Por Ricardo Reinoso
05 Febrero 2019
BENEDICT CUMBERBATCH. El actor en uno de sus mejores papeles.
“La familia es el escenario de la peor perversión potencial, porque es ahí donde hay más presunción de amor”.
La frase pertenece al escritor Edward St. Aubyn, en una entrevista por la publicación de su trilogía “El padre”, una historia de incesto, pederastia y drogadicción en el seno de la clase alta británica.
“El mundo está lleno de tiranos dentro del ámbito de la familia que pueden resultar encantadores para sus colegas y amigos -agrega St. Aubyn-. En ese contexto, la crueldad es más perversa. Además, todo queda en privado. La gente duda a la hora de intervenir. ¡Hoy ya no! Ahora la gente corre tanto a denunciar pederastas que se tropieza. Pero en aquellos días se pensaba que esas cosas eran trapos sucios de familia, sobre todo, en Inglaterra”.
La fascinación por la saga autobiográfica de St. Aubyn y su personaje, Patrick Melrose, impulsó al actor Benedict Cumberbatch a convertirse en el protagonista de una adaptación para la TV. El producto, cinco capítulos que comenzó a emitir ayer la señal OnDirecTV, ha sido calificado por la crítica como una de las mejores miniseries de 2018.
Si bien “Patrick Melrose” no ganó ninguna de las múltiples nominaciones que tuvo a premios como el Emmy o el Golden Globe, es aclamada por su calidad fílmica y actoral. El brillante desempeño de Cumberbatch es secundado por Jennifer Jason Leigh, en el papel de una madre sufrida y complaciente, y Hugo Weaving como un padre despótico, cruel y abusador. El anuncio de su muerte abre la trama del primer capítulo, donde el protagonista -heredero de una gran fortuna- se desbarranca por la pendiente de las adicciones. Drogas, alcohol y autodestrucción, pero sin abandonar una actitud burlona e irónica hacia su propia persona atormentada, que atraviesa situaciones límite y a menudo grotescas. Es evidente que la serie acertó con el tono de la narración, atenuando con humor la sórdida tragedia que subyace en el fondo.
La miniserie es fruto de felices coincidencias de talentos artísticos. Se sabe que el guionista David Nicholls se enamoró de las novelas de St. Aubyn, que retratan la decadencia de la aristocracia británica a medida que las leía durante las últimas dos décadas. Al mismo tiempo, Cumberbatch pasaba de ser un actor casi desconocido a encarnar al moderno Sherlock Holmes y al Doctor Strange de Marvel.
“Cuando en una entrevista me preguntaron qué papeles me gustaría interpretar, respondí que Hamlet y Patrick Melrose si alguna vez se llevaban sus libros a algún medio”, recuerda el actor inglés.
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