En el juicio a "La banda del camión" hubo dos condenas y siete absoluciones

En el juicio a "La banda del camión" hubo dos condenas y siete absoluciones

Juan Carlos Fenoglio fue sentenciado por la muerte de Caro, y Sergio Roldán, por tentativa de homicidio.

GRACIAS AL CIELO. “Flay” creyó que la condena iba a ser mucho más grave. Por eso se mostró conforme con el fallo, aunque volvió a la cárcel. GRACIAS AL CIELO. “Flay” creyó que la condena iba a ser mucho más grave. Por eso se mostró conforme con el fallo, aunque volvió a la cárcel.
03 Julio 2004
Lloraron, y gritaron una y otra vez que eran inocentes. Pero no fue suficiente. Volvieron tras las rejas. Los barrabravas de San Martín Juan Carlos "Tata" Fenoglio y Sergio "Flay" Roldán fueron condenados a nueve y ocho años de prisión: Fenoglio, por la muerte de un hincha de Atlético; Roldán, por haber herido a otro. Los otros siete acusados, algunos de ellos miembros de "La banda del camión", respiraron aliviados cuando los jueces de la Sala IV de la Cámara Penal los absolvieron.
Los familiares del Luis Gerardo Caro, quien fue asesinado a la salida de un clásico el 15 de setiembre de 2001, se mantuvieron inmutables. Ni siquiera cruzaron miradas. Caro vestía una camiseta de Atlético y perdió su vida en medio de una emboscada, cuando salía de la cancha de San Martín.
"No es justo. Mi papá es inocente, no es un asesino", gritó Paola Fenoglio, mientras era retirada de la sala de juicio. A su padre le encontraron el arma homicida en su casa. El abogado de Fenoglio, Bernardo Torti, dijo que las pruebas no eran suficientes, e intentó calmar a la familia diciéndole que en menos de tres años "Tata" estaría fuera de la cárcel.

Satisfechos
"Flay", declarado culpable de haber baleado a Luis Alberto Argañaraz minutos después del asesinato de Caro, no salió disconforme después de oír la sentencia. "Demostramos que él no asesinó a Caro y estamos muy satisfechos", dijo su defensor, Cergio Morfil.
La tensión sobrevoló desde temprano los Tribunales. Los allegados de la víctima y de los acusados se agolparon en el edificio. A las 19.30, cuando los jueces María del Pilar Prieto, Silvia Castellote y Horacio Villalba, después de deliberar durante más de dos horas, se aprestaban a dictar la sentencia, se montó un gran operativo policial.
El tribunal debió llevar adelante una ardua tarea para decidir las sanciones. Los querellantes y la fiscal, Marta Jerez de Rivadeneira, hicieron planteos disímiles. Y las defensas se estructuraron, en algunos casos, en la responsabilización de otros acusados. La fiscal había pedido durante la mañana que "Flay" y Fenoglio fueran condenados a 12 años de prisión por el crimen de Caro. "Se comprobó que ellos emboscaron e hicieron disparos (contra los hinchas de Atlético)", aseguró.
El querellante José Agustín Ferrari había sido mucho más duro. Había solicitado que los Roldán, Fenoglio y Segundo Velázquez fueran condenados por homicidio agravado por alevosía y premeditación. Ferrari destacó que entre 1924 y 2003 hubo 217 muertos en espectáculos futbolísticos. "Luis fue atacado en forma cobarde y artera, y perdió la vida por una concepción típica argentina: la pasión pura por el fútbol", sostuvo.
Morfil, defensor de los Roldán y de la esposa de "Flay", había pedido la absolución. El abogado sostuvo que no había pruebas para acusarlos y que la Policía no había investigado otras pistas.

Ultimas palabras
Por la tarde, los acusados tuvieron la oportunidad de pronunciar sus últimas palabras. Todos se declararon inocentes y se quebraron en llanto ante el tribunal, en una sala repleta de espectadores. "Entiendo el dolor de la familia Caro, pero toda nuestra familia también sufrió mucho porque fuimos presos y torturados sin pruebas. El día del asesinato fui a la cancha con mi hijo y jamás hubiera disparado delante de él", se defendió "Flay". En ese momento, los allegados a la víctima se retiraron de la sala.
A su turno, Fenoglio argumentó que el arma que hallaron en su casa hacía 30 años estaba allí. "Se ensañaron conmigo. Soy una persona de bien. No soy un barrabrava, soy un hincha más", aseguró. Los acusados culparon a los dirigentes de los clubes de incriminarlos en el asesinato.
El juicio a "La Banda del Camión" llegó a su fin después de que declararon decenas de testigos. Muchos dijeron ayer que aún quedaron cosas sin esclarecerse.

Se pagará una indemnización de $ 361.320
Basándose en la Ley de Defensa del Consumidor, en la de Violencia en Espectáculos Deportivos y en el Código Civil, el abogado Fernando Jogna Prats, representante civil de la familia de Luis Caro, fundamentó el pedido de indemnización de $ 650.000.En un alegato emotivo, que culminó con el llanto extendido del letrado, se detallaron los problemas de seguridad previos al partido jugado el 15 de setiembre de 2001.
"La violencia reinaba en esos días en el fútbol tucumano", dijo Jogna Prats, quien señaló que, además de los incidentes que hubo entre "santos y "decanos" en febrero de ese año, habían ocurrido incidentes en otros estadios, con clubes más chicos. Aseguró, interpretando el contrato, que los organizadores de la "Copa Cervezas Norte" eran los dos clubes y la cervecería Quilmes.

"Visitamos la tumba de Caro"
Los acusados por la muerte del hincha de Atlético Luis Gerardo Caro, ayer insistieron en su inocencia frente a la familia de la víctima y dijeron que ellos lamentaban mucho la muerte del joven de 14 años."Fuimos varias veces a visitar la tumba de Caro. Le prendimos velas y le suplicamos que si nos estaba escuchando, nos ayudara; porque nosotros también somos víctimas de esta situación", explicó Diego Sebastián Roldán. "Le pedimos a Luis, que sabe quién hizo todo esto, que nos guíe, que ayude a encontrar a los verdaderos culpables", agregó. "Tengo un hijo y no me imagino mi vida sin él. Por eso comprendo todo el dolor de la familia de Luis. Yo también, por estar preso, me perdí muchos momentos con mi hijo", expresó "Flay" Roldán.Los Roldán denunciaron, además, que fueron maltratados por policías cuando estaban detenidos. "El daño sufrido por los padres de Luis es irreparable, porque este podría haber dado mucho en el resto de su vida", explicó Jogna Prats. Pidió $ 250.000 para cada uno de los padres por daño moral, y otros $ 150.000 en total por la posible ayuda que Luis les habría prestado en su adultez, antes de casarse. Al aludir a las deficiencias organizativas, Prats señaló que había pocos policías; ninguna previsión para atender casos de primeros auxilios; y mucho menos, una ambulancia en la cancha. "Por eso el niño estuvo 30 minutos tirado en la calle", dijo.
Los jueces finalmente decidieron condenar a los clubes, a la firma Quilmes y a la aseguradora a pagar $ 361.320.

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