La tormenta electoral

“Yo nunca opino de la oposición. Que hagan lo que quieran. Nosotros buscamos resolver internamente nuestras cuestiones; ellos tendrán que resolver las suyas adentro también”. En el medio de este río de palabras que lanza el gobernador Juan Manzur pasa demasiada agua. Y el oficialismo tucumano trata de construir defensas para que no haya desborde. Curiosa estrategia electoral en tiempos de fuertes lluvias.

Manzur ha vuelto al ruedo con ideas claras respecto de cómo enfrentará la próxima elección. No le desagrada la idea de que, correcciones jurídicas mediante, se aferre al fallo de la Sala I en la Cámara en lo Contencioso Administrativo para convocar, anticipadamente, a elecciones provinciales. “Esperaré los tiempo de la justicia. Hay cosas que aclarar. Yo creo que en febrero, una vez que estén firmes las cosas y que esté todo claro, ahí definiremos”, dijo el mandatario en la entrevista que concedió a LA GACETA.

Los estrategas de la Casa de Gobierno ya le presentaron el menú al titular del Poder Ejecutivo. Almanaque en mano, le demostraron en las últimas horas que es posible anticipar el calendario y ponerle quinta velocidad al “operativo reelección”.

¿Cuáles son las fechas probables que se manejan en el oficialismo gobernante? Con ingeniería estadística, los colaboradores de Manzur se aferran a una fecha de mínima y a otra de máxima, pero ninguna de ellas cercana al 25 de agosto que, hasta ahora, sería la fecha original. Ambas son coincidentes con comicios en grandes jurisdicciones electorales.

• La más cercana. Si se realizan las correcciones jurídicas y la Justicia decide la cuestión durante febrero, la idea oficial es que las elecciones sean convocadas para el 12 de mayo. ¿Por qué ese domingo? Particularmente porque la Casa Rosada tendrá más sus ojos puestos en el distrito que fue definitorio para que Mauricio Macri se convirtiera en presidente en 2015: Córdoba.

• La más alejada. La segunda probabilidad de convocatoria a elecciones en la provincia sería el domingo 16 de junio. Ese día otro de los distritos con mayor poder electoral tendrá elecciones: Santa Fe.

El oficialismo parece imponer su velocidad a la contienda electoral. El proceso de cooptación de dirigentes continuará, más allá del encuentro que ayer tuvo como protagonista al legislador amayista Christian Rodríguez para anunciarse que se pasa a las filas del Partido Justicialista. Domingo Amaya, a quien el parlamentario respondía, mira de reojo el movimiento. El ex intendente capitalino prefiere no revelar, por ahora, cuál será su posición para las elecciones que se avecinan. Pero pretende jugar con candidaturas dentro del espacio de Cambiemos.

El manzurismo, además, marca terreno. La idea de un encuentro con el senador José Alperovich se aleja a medida que se robustece la probabilidad de comicios anticipados. “No hay intenciones ni tiempos para acuerdos”, señalan los funcionarios de Manzur. La división es prácticamente un hecho. El gobernador no está dispuesto a negociar. “No voy a entregar al vicegobernador”, señala ante la posibilidad de que su antecesor intente bajar a Osvaldo Jaldo para llevar un “candidato de la unidad” en el binomio oficial. El mensaje del gobernador ya fue retransmitido a los intendentes y a los legisladores. La fórmula no se toca.

Mientras la oposición sigue encaminando la campaña en los hechos de inseguridad que, a diario, se observan en Tucumán, la Casa de Gobierno acentúa sus críticas hacia la política económica nacional. Desde ese criterio es que intentan convencer a los peronistas que se alejaron del partido en tiempos del alperovichismo para “invitarlos” a regresar a ese partido.

Si las elecciones se anticipan, la provincia podrá seguir montando su campaña en las cuestiones económicas. Los analistas observan que la actividad puede llegar a mostrar signos de recuperación a principios del segundo semestre de este año. De esa manera, el humor del electorado puede llegar a cambiar. En cambio, durante el primer semestre habrá incrementos tarifarios que, según la Casa de Gobierno, llevarán al votante a mirar diferente a Cambiemos. El verano desató otra tormenta electoral.

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