Cartas de lectores

Escuela Dr. Raúl Colombres: ¿tierra de nadie?

Son frecuentes las quejas y los disgustos de los padres ante el mal estado de la escuela doctor Raúl Colombres, situada en calle Marcos Paz 1.425. Necesitamos ser escuchados. Es una institución con recursos suficientes como para mejorar la infraestructura y brindar una educación pública de calidad. Sin embargo, la actual gestión deja en evidencia que preservar la seguridad de los alumnos no es una prioridad. La escuela obligó a todos los estudiantes a pagar la Cooperadora junto con la inscripción del ciclo 2019, pudiendo los padres de bajos recursos, que no contaban con esta posibilidad, hacerlo recién en febrero. Firmaron un compromiso de pago para recibir a su hijo/a en la institución. Este mes ingresaron a la escuela $ 145.000, sólo correspondientes a concesiones de kiosco y librería. ¿Cuanto más ingresó en diciembre con las inscripciones que nos obligaban a pagar? Sin embargo, hace años que nadie hace nada por la escuela. Basura por todos lados, aulas sucias, uniones entre cables destapadas, personal auxiliar incompetente que no cumple su función, y además falta el respeto. ¡Ademas de plagas de ratas, alacranes y techos por caerse! Cada mínima llovizna, es mayor la cantidad de agua que cae dentro de la escuela. Durante el pasado receso de verano no se hizo nada para mejorar el edificio y solucionar estas problemáticas. ¿A dónde va el dinero que recibe la Cooperadora? Los docentes debían pagar ellos mismos la pintura y encargarse de pintar cada uno su grado si querían arrancar el período lectivo en mejores condiciones. Tienen ¡aulas sin ventilación! Hoy estamos abocados a acabar con la administración de una Cooperadora que recibió muchísimo dinero pero que no fue utilizado en la institución. Hoy queda a criterio de cada padre si envía o no a clases a sus niños. Pero la realidad es que cada día esta institución está en peores condiciones y nadie se hace responsable. ¿Vamos a esperar que ocurra una tragedia para accionar? ¿Tiene que desprenderse algún techo sobre los niños para que entiendan la gravedad de la situación? Por favor, ¡basta de excusas y más soluciones!

Rocío Bravo
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Día Mundial del Agua

El 22 de marzo será el Día Mundial del Agua. Fue establecido por la Asamblea General de la ONU por Resolución A/RES/47/193. En la misma se dispuso que los días 22 de marzo se los dedique a concientizar sobre la importancia que tiene este valioso recurso. En Tucumán, recordar y festejar el Día del Agua resulta irónico y patético. Basta recorrer las márgenes del Río Salí o algunos de sus tributarios y observar: vertidos de efluentes industriales de todo tipo, desechos cloacales, residuos sólidos urbanos (RSU), y sentir olores nauseabundos, para concluir que no tenemos nada que celebrar y que hay que mejorar y mucho. Las consecuencias que se derivan de todo esto son: alteración física y química del agua, afectación negativa de la biodiversidad, de la flora, la fauna, del paisaje, de las poblaciones ribereñas, e impacta, además, sobre la demandas bioquímica y química de oxígeno (DBO y DQO). Conclusión: el río transporta agua que no es apta para ningún uso. Y esto afecta también al lago del Embalse de Río Hondo, ya que lo contamina y favorece su colmatación, la eutrofización y perjudica al turismo y a los ecosistemas acuáticos. A esto debemos agregarle que la falta de una política de Estado, de planes y programas para administrar la cuenca, ha favorecido la erosión de los suelos, las inundaciones periódicas, la desaparición de los bosques ribereños y, por eso, hoy la cuenca Salí-Dulce es la segunda en nivel de contaminación en la Argentina. El desinterés del Poder Ejecutivo provincial, en lo referente a la contaminación de las aguas, se pone en evidencia cuando se observa que nunca participó como querellante en los juicios que se ventilan en los tribunales locales o en el ámbito federal (dejó a los ciudadanos denunciantes librados a su propia suerte). De los derrames cloacales que invaden la Capital mejor ni hablar (las pruebas las podemos pisar, ver y oler). La frutilla del postre: el municipio de Tafí del Valle pretende construir una planta de tratamiento de RSU, en el cono de eyección de ríos torrenciales: El Tafí, La Puerta y El Blanquito, en contra de los principios de la ingeniería ambiental. Cuenta con la aprobación del Ministerio de Desarrollo Productivo y de la Secretaría de Medio Ambiente, quienes deberían proteger al ecosistema.

Juan Francisco Segura
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El pulso de la ciudad

Las columnas de LA GACETA de los sábados no tienen desperdicio. Con ellas se podría escribir nuestra historia reciente. Federico Türpe presentó el caso de nuestro mercado central: el Mercado del Norte. Es exacto su análisis sobre los mercados en las ciudades. Si figuran entre los principales atractivos turísticos en muchas de ellas, es porque son insobornables testigos de la idiosincrasia y la cultura de cada pueblo. Visitarlos es una forma muy inteligente de conocerlos. Nuestro Mercado del Norte, “sucio, maloliente, feo y abandonado”, es también un testigo tangible no tan sólo de las políticas municipales desde hace más de medio siglo, sino también de nuestra propia incultura, urbana y ciudadana. Llama la atención del visitante que la capital del “Jardín de la República” se haya transformado en una ciudad fea, sucia, intransitable e insegura, que destruye y descuida su patrimonio arquitectónico y cultural. En Yerba Buena ocurre otro tanto: tiende a transformarse en algo similar: pavimentos y adoquinados deteriorados, cloacas nuevas desbordadas, basurales y yuyales en propiedades públicas y privadas. Si la ciudad es una obra de arte colectivo -como enseñaba el arquitecto Eduardo Sacriste- es evidente que las nuestras hablan muy mal de sus ciudadanos y de los gobiernos que supieron merecer.

Horacio Saleme
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Reflexión para quienes roban

Según dice en el libro de humor, titulado “Haciendo jueguitos”, “es tan pródiga la naturaleza en estos lugares, que si a un ‘vago’ que gustosamente pasa todas las horas del día sentado, lo sientas en un nido, seguro que pone un huevo”. ¿A qué viene esta introducción? A llamar a la reflexión a un sector importante de nuestro país, que de muchas formas se dedica a robar. Y no es que quiera defender a los ladrones, pero creo que la mayoría de ellos nunca se ha realizado el siguiente planteo: “Creo que es más cómodo, conveniente y menos riesgoso, trabajar que salir a robar. Porque si trabajo, termino mi tarea y regreso a casa; me pagan el día, la semana, la quincena o el mes que trabajé, y vivo y dejo vivir tranquilos a los demás. En cambio, si robo, deberé huir desesperadamente y, en la huida, pondré en riesgo mi vida que, si la pierdo, afectará la vida de los que me quieren y me necesitan bien (esposa, hijos, padres, hermanos y amigos). Y si me atrapan la pasaré mal con la Policía, peor con el juez y ni hablemos en el encierro. Además, habré desobedecido uno de los mandamientos principales de Dios’. Y a otro más importante aún: amar a toda la gente como a mí mismo”.

Daniel Chávez
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El mal de la inseguridad

El argentino es víctima de la inseguridad que cada día es más grave, no tiene límites, y nos atemoriza salir a buscar el peso diario con la posibilidad de no regresar; es la identidad argentina; hoy, nos reconocen por las tristes noticias de un lugar en el mundo que no tiene solución. ¿Te imaginas el futuro? No quiero ser pesimista, sólo ruego que algo nos ilumine y que salgamos adelante.

Carlos Rubén Ávila
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