MODELO. Juan Manuel Olmos, maquillado por Ana Anzorena. LA GACETA/ FOTOS DE JUAN PABLO SÁNCHEZ NOLI.-
No es un secreto y tampoco una confesión: en busca de transmitir una imagen personal más pulcra y mejorar su estética corporal, los hombres también se maquillan. Con el adicional de que ahora, las grandes marcas de cosmética y de cuidado facial han lanzado colecciones ideadas para ellos: clientes un poco cohibidos pero dispuestos a probar los beneficios del corrector de ojeras y de las bases líquidas.
La tendencia se llama genderless, unisex o multisex y, aunque el nombre varía, el concepto es el mismo: liberar a las personas de las etiquetas de género y que los productos estéticos puedan ser usados sin distinciones. Es decir, evitando la segregación binaria que el monopolio de la belleza ha impuesto.
“Antes, sólo pensar que un hombre se maquillara estaba mal visto y remitía, erráticamente, a cuestiones de sexualidad y de género. El maquillaje era considerado sólo un elemento para destacar la belleza femenina -comenta la maquilladora profesional Ana Anzorena-. Pero en la actualidad hay un cambio, se está rompiendo con los prejuicios para permitir que el cuidado de la imagen corporal sea cosa de ambos sexos”.
Como ejemplo práctico, Juan Manuel Olmos no duda en dar su testimonio. “Lo que me llamó la atención fue ver el acabado y los resultados que se producían en la piel. Por los cambios hormonales, en la adolescencia son muchísimas las personas que padecen acné, espinillas o puntos negros, y el maquillaje podía cubrir esos rastros sin sentirnos mal por las imperfecciones”, explica.
“Son muchas las personas que creen que un hombre maquillado no puede ser viril, o que necesariamente el maquillaje debe ser ostentoso y estar destinado a llamar la atención. Ahí se equivocan”, agrega el estudiante de Arquitectura.
“Es importante entender esto: que un hombre se someta a un tratamiento de belleza no lo priva de su visión masculina. Jamás entra en juego ni en discusión cualquier otro aspecto; es solo una cuestión de imagen”, aclara Anzorena.
En efecto, el maquillaje logra que los problemas del afeitado (como sombras indeseadas en la barba), el enrojecimiento y las ojeras producto de la fatiga desaparezcan. Todo ello con pinceladas imperceptibles que dejan un make-up tenue y natural. “Entre mis clientes me tocaron novios que eligen el maquillaje para su boda. Ellos saben que es un día importante y al igual que las mujeres quieren ofrecer una estética acorde”, narra Anzorena.
El uso de maquillaje unisex y la cantidad de productos como máscaras de pestañas, rubores, delineadores y paletas de sombras que se ofrecen pueden resultarnos distantes. Pero, en realidad, los retoques, parchados y correcciones con maquillaje involucran a políticos, estrellas de cine, modelos y conductores de televisión. Este último es el caso del locutor y panelista Javier González Tognoni, quien utiliza polvo compacto para que su tez no refleje en pleno programa un efecto de oleosidad.
“Todavía algunos hombres no se animan a maquillarse o quienes lo hacen no se atreven a contarlo. Creo que deberían usarse más opciones de cosmética al asistir a entrevistas laborales o presentaciones ante mucha gente. Eso mejora nuestra presencia”, comenta.
“El maquillaje de hombre es un tema tabú en la vida diaria, pero para estar frente a las cámaras es necesario su uso profesional. En especial, en sesiones donde el rostro juega un papel fundamental”, comenta el fotógrafo y modelo Luis María Castro.
Además de estar presente en la cosmética, las propuestas genderless vienen en complemento con campañas de indumentaria y otros rubros, como los perfumes, las tinturas para el cabello, los accesorios y el calzado. “Hace mucho tiempo se está instalando esta nueva forma de vivir la moda y por eso no debe entenderse el genderless como un tópico o estilo pasajero. Se trata de una propuesta que va acorde con los cambios culturales que vivimos”, detalla la diseñadora Tatiana Cardozo Serrano.
“Una de las características de esta tendencia es que la elección de prendas no se dispone por los colores; en general la ropa es de tonos neutros y puede ser utilizada tanto por mujeres como por hombres -añade-. También hay un cambio morfológico: los tiros se hacen medios, se prescinde de las tablas, que son puramente femeninas (como las pinzas de busto, de cintura y de espaldas). Y, la figura se agranda y se aleja del cuerpo”.
