Cartas de lectores

Incoherencia con el bioetanol

Desde octubre de 2017 a hoy, en un contexto de inflación cercano al 50%, el precio de las naftas se actualizó arriba del 70% y el del bioetanol sólo 26%. La política energética nacional beneficia a las petroleras contaminantes en detrimento del bioetanol renovable de caña, que emite 80% menos de GEI que las naftas. Es inaudito que se hayan desacoplado los precios de ambos combustibles sustitutos entre sí y no se diferencien sus respectivos impactos ambientales. Las naftas debieran estar gravadas en un importe equivalente al costo de recaptura y vuelta a fijación del carbono que suman a la atmósfera. La asimétrica política actual permite a los combustibles fósiles ajustar precios por inflación, tipo de cambio, precio internacional, etcétera -siempre lo que más favorezca a las petroleras- con independencia de sus estructuras de costos. Por el contrario, el bioetanol está sometido a una cuestionable matriz de costos, en la cual para valorar el costo de la materia prima han adoptado el esquema de maquila azucarera, basado inconcebiblemente en una referencia circular, al utilizar el fluctuante precio interno del azúcar, que se retroalimenta con los avatares del bioetanol. De esa manera, las bajas del precio del azúcar arrastran al precio del bioetanol, desincentivando ese destino y saturando con más azúcar el mercado interno, con las consiguientes ulteriores bajas tanto en los precios del azúcar como del etanol. Lo lógico en ese caso hubiera sido que el precio de referencia para esa maquila haya sido el de la paridad de importación de azúcar, acertadamente construida en base a un promedio de varios años del mercado mundial.

Santiago José Paz-Brühl

El superclásico en Madrid (I)

“A confesión de parte, relevo de prueba”. En el ámbito judicial esto es así. Los que se confiesan autores o responsables de un ilícito alivian la carga al juez. La mejor prueba es la confesión. Nada hace falta ya para resolver el juicio. Que River y Boca deban dirimir la copa “Libertadores de América” en otro país es confesar que -pese a los elogios recibidos por la organización del G20- los argentinos, todos, Gobierno, AFA e hinchas hemos claudicado. ¡Y en el fútbol, nada menos! Imagine el lector qué diríamos de los españoles si la copa Champions League jugara la final entre el Barcelona y el Real Madrid  en Buenos Aires o en Brasil,  porque en España, ni el gobierno ni los dirigentes del fútbol español ni los hinchas de esos clubes pueden asegurar que se dispute con normalidad, sin violencias de todo tipo. ¡Qué no diríamos de ellos! Nuestro “riesgo país” -parece mentira, hubiera dicho mi abuela- se agrava y esta vez por el fútbol. Aunque parezca mentira.

Carlos Duguech

El superclásico en Madrid (II)

“Fútbol, esa pasión de inocente apariencia”, dice Osvaldo Bayer. Le caben esas palabras a Gianni Infantino, presidente de la FIFA.  “Lo de los líderes del G20 me pareció increíble. Cuando les das una pelota son como nosotros, son todos niños”. Se refería a los jefes de la guerra, el militarismo, el hambre y la barbarie que se habían reunido, recientemente, en Buenos Aires. El organismo había  participado, de la cumbre, en carácter de observador. “Hizo identificar una pelota y una camiseta con el nombre de cada uno de los jefes de Estado o de gobierno reunidos en Buenos Aires”. Paralelamente, la Commebol, con aval de Infantino, decidía que River Plate y Boca Juniors jueguen en Madrid. ¿Por qué Madrid si el futbol criollo, como el tango, nació en los arrabales? “En las dos primeras décadas del siglo, en apenas una generación el fútbol se había acriollado, definitivamente, igual que los hijos de los inmigrantes europeos. En cada barrio nacían uno o dos clubes. Se los llamaba ahora Club Social y Deportivo, que en buen porteño significaba milonga y fútbol”. Para el hincha de River resulta inaudito que la definición de la Libertadores no sea en Núñez. En cambio, esta aspiración, para Infantino, es “una agresividad aquí que no entiendo” ya que “es un partido de fútbol, no la guerra”. La “guerra”, en el fútbol, comenzó cuando se transformó en espectáculo, fanatizando irracionalmente algunos de sus aspectos. A diferencia de su carácter comunitario, donde se ejercitó la comunicación y el esfuerzo común, el fútbol comenzaba a complicarse- su organización- fuera de la cancha. Los intereses creados, del capitalismo, en oposición al deporte mismo. “El movimiento económico que genera el fútbol, unos 330.000 millones de dólares al año, hace del deporte más popular del mundo algo equivalente a un país de tamaño medio con aspiraciones a ser miembro del G20” ¿La sede del súper clásico? No interesa. Había que jugar “donde sea”. “Donde sea. Siempre es mejor. Porque si no se juega sí que es un desastre” (Infantino). Interesa el negocio aunque lo justifiquen con un remanido argumento: “los partidos siempre, pero siempre, se deben jugar en la cancha”. La clase dominante capitalista aunque, esencialmente, no es móvil, sí su capital es par excellence internacionalmente móvil. Permite que sus propietarios estén fijos nacionalmente. Ir a Madrid es la lenta transformación de los clubes más ricos en sociedades anónimas. Camisetas y colores por marcas. “A ellos les gusta el fútbol, saben que existe, muchos de ellos son hinchas, pero no necesariamente saben lo que genera”, refiriéndose al G20. Hinchas por clientes. Plantean para 2022 un mundial de 48 participantes y en varios países. El fútbol, el juego más querido, en un negocio para unos pocos. El clásico, en Madrid, como un domingo sin fútbol, entristece al hincha trabajador. Ha corrido su velo de amateurismo disimulado. La transición de deportistas a trabajadores del césped. De un club, como sociedad civil sin fines de lucro, a inversores y magnates. Estos intentos, por arriba, van a ser impugnados por la tendencia mundial a los choques y rivalidades de un capitalismo en bancarrota. El deporte del futbol, como las distintas regiones del planeta, es parte de estas pugnas. Va a ser recuperado por sus protagonistas, los hinchas y socios trabajadores.

Pedro Pablo Verasaluse

Conciencia sobre la deuda

Tiene razón al corregirme el lector César Córtes (carta del 7/12) ya que yo en una carta anterior consigné que el monto de deuda al que se llegó en la gestión de Macri ascendía a U$S 300.000 millones, cuando en realidad es de U$S 345.000 millones (infobae.com 1/8/18). Este monto es previo al préstamo aprobado por el FMI, el que será de un total de U$S 50.000 millones ( clarin.com 7/6/18), por lo que la deuda pública con Macri ascenderá a los U$S 395.000 millones, siempre y cuando no sigan emitiendo bonos, letes, lebacs o leliq. En definitiva, y considerando los datos que muy bien fundamenta el lector Cortés, concluimos que en 2003 la deuda pública era de U$S 178.000 millones, en 2015 pasó a U$S 240.000 millones y en 2018 será de U$S 395.000 millones. Por lo tanto, podemos afirmar, entonces, que con el kirchnerismo aumentó la deuda en U$S 62.000 millones (un promedio anual de U$S 5.166 millones) mientras que en la gestión Macri aumentó U$S 155.000 millones ( un promedio anual de U$S 51.666 millones). Me parece que estos números hablan por sí solos y dejan en evidencia entonces la pésima administración del macrismo que nos endeudó “salvajemente” y para colmo de males, sin ninguna mejora para el país . Vaya entonces mi agradecimiento al lector Cortés por su corrección ya que así me permitió clarificar mis datos. Por otra parte, y satisfaciendo el requerimiento de este lector, yo venía tomando con seriedad su carta, pero ya no pude seguir haciéndolo cuando llegó al tema “cuadernogate” y expresó que se estimaba en U$S 500.000 millones el dinero desaparecido, ya que todo lo que bien fundamentaba en el tema anterior dejó de hacerlo en este y “largó” una estimación que vaya a saber de dónde la sacó. Muy poco serio, obviamente. Por último, el lector Cortés intenta resaltar como algo meritorio de parte de Macri el hecho de que esté llevando adelante su gestión con minoría en ambas cámaras, algo que en la teoría es cierto, pero que no se refleja en la práctica, ya que estas cámaras (traicionando la voluntad de sus electores) han sido totalmente complacientes con los requerimientos del oficialismo y vienen votando, en los temas mas trascendentes, todo lo que el Gobierno necesita (el presupuesto 2019 por ejemplo). Y la jauría de agoreros que, segun Cortés, quieren cercenar la capacidad de trabajo del Gobierno, son una nada comparado al “zoológico” de aduladores (el periodismo de los medios dominantes) que lo protegen y ocultan todo el desastre que está causando.

Oscar Alberto Beltrán

Avenida Belgrano 3.350

San Miguel de Tucumán

Beagle, 40 años

Un 8 de diciembre de 1978, hace 40 años, partió la Flota de Mar rumbo al Atlántico Sur, en caso de que hubiese un posible enfrentamiento armado contra el hermano país de Chile, por un conflicto suscitado en relación a la soberanía sobre islas ubicadas en el Canal de Beagle (Picton, Nueva y Lennox). Fue un movimiento militar y civil en todo el territorio argentino. El caso que he vivido es que la flota de destructores, el crucero A.R.A. “Gral. Belgrano”, la fragata A.R.A. “Hércules”, las corbetas A-69 y el submarino A.R.A. “Santa Fe”, navegaban rodeando al portaaviones A.R.A. “25 de Mayo”, donde me encontraba embarcado cumpliendo el servicio militar obligatorio. Luego se sumaron, partiendo desde la base aeronaval “Comandante Espora”, aterrizando en el portaaviones, la escuadrilla de aviones Douglas A-4-Q Skyhawk, los antisubmarinos Trackers y los helicópteros Sea King y Alouette. Fuimos hasta las aguas más encrespadas, al sur de Islas Malvinas, y en las cercanías de Cabo de Hornos, Canal de Beagle e Isla de los Estados. Se realizaron varias maniobras defensivas y ofensivas, largas de detallar. Entre el 23 y 24 de diciembre, llega a Montevideo el enviado del Papa, el cardenal Samoré, para intermediar entre los dos países y evitar un conflicto armado. Ante esto y comenzando las conversaciones y mediaciones diplomáticas, hubo una especie de tregua, por lo que nuestra Flota regresa de esa zona, por lo que pasamos Nochebuena a la altura de Puerto Madryn, siempre navegando. Recuerdo que los casi 1500 tripulantes, sin distinciones, tuvimos una misa en el hangar principal, celebrada por el sacerdote capitán de corbeta Mafezzini, Capellán de la Armada. Se hizo bajo la advocación de la patrona y protectora de la Armada, la virgen Stella Maris. El 25, ya siendo Navidad, ingresamos a Puerto Belgrano. Todo lo que pasó después es otra historia; sólo quería evocar esos días sin otro ánimo que relatar lo cerca estuvimos del principal lugar del conflicto, y sin diferencia escalafonaria, sentíamos un gran respeto por los camaradas de mar; se respiraba mucho valor y sobre todo amor por nuestra Patria. Cumplimos con el deber asignado.

Justino Terán Molina

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