Cartas de lectores

La inflación

La Dirección de Comercio tiene la gran oportunidad de derrotar al temible flagelo que significa la inflación. Para ello deberá exigir a los propietarios de supermercados, almacenes, verdulerías, etcétera, que coloquen en la parte superior de cada una de las góndolas bidones conteniendo agua ya sea potable o bien mineral. A Gasnor, colocar en las casillas un envase conteniendo el preciado producto. Y así sucesivamente. A la empresa telefónicas una pequeña bolsita conteniendo agua en el cableado. Con este método inventado por los tucumanos, habremos disminuido el precio de todos los productos que hacen a la canasta familiar. Chau inflación. Todos felices. Políticos, aprendan.

Hugo César Navarro

Avenida. Francisco de Aguirre 1.582

San Miguel de Tucumán

Pichetto

El 24 de este mes la primera página de vuestro diario  anunciaba las  declaraciones del filósofo Santiago Kovadloff, que celebraba el paso del senador Miguel Ángel Pichetto al frente Juntos por el Cambio como “uno de los acontecimientos más reveladores de la cultura política contemporánea del país”; además de “poner así punto final a las polarizaciones como signo de crecimiento cultural” ya que se construyen en la Argentina consensos más allá de las ideologías”. No creo que  las ideologías desapareciesen por decisiones personales, acientíficas. La realidad objetiva es que se construyeron en nuestro país dos frentes, que no hacen desaparecer la polarización, y que se edifican por sus afinidades ideológicas y extrapartidarias. En el de Todos confluyen peronistas, radicales, izquierdistas, independientes etcétera, como Leopoldo Moreau, Fernández, Fernández de Kirchner, Massa y muchos otros que proponen desendeudar al país, industrializarlo, descolonizarlo, salir de la recesión, aumentar el consumo interno, que confluyeron sin abandonar sus afinidades ideológicas que vienen sosteniendo desde sus respectivos partidos. Juntos por el cambio reúne a los sectores conservadores, neoliberales (radicales de derecha, empresarios, peronistas de derecha (Sanz, Aguad, Cornejo, Gerardo Morales) que sostienen al macrismo. Este bifrentismo sí es uno de los acontecimientos más importantes de la cultura política contemporánea del país. Alejandro Grimson me enseñó que todos los partidos políticos tuvieron y tienen internas ideológicas; y hoy observamos cómo se unen para lograr objetivos comunes que postulan desde jóvenes en sus ex o actuales partidos. El senador Pichetto, al término de un proceso que lo venía mostrando más cerca de la derecha que de la oposición al gobierno, “cangureó” y fue a parar a un espacio oficialista, para agregarle un discurso bolsonarista. Ya se había quedado sin votos en su propia provincia. Cayó la careta que escondía su ideología “opositora” y ahora sin esa careta salta a un espacio donde le prometieron  un lugar en el poder. Por lo tanto, no creo que  haya consensos sin afinidades ideológicas. No se caen las polarizaciones, al contrario - se van solidificando- y ayudando a clarificar el debate político-electoral representan “uno de los acontecimientos más reveladores de la cultura política contemporánea del país.”

Daniel Mirkin

¿PODREMOS MEJORAR?

De ninguna manera rechazo el contenido de la carta del lector Federico Vázquez (“Podremos mejorar?”, 29/6); su enunciado es perfecto, pero no ligado a la realidad y a las posibilidades, que en función de ella debemos querer; después de 8 años del gobierno de Crisina KIrchner, en los que se cometieron un sinnúmero de delitos, con mayorías parlamentaria y con el grave hecho de su intromisión en la Justicia. El juez Oyarbide, en tiempo récord, dictó el sobreseimiento para el matrimonio Kirchner; las reiteradas transgresiones, robos y estafas que todavía se dirimen en Comodoro Py. Ya continuación de esos años nefastos, desde que Mauricio Macri se hizo cargo del poder, las degradaciones en todos los órdenes, en todos los estratos, produjeron tantos daños que hoy son difíciles de dimensionar; los 57.000 millones de dólares otorgados por FMI no sirvieron para abrir nuevas fábricas, ni para darle a lo que producimos un valor agregado, sino en un alocado y delirante afán de frenar al dólar, los primeros U$S 13.500 millones se emplearon para este fin, con resultados absolutamente negativos. Este grupo que hoy nos gobierna, si tomaran conciencia del daño que les han hecho a los millones que le dimos el voto, si tuvieran un poco de dignidad o escalas morales, de inmediato presentarían sus renuncias. Hoy hacen campaña con lo que lograron hacer, pero de los jubilados no hablan, del impuesto a las ganancias que prometió erradicar, ningún comentario ¿y este es es el presidente que pre tende seguir estando a cargo del poder? Esta paradoja se da como consecuen cia que él como señor rico a igual que sus amigos que por medio de especulaciones, literalmente desangraron al país... ¿que pueden saber de pobreza? ¿Dónde estuvo el srf. Macri, cuando se produjo el gran apagón argentino? ¿Por qué no enfrentó y le habló a  su pueblo? Fue por que no tenía explicaciones para dar... Tampoco a los viejos jubilados no nos nombra ni nos pronuncia ningún discurso. El lector Vázquez tiene razón en todo lo que dice y sugiere, pero primero es necesario que la Argentina recupere su estado de normalidad y después poco a poco iremos recuperando todo lo que nos  falta... y este es un proceso que con seguridad, va a durar mucho tiempo... con todo respeto, señor Federico Vázquez.

Héctor Leonardo Bravo

Monteros histórico

Consecuente con el pensamiento de rigurosidad histórica en el conocimiento del pasado de Monteros, deseo alertar por la información que se dispuso, hace poco tiempo, en las inmediaciones  del templo parroquial, sobre el primer templo y el actual. Se considera como una expresión restrictiva decir que en 1786 la parroquia de Monteros era una construcción de características tales o cuales, hubiese sido más preciso mencionar iglesia, templo o capilla, y para quienes  no conocen el significado amplio de parroquia hubiese sido bueno relatarles que en esa época la  parroquia o curato de Monteros, abarcaba un extenso territorio desde el río Seco al sud hasta el Manantial al norte y desde el río Grande (Salí) al este a las cumbres Calchaquí al oeste, contando con cuatro vice parroquias: Simoca, Famaillá, Lules y Amaicha del Llano. Su primer párroco fue el Cura y Vicario Propietario, ordenado a título de Patrimonio, Presbítero Dr. Don Diego Miguel Aráoz, designado el 10 de julio de 1780. El territorio que a partir de dicho año ocupó nuestra parroquia antes había sido parte de la parroquia o curato de  Chicligasta en donde se desempeñó como Ayudante desde 1767 nuestro futuro primer párroco, quién entre esa fecha y la de su designación construyó con su peculio una capilla en Simoca y otra en Monteros. Esta última se encontraba ubicada en el terreno que “hoy ocupa la escuela Nº 377 de Mataderos…” (García, 2009: 88-89). En cuanto al antiguo templo, decir que la obra comenzó en 1805, es por lo menos aventurado, ya que no hay fecha cierta de inicio. Un historiador dice: “las obras de esa iglesia habrían comenzado por mediados de la década de 1830” (García, 2009: 89). El templo, aún sin concluir fue habilitado en marzo de 1838, informando el obispo de Camaco José Agustín Molina: “…que había manifestado positivos deseos de que se cerrase la vieja e inservible Capilla en donde hasta el presente se celebran,…”. Esto nos indica que la vieja capilla construida por el cura Aráoz estuvo en funcionamiento hasta el momento de inauguración del primer templo. Germán Burmeister, viajero alemán que recorrió Tucumán en 1861, afirma que en esa época a la iglesia de Monteros “le faltan las dos torres”.  Continuaremos con esta cruzada tratando de dilucidar los arcanos del antiguo y preclaro Monteros, ya que conociendo la verdadera historia podremos enfrentar con algún grado de optimismo el futuro incierto de nuestro terruño. Pasamos de ser la más importante comunidad del interior de la provincia a comienzos del siglo pasado a un pueblo en decadencia que vegeta, especialmente en estos últimos años, de frustración en  frustración.

Arturo D. Zelaya

Congreso 122

Monteros

In memorian

Adiós a Ysmael díaz, “averiguador y escribidor”

Curioso, entretenido, amable, durante muchos años asiduo colaborador de la Sección Cartas de Lectores de nuestro diario, Ysmael Díaz falleció a los 79 años en su casa de Banda del Río Salí. El lector había nacido en El Puestito, a pocos kilómetros de Burruyacu. Por ser hijo de árabe, el juez de paz le puso autoritariamente a su nombre la letra ye. La curiosidad, la pasión por la lectura y el amor por la tierra donde vio la luz, lo llevaron a bucear en las raíces de su pueblo. “Burruyacu es un departamento con mucha historia, relacionada con el nacimiento de la patria. Ocurre que no tuvo ingenio azucarero ni fue centro turístico y en el pasado, no tuvo colegios secundarios, tal vez esa sea la razón por la que no hubo interesados en investigar y profundizar su participación histórica. Solo se refieren a la presencia circunstancial de San Martín en La Ramada de Abajo”, dijo en una entrevista publicada en julio de 2016, en la que se refería los aportes burruyaqueños a la gesta de la independencia. Ysmael Díaz es autor de “El Puestito, mi pago chico”, “El Puesto de don Benito” y “La aguada del burro. Memorias de Burruyacu”, libros que permanecen inéditos. “No soy historiador o investigador -ambos calificativos me quedan muy grandes-, por ello me autocalifiqué como averiguador y escribidor. Redactar las memorias de un pueblo con más de 200 años de existencia, por pequeño que sea, no es tarea fácil. Traté de hacerlo recurriendo al vocabulario norteño de mi zona para que lo lean y lo comprendan aquellos que allí viven o vivieron y aquellos cuya curiosidad los lleve a discurrir por sus páginas”, afirmaba Díaz sobre sus memorias de Burruyacu, que aún esperan que alguien curioso por la historia de los pueblos tucumanos la publique.

El investigador de Burruyacu

La vida colectiva de Burruyacu se ha quedado sin cronista. Ha partido don Ysmael Díaz: niños, jóvenes, docentes, autoridades civiles y vecinos ya no tienen a quién recurrir para recuperar la historia local; ha llegado la hora de consultar obligatoriamente sus libros: “El Puestito, mi pago chico”, “La aguada del burro”, “El puesto de Don Benito” y la compilación de cientos de cartas al diario LA GACETA. Lo conocí hace más de 25 años compartiendo investigaciones y documentos sobre el santiagueño departamento Jiménez y el tucumano departamento Burruyacu, pero sobre todo compartiendo la pasión por conservar la memoria colectiva. La última vez que lo vi fue en el Congreso de Historia de los Pueblos (Tafí Viejo, octubre 2018) donde los investigadores tuvimos la oportunidad de escuchar sus enriquecedores aportes sobre los procesos sociales desarrollados en el este tucumano. Don Ysmael Díaz no solo era un minucioso investigador, era también un poeta exquisito que estremecía con sus versos, como los que dedica al pocero…”te veo de chiripá sentado sobre el pescan/prendidito a la soga rumbiando pa´la profundidad/ Adán Romero te oigo gritar ¡Agua, mos dao en agua/aurita la quiero probar.”. Hoy las comunidades rurales del este tucumano lamentan su partida.

Ramona Serrano

Julio Prebisch 134

San Miguel de Tucumán

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