América jugó con todas ellas

La presentación de “Rabisco”, la pelota oficial de Brasil 2019, invita a recordar a sus antecesoras, desde las primeras de 1916.

12 Mayo 2019

La Copa América es el torneo de fútbol más importante de América a nivel selecciones, y quizás el segundo o tercero más importante, después del Mundial. Este año, como es sabido, se jugará la edición número 46 en el vecino país de Brasil. A pesar de toda esa tradición, el certamen no siempre se llamó así, y mucho menos fue Nike la empresa que siempre elaboró las pelotas con las que se jugó. Así como el espectáculo fue cambiando formato y nombre, también lo hizo la esférica, que trajo tantas alegrías y tristezas a los simpatizantes del fútbol de nuestro continente.

La primera edición se llevó a cabo en 1916 en Argentina, justamente para festejar el centenario de la independencia de reinos extranjeros. En ese momento se bautizó al torneo como Campeonato Sudamericano. Los participantes fueron cuatro: Argentina, Brasil, Chile y Uruguay. La curiosidad fueron las pelotas con las que se jugaron ese certamen. Se podría decir que la primera usada en un torneo oficial de selecciones fue argentina, y la segunda, uruguaya. La de “12 paneles” y la modelo “T”.

Eran pelotas de paneles rectangulares de tiento (cuero sin curtir), cosidos. Tenían una abertura (que se ajustaba con un cordón de zapato) por donde se sacaba o ponía una vejiga de cerdo que se inflaba y servía como contención del aire. Estas pelotas estaban muy lejos de ser esferas perfectas. Es más, no se llegaba a terminar un tiempo con la misma pelota porque se pinchaba, rompía o deformaba. Un dato curioso: la primera final, en la que se enfrentaron Argentina y Uruguay, se jugó el primer tiempo con la de los “12 paneles” y el segundo con el modelo “T”. No casualmente, Uruguay hizo dos goles y dio vuelta el partido en el segundo tiempo, convirtiéndose en el primer campeón.

El peso de la pelota cambiaba si se mojaba. Cabecearla, sobre todo si se hacía por el lado de la costura, podía ser extraordinariamente doloroso, por lo que cabecear era una práctica poco utilizada en esa época. Incluso, existen anécdotas de jugadores que debieron ser suturados tras intentar hacerlo. Cicatrices que quedaban para siempre en la frente a costa de un cabezazo. Por eso, algunos de los jugadores se acostumbraron a usar boinas en los partidos.

Este tipo de balones se utilizó hasta la década del ‘30. Para el segundo Mmundial en Italia, se estrenó la “Federale 102”. Pelota italiana que se usó en los campeonatos sudamericanos de 1935, 1937 y 1939. La única diferencia fue que tenía 13 paneles cosidos entre sí, lo que le daba más firmeza y no se deformaba tan fácilmente.

La verdadera revolución llegó con el “Allen Balon” (nombre de la empresa que las empezó a fabricar) en el año 1938. Esta pelota de origen francés también era de cuero. Sin embargo, en su interior se incorporó una válvula para poder inflarla con un pico sin tener que desarmar la pelota. Esta pequeña válvula fue como el descubrimiento de la penicilina para el mundo del fútbol. Hasta el día de hoy, todas las pelotas fabricadas llevan este pequeño artefacto. Con ella se jugaron los campeonatos desde el año 1941 hasta el 1949 (seis certámenes).

En el 1950, en el Mundial de Brasil, se estrena una nueva y muy novedosa pelota. Hasta el momento todos los modelos tuvieron dos gajos que se unían con un cordón para retirar o insertar la vejiga de cerdo. La “Duplo T Superball” tuvo la particularidad de ser la primera pelota sin costura exterior, y con la cual se podía jugar un partido entero sin tener que parar para inflarla, o cambiarla. Mantenía la esfericidad por mucho tiempo, pero seguía siendo de cuero. Esto significa que si se mojaba se volvía pesada y su vida útil disminuía. Igualmente, significó un avance muy importante para el desarrollo de los balones. Se utilizó en las competiciones del ‘53, ‘55, ‘56, ‘57 y ‘59.

Mientras tanto, en Chile, se estaba elaborando un modelo muy parecido al de las pelotas que vemos hoy. El ejemplar “Crack”. Su diseño estaba conformado por 18 paneles de cuero (12 hexagonales y seis rectangulares). La vejiga de cerdo fue reemplazada por una cámara de látex que permitía que el aire no se escapara con tanta facilidad.

La “Crack” mostraba su despliegue único en el verde césped y permitía que los remates y los pases sean más precisos. Con este balón, el fútbol sudamericano empezó a subir su nivel. Ahora la pelota hacia lo que el jugador “quería”, y era más predecible saber hacia dónde iría la pelota luego de un pique. Se jugaron con ella las ediciones de los años 1963, 1967, 1975, 2979 y 1983, cuando el torneo pasó a llamarse Copa América ya que la Conmebol hizo obligatoria la asistencia a las 10 federaciones de fútbol que había (Argentina, Chile, Uruguay, Brasil, Perú, Bolivia, Colombia, Ecuador, Paraguay y Venezuela). Mientras transcurrían los años, los materiales con los que se la construía fueron mejorando. Por lo tanto, la pelota también mejoró.

La era Adidas

A partir de aquí las pelotas se empezaron a fabricar con cueros sintéticos por fuera y una cámara de látex con válvula para un pico inflador por dentro. En 1986, Adidas firma un contrato con la Conmebol, en el que acuerdan que la empresa proveerá las pelotas para las copas América. El primer modelo que se usó fue en el campeonato de 1987 en Argentina. Fue la pelota “Tango” de Adidas con la que la selección uruguaya le ganó a la chilena 1 a 0 en el Monumental. Este fue un modelo icónico. El diseño era con 20 piezas con ‘tríadas’ que creaban la ilusión óptica de 12 círculos idénticos. Adidas fabricaría la “Tango” para la edición de 1989 en Brasil, y el modelo “Jalisco” para la Copa América de 1991 que se desarrolló en Chile.

Para la de 1993, la Conmebol, cambió de proveedor y contrató a Penalty, que trajo el modelo “América”. El diseño tenía tres triángulos en cada gajo, lo que generaba una sensación hipnótica cuando la pelota estaba en movimiento. Con este balón se jugaron cinco competiciones, hasta 2001, cuando el diseño cambió. Eran líneas continuas entre un gajo y otro que simulaban la ruta de una estrella. Fue el ejemplar “Star”.

Nike llegó para quedarse

Desde 2004 hasta hoy, Nike fue la proveedora y productora de las pelotas. Haciendo una repasada: en 2004 la Nike “Total 90 Aerow” fue el diseño que revolucionó la manera de percibir las pelotas. Ya no importaba tanto el material, porque de hecho eran prácticamente perfectas, sino que importaba lo que el ojo percibía. Eran tres líneas gruesas de color dorado que atravesaban toda la circunferencia del balón. En 2007 fue la “Mercurial Velocy”. Era blanca lisa con una línea roja que la rodeaba. Y en un flanco el escudo de la Conmebol.

En 2011 se utilizó el balón “T90 Tracer Dorma”, en la edición que se jugó en nuestro país. Similar a la utilizada en 2004, pero las líneas eran entrecortadas y tenían motivos negros adentro. En la Copa América de Chile 2015 se utilizó la pelota Nike “Ordem Cachaña”. El diseño de la pelota -y en especial sus colores-, está fuertemente influenciado por la cultura chilena. Los colores de la bandera chilena hacen una declaración en el diseño de la pelota: el rojo representa al pueblo, el azul al cielo chileno y el blanco a los Andes, que definen tan fuertemente la geografía del país. En 2016 se usó el diseño “Ordem Ciento” por el centenario de la Copa América. Simula una pincelada de pintura roja en un fondo blanco con pentágonos negros.

Este año se utilizará para la Copa América de Brasil la pelota “Rabisco”. Muy similar a la Merlín (anterior modelo de Nike para otras competiciones), que había integrado en su momento el All Conditions Control (ACC), un sistema para proporcionar un toque y control óptimos en todas las condiciones climáticas y de altura. El resto son novedades estéticas, pero no menores. La pelota se ve muy bien y mucho más cuando toque la red.

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