Las mecheras se adueñaron del centro, según los comerciantes

Las mecheras se adueñaron del centro, según los comerciantes

Aseguraron que los ataques son constantes en locales y en la calle.

ARCHIVO ARCHIVO
02 Junio 2019

“Las veo por la cámara y salgo a gritarles o impedir que roben”, expresó Romina Cardozo, una empleada de un drugstore de Crisóstomo al 500, en la capital. La joven contó que hace tres años trabaja en el kiosco y los robos a turistas o personas que están esperando el colectivo, se registran cada día.

“Acá yo tengo cámaras de seguridad y estoy todo el tiempo mirando. Ellas operan en grupo de cuatro o cinco personas. Se comenta que vienen a la mañana temprano en una camioneta, se bajan y simulan ser peatones. Se acercan y te abren la mochila o el bolso”, relató Romina. Contó además que muchas veces salió corriendo detrás de las atacantes para evitar que roben, sobre todo, a los chicos que salen de la escuela.

“Una vez estaba mirando la cámara, y veo que estaban robando afuera. Fui y las amenacé. Desde ahí se la agarraron conmigo. Saben que ya las ubico”, dijo la chica. Contó también que varias de ellas ingresaron a su local y quisieron agredirla. Romina sacó un gas pimienta y las roció con eso, lo que provocó que las asaltantes se fueran del negocio. “Me amenazaron de muerte y me dijeron que me iban a esperar en la puerta del kiosco para pegarme”, añadió.

La víctima se mostró acostumbrada a los robos diarios que se realizan en la zona y exige más presencia policial. “Tenemos a unos metros un hotel que recibe turistas y que además viven siendo asaltados, una universidad a la vuelta, escuela a pocos metros y cientos de personas que van y vienen. Hay mucha inseguridad y estas mecheras abundan”, agregó. “¡Lo peor es que no te das cuenta!, en un segundo te abren el bolso y te sacan todo”, dijo.

La empleada cree que no hay un horario específico elegido por las mecheras para asaltar, pero dejó en claro que suelen aparecer entre las 11 y las 12, cuando los estudiantes se dirigen a las paradas de colectivos para regresar a las casas.

“La gente cree que porque estamos en pleno centro, no van a ser asaltados. Estas personas toparon la zona. Ya saben cómo moverse y qué hacer. Conmigo ya no se meten porque saben que las reconozco, al igual que otros comerciantes pero tienen miedo, yo no”, agregó.

Carlos, empleado de la farmacia que está ubicada en el cruce de Crisóstomo y 9 de Julio, manifestó que habían sufrido varios robos en el local. “Hasta hace poco venía una persona todo el tiempo y sacaba cosas. No nos dábamos cuenta”, contó. El hombre dijo que prefiere perder algunos productos que realizar denuncia, ya que lleva tiempo. “No tenemos seguridad. De vez en cuando pasa un policía en bicicleta”, añadió.

Tamaño texto
Comentarios
Comentarios