Cartas de lectores
 la gaceta / foto de josé nuno la gaceta / foto de josé nuno

LA CASA SUCAR/LUCCI

Un muchacho muy joven, casado hacía poco y padre de un niño de apenas dos años, fue a ver a don Vicente Lucci, a su escritorio de avenida Gobernador del Campo al 900. Ni se imaginaba que el famoso empresario se dignaría atenderlo. Pretendía sólo que algún empleado jerárquico lo ayudara a “desprenderse” de un flamante departamento alquilado con grandes ilusiones a esa empresa constructora, apenas unos siete meses antes. La inflación había devorado al joven en 1979. Su sueldo había perdido valor a niveles alarmantes, impidiéndole mantener a su corta familia y cumplir con sus obligaciones de inquilino. Estaba desesperanzado con el momento económico del país. Hasta pensó en irse a vivir fuera de la provincia. El contrato lo obligaba a pagar todo el período o enfrentar un pleito judicial. Se enteró don Vicente del problema que tenía el muchacho que estaba a metros de su despacho y lo hizo pasar. Después de escucharlo le dijo que no se preocupara, que tratara de pintar un poco el departamento para que la empresa volviera a ofrecerlo. Y que no le debería ni un centavo. Pero no lo dejó ir de su oficina al joven hasta que escuchara todo lo que tenía decirle: “que no perdiera ninguna esperanza con Tucumán. Que era una tierra bendecida y lo había comprobado desde sus tiempos de empleado de una empresa constructora famosa de nuestra provincia; que Tucumán ya le devolvería con creces sus esperanzas y que se le cumplirían todos sus sueños…”. Y agregó: “mire, yo no pierdo la fe en que mi emprendimiento citrícola (el limón) será extraordinario… Es como un hijo para mí” (tales fueron sus palabras, “como un hijo para mí”, repitió). El joven jamás olvidó las palabras de Vicente Lucci y cada vez que lee que parte un embarque de citrus al exterior, vuelve a confiar en Tucumán y vuelve a creer en las personas de bien, de trabajo y de sueños, como el gran empresario. Le resultó imposible al joven, que hoy disfruta de tres nietos hermosos, un hijo arquéologo y una exquisita esposa artista, retener las lágrimas de emoción cuando recorrió la Casa Succar y la vio hermosa, impecable, tal como la había recuperado el propio Vicente Lucci al crear aquella magnífica Fundación Cultural. Gracias a su visión, a su esfuerzo y a su empeño en mantener a su costo “La Casa”, los ciudadanos convencieron al Intendente de rescatarla, para que la sociedad disfrute de su arquitectura, de su belleza y del trabajo encomiable que hicieron los profesionales arquitectos, historiadores, artistas, funcionarios y muchísimos jóvenes, que han intervenido y están trabajando todos los días, para que los tucumanos gocen de esta verdadera joya que bien merece también ser reconocida como “La Casa Lucci”.

Luis P. Monti

MOTOARREBATO EN BARRIO SUR

El jueves último, a pasos de Tribunales, cruzando General Paz por calle Congreso, con el celular en la mano, pasó un hombre en moto, quien me arrebató el aparato mientras aceleraba. A lo único que pude atinar fue a ver si había algún policía en la cercanía. Por supuesto que no había ningún agente encargado de cuidar nuestra seguridad, por lo que quedé como una tucumana más, sumida en la total impotencia. Esa misma tarde hubo dos arrebatos más en la zona. Mientras los políticos tucumanos están haciendo campaña y transitan con casi cuatro guardaespaldas, los ciudadanos que trabajamos y cumplimos nuestras obligaciones no podemos transitar libremente por las calles de la provincia. Y tenemos que agradecer que no nos golpearon o mataron. Injusto, ¿no? Ya deberíamos empezar a reclamar.

María Emilia Ocaranza

NUESTRAS RESPONSABILIDADES

En un empeño rayano con la desesperación, seguimos con la difícil tarea de achacar los males que padecemos como sociedad, a extraños conspiradores, sectas cuya creación, actividades y objetivos, se orientan a hacernos la vida imposible. Un importante grupo empresario, nacido y criado en Tucumán, concretó hace un tiempo una millonaria inversión en Frías, Santiago del Estero, privándonos de su muy potente capacidad de generar empleo genuino en nuestro suelo. Este traspié, sin ninguna duda, debemos adjudicarlo a los acuerdos de Bretton Woods, que no por haberse celebrado hace más de 70 años, dejan de tenernos entre ojos. Hace 25 años, más o menos, un técnico sugirió en una conferencia que el canon minero que debía abonar la empresa que se aprestaba a explotar Bajo la Alumbrera, se invirtiese en una planta refinadora de cobre y oro, con potencial de valor agregado muy superior al del barro que se terminó produciendo. La refinadora nunca se construyó y ahora parece que los dinerillos del canon se usaron para otra cosa. Desaguisado que tiene nombre y apellido, Consenso de Washington, una caterva de intrigantes ante los que en esa época nos paramos de manos, con el combativo slogan de “USA te usa”. ¿Qué podemos hacer nosotros para erradicar la pobreza, hacer volver a las aulas a la oceánica marejada de jóvenes que abandonan el secundario, contener el embarazo adolescente, frenar la carrera de los padres para trasladar a sus hijos desde la escuela estatal a la escuela privada? Nada, mientras nos sople la nuca ese barco pirata que es el FMI, al que muchos confunden con una institución de fomento, cuyo tesoro financiero es aportado buenamente por la mayoría de países sensatos del orbe, para casos de emergencia, cuando en realidad son piratas vengativos, envidiosos de un país condenado al éxito. La lista sigue, OCDE, Banco Mundial, Flacso, Unicef, todos malvados, ensañados con nosotros. Pregunto: un poco de autocrítica, un bañito de humildad, un poco menos de queja, ¿para cuándo?

José Félix Risso

PELIGROSO CERCO PERIMETRAL

En la esquina de Marcos Paz y Maipú, por una obra en construcción o demolición se levantó un cerco perimetral, pero no se dieron cuenta de que hasta el semáforo quedó cercado y, peor aun, los peatones tenemos lidiar con los vehículos, ya que tenemos que bajar a la calle para transitar, exponiendo nuestra vida. ¿Es posible que nadie se dé cuenta de esto? Una verguenza que a cada momento todo sea una lucha.

Carlos Reynoso

DROGA

Me conmovió el artículo del 9/12, referente al consumo de drogas en las mujeres, las cuales son expulsadas de sus hogares y discriminadas por la sociedad, sin tener un lugar o espacio físico para iniciar un proceso de recuperación. El psicólogo, autor de la nota publicada, relata que las mujeres consumidoras son presas de los vendedores de drogas y explotadas sexualmente; al no tener dinero para comprar estupefacientes venden su cuerpo para obtenerla. Lo grave de todo esto son las muertes ocurridas y que Tucumán no cuente con un lugar para recuperar a las adictas de este terrible flagelo que destruye a la sociedad. El gobierno (provincial y nacional) debe elaborar un plan de acción enérgico y efectivo que contemple cárcel a los vendedores de drogas, lucha contra el narcotráfico, instalación de centros de ayuda para el drogadicto utilizando a psicólogos, psiquiatras y a personas que una vez fueron consumidoras y que hoy tienen una abstinencia mayor a los dos años.Los visitadores sociales pueden recabar esta información y ayudar en la instalación de dichos centros. Tengo entendido que los grupos de autoayuda como jugadores anónimos, alcohólicos anónimos, neuróticos anónimos, obesos anónimos, entre otros, obtienen excelentes resultados superando con creces el número de recuperados comparados con los que obtienen los facultativos en la materia.

Jacinto Barrionuevo

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