Diarte, el primer “refuerzo”

Diarte, el primer “refuerzo”

Acelera la puesta a punto para volver en la recta final.

SELFIE. En el complejo, Lucas Diarte posa con Víctor Salazar (jugador de San Lorenzo) y con el kinesiólogo Damián Solís. FOTOS INSTAGRAM @LUCASDIARTE20 SELFIE. En el complejo, Lucas Diarte posa con Víctor Salazar (jugador de San Lorenzo) y con el kinesiólogo Damián Solís. FOTOS INSTAGRAM @LUCASDIARTE20
22 Diciembre 2018

Está de vacaciones, pero en su cabeza da vueltas y vueltas una idea fija: volver a jugar tras su lesión y poder debutar con la camiseta del club que lleva en el corazón.

Por eso nadie se sorprendió al ver aparecer a Lucas Diarte por el complejo “Natalio Mirkin”. Lo que sí causó algo de revuelo fue su compañía: Víctor Salazar, lateral tucumano que juega en San Lorenzo. “Lo invité; somos muy amigos y compadres. Está de vacaciones acá y tenía ganas de moverse así que le dije que venga a trabajar con los kinesiólogos Damián (Solís) e Ignacio (Abdulhamid)”, explica la situación Diarte, dejando en claro que intenta seducir a su amigo para que se sume a San Martín. “Siempre charlamos sobre ese tema y yo lo molesto demasiado. Víctor es muy fanático del ‘Santo’; ojalá algún día pueda cumplir su sueño, así como yo lo estoy haciendo”, agrega.

Pasaron casi cinco meses de su lesión de ligamentos cruzados y cuenta los segundos para volver a jugar. “Gracias a Dios todo va saliendo bien. Me estoy soltando a la hora de correr, estoy haciendo con cambios de intensidades y fortaleciendo la estabilidad de la rodilla”, dice volviendo atrás en el tiempo y centrándose en ese durísimo momento en el que se lesionó, justo cuando había logrado llegar al club del cual es hincha. “Las primeras horas fueron muy duras. Pensaba por qué a mí, por qué ahora... Pero dentro de todo lo malo fue bueno estar cerca de mi familia. Eso no es un detalle menor en la recuperación”.

Diarte sabe que todavía falta para poder volver a las canchas. Recién a fines de enero recibirá el alta médica y, a partir de ahí, deberá comenzar a acelerar la puesta a punto en lo futbolístico. Por eso, si ya aguantó lo peor, sabe que no le queda otra que armarse de paciencia y seguir al pie de la letra con el cronograma estipulado. “La ansiedad es algo muy difícil de manejar, pero la voy llevando bastante bien. Trato de transformar todo eso en fuerzas y energías para realizar las tareas que me posibilitarán llegar bien al momento en el que me toque volver a jugar”, asegura, dejando en claro que su gran objetivo es aportar algo en la causa que tienen en el club por estas horas: salvar la categoría en la Superliga. “No es algo personal. Es lo que sueña cada integrante del plantel, del cuerpo técnico; también los médicos, los dirigentes y los hinchas. Es el objetivo primordial nuestro y a eso apuntamos con todo”, sentencia, casi frotándose las manos y soñando con ser parte importante en la recta final del torneo. “Dios quiera que pueda volver bien y pueda dar una mano en lo que sea. Sería muy importante para mí”, concluye Diarte, que quiere ser el gran “refuerzo” del “Santo”.

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