“Algunos quieren hacer entender que modernizar significa reducir la administración pública”

El secretario de Gestión Pública y Planeamiento de la Provincia de Tucumán, Julio Saguir, acaba de llegar de Estados Unidos. “Jon Elster y Adam Przeworski (dos renombrados politólogos) me invitaron a la Universidad de Nueva York para terminar mi libro sobre las asambleas constituyentes del siglo XIX. Me quedé tres meses”, cuenta. Ahora, en su despacho en la Casa de Gobierno, Saguir recibe a LA GACETA para conversar sobre la modernización del Estado. Observa, entre otras cosas, que existen buenas prácticas de gestión estatal que terminan en el público de una manera menos directa y menos evidente que la reducción de la fila de espera para hacer trámites.

-¿De qué se trata la modernización del Estado?

-Se trata de la introducción de buenas prácticas de administración en el sector público. Algunos quieren hacer entender que modernizar significa reducir la administración pública. Pero en realidad, la modernización plantea el desafío de, más que reducir, mejorar la gestión, la atención al público, la eficiencia, la comunicación. Pero éste no es solamente un problema del Estado. Es un problema de cualquier organización que vive desde hace muchos años y que hoy tiene que transformarse y repensarse a causa de la nueva época.

-¿Cuándo se torna visible la introducción de estas buenas prácticas?

-El contacto directo con el público implica mostrar en el punto final qué estás haciendo para mejorar la situación de las personas. Pero hay buenas prácticas de administración del Estado que terminan en el público de una manera menos directa y menos evidente que la disminución de una cola. Es bueno tener la visión general de cómo termina mejor un ciudadano aun cuando hay quejas.

-¿Hay buenas prácticas de este Gobierno que hoy son invisibles?

-Hay cosas que no están todo lo difundidas que uno quisiera. Por ejemplo, hay en el portal web de la Provincia algo que hace un tiempo no había y que tiene que ver con esto. Me refiero a la guía de trámites, que es una información pública, puesta a disposición del ciudadano. Para cualquier cosa que quiera hacer en la administración pública, el ciudadano puede informarse vía internet sobre el lugar, los horarios, los requerimientos y los costos. Eso es atención al público, pero no está todo lo difundido que uno quisiera.

-Una queja muy común es que la administración pública tiene demasiados empleados y es poco eficiente. ¿Qué hay de cierto en eso?

-Aquí hay un concepto que conviene aclarar. Sin duda alguna que la introducción de buenas prácticas, incluida la innovación tecnológica, tiende a hacer desaparecer algunas actividades. Pero esto no sucede sólo en la administración pública, sucede en el mundo. Hay actividades que antes se hacían y ya no se hacen. Eso va a seguir sucediendo, pero no significa que no se reabran otras actividades y formas de trabajo que requieren tanta gente como la que se va por el otro lado. La inteligencia hoy está en saber encontrar cómo la innovación puede generar nuevas políticas públicas y nuevos canales de atención para la gente. Y el desafío está en cómo convertimos a nuestra gente hacia eso. Éste es el desafío duro.

-Pero eso no responde a la pregunta…

-Hay lugares en los que por la innovación tecnológica puede ser que la cantidad de empleados sea superior a la necesaria, pero también hay lugares en los que faltan empleados. Este reequilibrio es el que nos desafía y requiere por parte de nuestra secretaría una mayor tarea de coordinación.

-¿Qué actividades están llevando a cabo para reubicar a los empleados?

-Nosotros tenemos un organismo dedicado a la capacitación de los empleados públicos. El Instituto Provincial de la Administración Pública (IPAP) permanentemente capacita a los empleados con el fin de brindarles nuevas herramientas para que hoy ellos les den una nueva forma a las políticas públicas y se adapten al cambio. El IPAP atiende anualmente entre 800 y 1.000 personas. Eso es para la administración pública centralizada. Después tenemos todo lo que cada área hace. Lo que el Ministerio de Educación hace para los docentes, lo que el Ministerio de Salud hace para los agentes sanitarios, y así sucesivamente. El Estado tiene actividades permanentes de capacitación, de innovación para sus empleados.

-¿Considera que esa es la principal función de la Secretaría de Gestión Pública y Planeamiento?

-No. La Secretaría tiene como responsabilidad la mirada estratégica del hacia dónde del Gobierno. Se encarga de la planificación, la capacitación, las estadísticas y la introducción de prácticas administrativas de gestión de calidad y evaluación de políticas públicas. En todas estas áreas tiene funciones a cargo que son transversales. El cumplimiento de esas tareas implica una coordinación entre los ministerios, donde la palabra coordinación significa invitar y ponerte a disposición para que cada ministerio pueda ampliar, mejorar, aumentar lo que ya hace. Algunos lo necesitan más y otros lo necesitan menos.

-¿Cuál es la mirada estratégica de este Gobierno?

-Nuestra política de planificación está organizada alrededor de los Lineamientos Estratégicos para el Desarrollo (LED) de la Provincia de Tucumán. Los LED tienen por lo menos tres características: coordinación intragubernamental, participación ciudadana y vinculación nacional e internacional.

-¿Cómo funciona esa vinculación?

-Los LED tienen más de 10 años, pero en el 2016 los reformulamos y adaptamos a los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) de las Naciones Unidas. De esta manera la Provincia se sumó a un consenso internacional que ya había sido adoptado por el Gobierno nacional.

-¿La Provincia coordina con el Gobierno nacional?

-Sí, por supuesto. Todos los representantes de áreas como la mía trabajamos en el Consejo Federal de Modernización. Yo soy el coordinador de la Comisión de Gestión por Resultados. Estamos muy en contacto con la Secretaría de Modernización, más allá de las diferencias políticas. Y no sólo coordinamos con la Nación, sino que también lo hacemos con los municipios y la sociedad civil.