Relativo alivio para una ciencia en colapso

Relativo alivio para una ciencia en colapso

¿Fue la investigadora Marina Simian, que ganó el concurso ¿Quién quiere ser millonario?, la que le hizo aflojar el bolsillo al gobierno de Mauricio Macri? Los directores del Conicet lo negaron el miércoles en el cabildo abierto convocado para protestar por la “desfinanciación sistemática” del sistema científico, aunque reconocieron el valor de esa acción individual para visibilizar el problema: al día siguiente de la difusión del caso de la bióloga Simian, Macri se mostró con ella. No obstante, los directores del Conicet destacaron como más valiosa la movilización constante de la comunidad científica y el impacto del manifiesto de científicos en Córdoba a mediados de abril.

La “aflojada de bolsillo” fue el anuncio, el martes, de que se asignarían partidas al presupuesto y de que se designaría en el directorio del Conicet a Alberto Kornblihtt y Mario a Pecheny, los dos investigadores críticos a la gestión gubernamental nombrados hace un año. Hubo cierto desacomodo en el mundo científico, porque la respuesta del Gobierno llegaba en medio del cabildo abierto: ni la proeza de la participante en el ciclo de preguntas y respuestas había logrado algo más que visibilización. “Es mentira que estamos recortando… Tenemos atrasos en los pagos, pero queremos que se queden tranquilos, que vamos a cumplir”, había dicho el 7/5 Jorge Aguado, secretario de Planeamiento y Políticas en Ciencia, Tecnología e Innovación Productiva (Infobae, 8/5). Nada hacía mover la insensibilidad del Gobierno: en octubre hubo una carta abierta a Macri de científicos argentinos, firmada por 11 premios Nobel, denunciando que “el sistema de ciencia y tecnología de Argentina está colapsando” a causa de recortes presupuestarios, reducciones de personal e incumplimiento de compromisos del Estado, y que el Conicet “está al borde de la parálisis”. Y no hubo reacción. Entonces, este anuncio desacomodó un poco a los científicos, que celebraron esta medida que –presumen- traerá alivio. Aunque aclararon que la expresión “celebrar” no significaba que estuvieran de festejo.

Sacudir la indiferencia

Daniel Campi (Instituto Superior de Estudios Sociales –ISES), que condujo el cabildo abierto junto a directores del Conicet en el MUNT, destacó el valor de la movilización y anunció que si hacía falta cortarían calles para sacudir la indiferencia oficial que ha derivado en la desfinanciación, la ausencia y el retraso de partidas, la falta de nombramientos, la reducción de ingresos a la carrera de investigador, situación que está produciendo “una expulsión de mano de obra altamente calificada; científicos que son absorbidos por los países llamados centrales que no han invertido un peso en esa formación”. La movilización –es decir, la medida extrema- es lo que, evidentemente, genera respuestas en este país caótico.

¿Qué va a pasar ahora? Según Kornblihtt y Pecheny, el Conicet está desfinanciado; habrá que hacer frente al ajuste en ciencia, impulsar la ley de financiamiento, que tiene media sanción, y comprometer a los referentes de las fuerzas a apoyar la ciencia y la tecnología (Página12, 23/5).

Compromisos caídos

El apoyo del mundo político es complejo, y mucho más en tiempo de campaña. Las promesas se desvanecen. Campi contó que hace tres años hubo compromisos con la mayoría de los legisladores nacionales por Tucumán y que después los referentes de Cambiemos se echaron un poco atrás “por mandato partidario”. Fueron compromisos “con resultado poco feliz”.

En el cabildo abierto se plantearon los problemas de esos apoyos políticos. Una investigadora del Proimi, Victoria Coll, dijo que el año pasado el instituto tuvo posibilidad de acceder 20.000 pesos de la provincia “y la condición era un acto proselitista con el Gobernador, sacarse una foto”. Si bien se explicó que en realidad hubo un problema de comunicación del Proimi, la duda quedó instalada. Campi aclaró entonces que el Gobierno provincial ofreció hace dos años 2 millones de pesos para 22 proyectos de investigación. “Nos dieron la mitad, pero jamás se nos pidió una foto ni nada. Tengo que reclamar el otro 50%”, especificó.

En el cabildo abierto estaban Mariano Garmendia, de la Secretaría de Ciencia provincial (Sidetec) y María María Alejandra Sánchez, coordinadora académica del Centro de Innovación (Ciidep, dependiente del Ministerio de Educación de la Provincia). Ella ofreció apoyo del ministro de Educación (Juan Pablo Lichtmajer, hoy candidato) y relató que se estaba lanzando el proyecto de creación de la Agencia Tucumán Ciencia. Mario Devani, investigador del Instituto de Tecnología Agroindustrial (Itanoa), le respondió: “estamos desfinanciados; tenemos alrededor de 20 personas terminando su doctorado y su posdoctorado; si no encuentran trabajo se van los mejores del país. Yo creo que en vez de armar nuevas cosas deberían ver la forma de apoyar a los institutos que ya tenemos. Así que te lo tiro como idea”.

Sin coordinación

Garmendia, de la Sidetec, dijo que no sabía nada del proyecto de la Agencia Tucumán Ciencia, pero que en su área le habían propuesto hace dos años al gobernador la idea de la creación de la agencia científico tecnológica como las que tienen Santa Fe y Córdoba y que aún no hubo respuesta. Además, dijo, “en la provincia tenemos mucho que discutir sobre la constitución del fondo de ciencia y tecnología” y también “estamos buscando reactivar el proyecto del polo tecnológico que está en El Manantial”, proyecto anunciado en 2015. En la misma tarde del miércoles pasado se presentó el Ciidep, en una visita del gobernador, Juan Manzur, el “master plan” de la Agencia de Ciencia y Tecnología, junto con el proyecto de refacción y ampliación del Conservatorio Provincial de Música. Hasta ahora, intenciones anunciadas “para el corto plazo”.

El gobierno nacional no considera prioritaria el área de ciencia y tecnología, sentenció Campi. Pero tampoco el mundo político en general tiene ideas serias (más allá de algunos hechos puntuales) sobre la investigación científica. Acaso por eso se ven estos desencuentros con respecto a la agencia, que debería ocuparse precisamente de la vinculación directa entre la ciencia y la sociedad. Los directores del Conicet plantearon “un llamamiento a las fuerzas políticas a que haya políticas de Estado, más allá del resultado electoral”. Habrá que ver si ganadores (y también perdedores) en las elecciones de 2019 escuchan ese llamado.

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