05 Enero 2019
DUNAS Y MÁS DUNAS. En la edición del año pasado, Ricardo Neme y su navegante, Ramiro Corvalán, tuvieron que enfrentar con la Toyota SW4, una y otra vez, montañas de arena, llenas de trampas. paco foto agencia
La edición número 41 del Dakar se realizará íntegramente en territorio peruano. Entre mañana y el jueves 17, motos, cuatriciclos, autos y camiones deberán enfrentarse a las complicadísimas arenas y dunas. Aunque si de consuelo se trata, será el recorrido más corto de los últimos años. Tres zonas de competición, 5.000 kilómetros y 10 etapas para superar; así los competidores ya palpitan una edición al límite.
Ricardo Neme es palabra autorizada para analizar el trazado en tierra incaica. Él luchó como pocos el año pasado en un recorrido que terminó siendo decisivo para su abandono, días más tarde, ya en nuestro país. El piloto se prestó a un mano a mano con LG Deportiva para analizar un recorrido que no es nada sencillo.
- ¿Por qué es tan complicado el terreno en Perú?
- Perú tiene un terreno arenoso, con dunas muy altas. Hay laderas que llegan a más de 150 metros. Lo difícil es llegar de un solo envión a la cresta para no tener peligro. Para colmo, luego hay bajadas bien extensas a valles. El trayecto es de una gran dificultad técnica y de manejo.
- ¿Cuál es la mayor complicación con la que te encontrás?
- Cuando trepás las dunas no sabés con qué te vas a encontrar arriba, no ves cómo sigue el trayecto. Eso hace que no tengas referencias y, si vas con poco envión, no llegás a la cresta y tenés que volver. Por el contrario, si vas muy fuerte te pasás y podés volcar. Algo así nos ocurrió el año pasado y fue la causa de la lesión del Ramiro Corvalán, mi navegante. Además, en las dunas se forman los llamados “ceniceros”, que son como huellas donde, si se mete el vehículo, no podés sacarlo, o también las “ollas”, donde te quedás atascado, sin margen para tomar envión y subir. Otra complicación es el horario. En Perú, a las 18, ya es de noche, por lo que muchos trayectos los hacés sin luz natural. Es dificultoso el manejo, y peligroso.
UN DESCANSO, Neme, en 2018, pudo llegar hasta la etapa que cerró en Salta.
- ¿Qué fue lo peor que les pasó en su experiencia?
- El golpe que nos dimos en la segunda etapa. Fue en una duna, en la que nos pasamos. El golpe al caer terminó generando una compresión muy grande. Ramiro tenía un dolor muy fuerte en la espalda, además del susto que nos llevamos. Pensábamos que era un tema muscular, por eso seguimos adelante durante ocho días; hasta que nos dimos con que era una fractura de vértebra. Sin dudas, el terreno peruano nos llevó al abandono. Esa complicación, por las dunas, hizo que mi compañero se lesionara y que no podamos seguir adelante.
- ¿Este Dakar será más difícil que los anteriores por el tema que será todo el tramo en un solo terreno?
- No sé. Sí será un Dakar atípico. Antes había diferentes tipos de terrenos, ahora todo el recorrido es en dunas. Yo creo, teniendo en cuenta la cantidad de abandonos que hubo el año pasado en esas etapas, que buscarán un grado menor de dificultad. Eso pasa siempre. Cuando un año ven que es fácil, le agregan dificultad; por el contrario si es muy difícil, bajan un poco la exigencia.
- ¿Tendrá algo positivo?
- En este caso habrá sólo tres vivacs y eso facilita el mantenimiento del vehículo. Los mecánicos y los equipos no viajarán tanto y eso facilitará todo. No hay tanto desgaste en ese sentido. Además, ahora habrá posibilidad de reenganche, algo que antes no había; eso es una característica muy positiva para la competencia que se iniciará mañana.
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