El Gráfico, las historias del barrio que cambia de color

El Gráfico, las historias del barrio que cambia de color

En la zona sur de la ciudad se levanta un bloque de 12 edificios cuyas fachadas están siendo revalorizadas. Dentro del predio, la actitud proactiva de los vecinos parece reducir el impacto de un entorno violento e inseguro.

COLORES INTENSOS. Así lucen algunos de los departamentos del barrio El Gráfico; las obras siguen en otros. COLORES INTENSOS. Así lucen algunos de los departamentos del barrio El Gráfico; las obras siguen en otros. LA GACETA / FOTOS DE INÉS QUINTEROS ORIO
08 Febrero 2019

En el barrio El Gráfico, ubicado sobre avenida Democracia, en la zona sur de la capital, se levantan 12 monoblocks en los que habitan 108 personas, en su mayoría, jubilados. Estos edificios que ya cargan con varias décadas a cuestas cobijan historias de amores, solidaridad y lazos vecinales que, en otras zonas de la ciudad, parecen haber ido desapareciendo ante el avance de la topadora de la inseguridad, las drogas y la falta de infraestructura urbana.

Las callecitas que comunican entre sí los bloques de departamentos están llenas de historias, anécdotas y de vecinos que pasean sus perros, mamás que juegan con sus hijos y escenas que remiten a los barrios de otros tiempos, cuando no era necesario encerrarse después de las 18 para evitar los robos. Si bien este lugar no está exento de los problemas que afectan a gran parte de la provincia (inseguridad, adicciones y violencia), la actitud de los vecinos parece reducir su impacto.

En las últimas semanas, la fachada de estos edificios comenzó a cambiar. La Municipalidad las está pintando de colores vivos para mejorar el aspecto deteriorado que presentaban y generar un impacto en el entorno (ver en nota aparte).

Una recorrida por estos monoblocks permite advertir que los perros que descansan al sol en las calles internas y en los pasillos de los edificios funcionan como una alarma natural ante los desconocidos: cuando el extraño ingresa al predio, ellos comienzan a ladrar y el sonido se vuelve atronador.

Lorena Militello observa atentamente las actividades de sus vecinos, casi como una vigía. Ella afirma que la vida cotidiana dentro de los edificios es distinta a la que de afuera, y que los vecinos se llevan bien entre ellos. En caso de una emergencia, lo primero que hacen es apoyarse mutuamente. Como ejemplo cita un caso que ocurrió el año pasado: un vecino dejó de lado sus obligaciones para trasladar al hospital a un niño que estaba convulsionando. “Hoy está a salvo gracias a ese señor”, relata la mujer mientras señala el sexto bloque, donde hoy vive el chico.

COLORES INTENSOS. Así lucen algunos de los departamentos del barrio El Gráfico; las obras siguen en otros. COLORES INTENSOS. Así lucen algunos de los departamentos del barrio El Gráfico; las obras siguen en otros. ARCHIVO LA GACETA / FOTO DE INÉS QUINTEROS ORIO

A pocos metros de Militello, Paola García se protege a la sombra de un árbol. Ella asegura sentirse feliz en el barrio, a pesar de los problemas que los rodean. Se queja con insistencia por los problemas con el agua. “Sale con barro”, explica.

Los habitantes de estos edificios decidieron crear un grupo de Whatsapp para alertarse sobre cualquier situación sospechosa. A Sara Apud, por ejemplo, le tocaron la puerta y cuando abrió, no encontró a nadie. Inmediatamente dio aviso a sus vecinos a través del grupo para alertarlos sobre la situación, ya que temía que se tratara de ladrones. De todos modos, no están inmunes a episodios de inseguridad. Por caso, hace poco dos motochorros se metieron al estacionamiento del bloque 1 y le robaron a una señora cuando salía a trabajar .

Reglas de convivencia

Este “mini barrio” se formó en 1985. El dueño del único kiosco, Miguel Cuenca, detalló algunas reglas de convivencia que hacen de este lugar algo un sitio distinto a muchos otros vecindarios tucumanos. “Los días hábiles, después de las 22, no se puede poner música fuerte ni hacer fiestas; eso sólo se permite los fines de semana, excepto a la siesta”, cuenta.

Entre bloque y bloque hay pequeñas plazas, mantenidas por los propios vecinos. Cuenca mira hacia la que está frente de su negocio y su cara adquiere una expresión de tristeza: cuenta que todas las noches ve allí chicos drogándose. Le parte el alma y, a la vez, le provoca miedo.

Con periodicidad, los vecinos se juntan para tratar de mejorar aspectos que inciden en la calidad de vida. Juana Valle habita en el primer block y afirma que están planificando formar un consorcio y poner un vigía, pero hasta el momento no terminaron de ponerse de acuerdo. “Yo prefiero pagar una cuota mensual para que podamos mantener el jardín, contratar un vigía y generar un fondo comunitario para cualquier emergencia”, expresa.

Amores

Los 12 edificios fueron testigos de historias de amores jóvenes, de amistades duraderas y de épicos picados de fútbol. Federico Caro, quien vive a cinco cuadras de allí. recuerda cómo era la vida en el barrio hace 15 años. “Yo jugaba al fútbol todos los días con amigos que vivían en esos bloques. Varios de nosotros tuvimos un amor dentro del corredor principal, pero no como lo hacen los chicos ahora, sino con mucho respeto”, rememora.

Osvaldo Gallo, conocido como “Nino”, vive en el segundo piso del sexto block. Uno de sus tres hijos, Luis María, conoció en ese mismo callejón a su esposa, Natalia Ruiz, quien vivía en el noveno block. Los otros dos hijos de Gallo son fanáticos de fútbol desde muy chiquitos. Ambos son “famosos” en el vecindario porque rompieron muchas ventanas, comenta el padre riendo (producción periodística de Álvaro Minchili).

COLORES INTENSOS. Así lucen algunos de los departamentos del barrio El Gráfico; las obras siguen en otros. COLORES INTENSOS. Así lucen algunos de los departamentos del barrio El Gráfico; las obras siguen en otros. ARCHIVO LA GACETA / FOTO DE INÉS QUINTEROS ORIO

Lo que se viene

¿Cuáles son los vecindarios en los que se mejorarán las fachadas de las casas?

Las fachadas de cinco barrios de la ciudad comenzaron a cambiar: los colores de las paredes se están transformando y el objetivo es revitalizar estos espacios.

Esta iniciativa surge en el marco del Plan de Recuperación que lleva adelante la Municipalidad capitalina. Se busca darles una respuesta a los habitantes de estos lugares que vienen pidiendo desde hace tiempo que el Estado los ayude a mejorar los ambientes que habitan.  

Las zonas que están incluidas dentro del plan son los barrios Diza, 24 de Septiembre, Piedrabuena, Oeste II y El Gráfico.

En los monoblocks de este último vecindario, las obras comenzaron hace 10 días. Se encuentran sobre la avenida Democracia al 700, en la zona sur de la capital. Estos edificios fueron construidos en el año 1985 y allí viven 108 familias.

Walter Berarducci secretario de Gobierno de la Municipalidad explicó: “tener la fachada pintada dignifica hacia adentro de la vivienda, y también como vecinos y ciudadanos”. El funcionario comentó que el aspecto de ciertos sectores de la ciudad se encuentran deteriorados por la falta de mantenimiento que genera la escasez de recursos económicos de los frentistas. Es por eso que se creó el programa. Las próximas obras están programadas para los barrios Diza y Oeste II.

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