"Nunca hay que acampar al borde de un río de montaña"

"Nunca hay que acampar al borde de un río de montaña"

Alberto Danielsen, ex bombero y ex miembro del Grupo 0, en el área de Operaciones de rescate, alertó sobre los riesgos de las crecientes súbitas. Responsabilidad de las autoridades.

Nunca hay que acampar al borde de un río de montaña
26 Enero 2019

Otra vez un río de montaña se cobró una vida. Brenda Gómez tenía 17 años y había acampado a orillas del río Tafí con su novio. 

“No nos cansaremos de insistir, sobre los riesgos que pueden causar los ríos de montaña. Uno siempre cree que no le va a pasar nada; pero lo que pasó le puede suceder a cualquiera. Lo digo de nuevo: nunca, pero nunca hay que acampar junto a un río de montaña”, dice sin poder resignarse a lo ocurrido Alberto Danielsen, ex bombero y ex miembro del Grupo 0, en el área de Operaciones de rescate.

“Cuando le gente va de veraneo quiere quedarse cerca del río; no importan las advertencias. No  entiende que el clima en vertical (o sea, el que se disfruta en el lugar del acampe, o del baño refrescante) no se relaciona con lo que ocurre río arriba. Basta que una sola nube de tormenta se descargue en las montañas para que el caudal crezca muy rápido”, vuelve a enseñar Danielsen, y explica por qué: “se suman la pendiente y lo estrecho de los cauces; el agua se transforma en una muralla que crece”.

Rol de las autoridades

“Además de las responsabilidades individuales, están las públicas. Estos hechos se pueden evitar con campañas de información, con controles y con acciones preventivas. Haría falta un sistema de alerta temprana (como funciona en Córdoba) desde un puesto de avanzada río arriba, que tenga enlaces en los sitios de riesgo y sirenas que den la alerta -señala-. Claro que además es necesario que la gente ‘les dé bolilla’. A veces es imposible lograr que salgan del agua y se alejen”.

El otro punto clave es el mantenimiento de los cauces de los ríos.  “Los márgenes pueden desmoronarse por muchos motivos. Cuando el agua es poca, fluye tranquila y nadie se entera. Pero cuando el volumen crece de golpe, estos desmoronamientos actúan como diques naturales y empeoran la situación”, advierte.

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