Onusida hizo hincapié en la necesidad de no dar la espalda a comunidades como la de los hombres homosexuales o la de las mujeres transexuales, especialmente vulnerables a la propagación del VIH en la región latinoamericana.
En total, en el mundo hay actualmente unos 37,9 millones de personas infectadas y solo dos de cada tres de ellas tienen acceso a antirretrovirales.
La ONU estima que, en 2018, unos 1,7 millones de personas contrajeron el virus de la inmunodeficiencia humana (VIH, desencadenante del sida) y que unas 770.000 murieron por enfermedades relacionadas con el sida.
Aunque las cifras globales vienen descendiendo desde 2010, la ONU alerta que “se progresa, pero cada año menos” y ha urgido a no bajar la guardia.
La desaceleración pone en riesgo, de hecho, los objetivos marcados por la ONU para 2020 (denominados “90-90-90”), que a este ritmo no se alcanzarían.
Esas metas hacen referencia a que, para 2020, el 90% de las personas que viven con el VIH conozcan su estado, que el 90% de los diagnosticados reciban terapia antirretrovírica continuada y que, para ese mismo año, el 90% de las personas que reciben terapia antirretrovírica tengan supresión viral (reducir significativamente la presencia del virus en sangre para conservar la salud). (Télam-Reuters)