Un escritor denuncia que en 2015 volvió el analfabetismo, pero un ministro asegura que ello es "imposible"

Un escritor denuncia que en 2015 volvió el analfabetismo, pero un ministro asegura que ello es "imposible"

Giardinelli cuestionó el “embrutecimiento” social mientras que, según Finocchiaro, mejoró la educación.

Un escritor denuncia que en 2015 volvió el analfabetismo, pero un ministro asegura que ello es imposible

La grieta argentina estalló en el VIII Congreso Internacional de la Lengua Española. La explosión ocurrió ayer en Córdoba, en la sesión sobre los retos del español en la educación del siglo XXI. De un lado de la fisura quedó el escritor Mempo Giardinelli; del otro, el ministro de Educación de la Nación, Alejandro Finocchiaro. En presencia de asistentes de las dos orillas del Atlántico, los oradores tensaron el ambiente al situarse en las antípodas del pensamiento: ello no impidió que al final se saludaran con un abrazo. Mientras el autor denunció la existencia de un “proceso de embrutecimiento” y el retorno del analfabetismo a partir de 2015, cuando el presidente Mauricio Macri llegó al poder, el funcionario nacional expresó que ningún Gobierno podía producir analfabetos en tres años y manifestó que los últimos estudios revelaban mejoras en el sistema educativo, en particular en la comprensión de textos.

El escritor chaqueño atacó primero y no sólo reclamó una reacción a Finocchiaro, que participaba de la misma mesa, sino que también puso en cuestión la decisión de llamar “español” al “castellano”: según su criterio, la primera denominación “no existe”, y responde a una nueva forma de colonización económica, ideológica y cultural. Giardinelli atribuyó “al proyecto neoliberal” el desguace de la educación pública argentina: “lo que está en juego en el fondo es la libertad, la democracia, la paz y la literatura. Nuestro sistema educativo tuvo fallas, pero funcionó durante más de un siglo. Y hasta 2015 este país tenía índices casi cero de analfabetismo, pero ahora está volviendo”. El autor de Santo oficio de la memoria (1991) también responsabilizó a los medios de comunicación. “Estamos en un proceso de embrutecimiento gracias al gran pervertidor de la lengua que es el sistema multimediático, que está enfermo de mensajes de hedonismo, frivolidad, ligereza y odio racial, además de pésimo lenguaje”, diagnosticó.

Acompañado por los aplausos, Giardinelli reprochó “la intervención de empresas transnacionales” en el gobierno de la educación: “imponen la reducción salarial; recortan becas y ayudas; satanizan al sindicalismo; eliminan institutos de formación docente, y pretenden cancelar, porque no lo hemos permitido, la educación para adultos y trabajadores. Hay un abandono de la educación pública en el interior del país en todos los niveles. A lo mejor desde Buenos Aires, desde el Ministerio que encabeza el respetado Finocchiaro, y se lo digo con lealtad y respeto, no lo ven pero es un abandono que es pedagógico, edilicio y de formación docente. Se trata de una actitud suicida en un país con el 60% de inflación anual y uno de los mayores niveles de endeudamiento”.

Oda a la Ley 1.420

Casi una hora más tarde y a las corridas porque las exposiciones se habían prolongado y un avión lo esperaba, Finocchiaro agradeció al escritor “su magnífico ejercicio de libertad crítica”. “Vos me conocés y sabés que mi instinto natural es la polémica, pero lo voy a restringir porque no quiero salirme del panel. Me quedo con dos coincidencias: es verdad que toda posición educativa es política y que toda opinión sobre educación es política. Por poner un ejemplo: ningún Gobierno hace analfabetos en tres años de gestión. Estudiado bien el asunto, podríamos remontarnos a la época en que se había normalizado la promoción automática de nuestros niños, supieran o no, para mejorar las estadísticas educativas. Pero justo ahora las evaluaciones nos indican que los alumnos han incrementado su desempeño en Lengua”, contestó.

El ministro nacional agregó que coincidía con el autor en el elogio al sistema educativo del siglo XX, que había llevado a la Argentina a ser una de las naciones más alfabetizadas de América. Finocchiaro alabó a los protagonistas de esa política: Domingo F. Sarmiento, y los tucumanos Nicolás Avellaneda y Julio Argentino Roca. “Durante la presidencia de este último el Congreso dictó la Ley 1.420 que estableció la educación laica, gratuita y obligatoria que nos hizo argentinos y creó la ‘argentinidad’”, recordó también entre aplausos.

Luego de reivindicar la tarea y trayectoria de la Universidad Nacional de Córdoba, Finocchiaro relató que el Gobierno nacional llevó adelante en 2016 “la primera evaluación seria” del estado de la educación. “Nos dimos cuenta de que la mitad de los chicos no comprendía textos ni podía hacer operaciones matemáticas básicas. Por eso decidimos poner el foco en la enseñanza de la Lengua. Alguien puede no saber cómo resolver un problema matemático porque no entendió el enunciado. Hemos trabajado en forma intensa, y en la medición de este año encontramos que el 75% de los alumnos de la primaria está en el nivel satisfactorio o alto. Falta un 25% de los chicos, pero, cuando el Estado se decide a recuperar las políticas públicas de educación, se ven los resultados. Podemos decir, entonces, que la enseñanza comenzó a mejorar”.

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