Cartas de lectores

Conciencia sobre la deuda

Un lector (Oscar Beltrán, carta “Las deudas del país”, 4/12) desea saber si he tomado conciencia de la gravedad del monto de los intereses de la deuda externa, a pagar en 2019. Tomar conciencia de algo es analizar datos que permitan la correcta interpretación de los mismos. Sin duda, Argentina tuvo que pedir dinero prestado para afrontar el quebranto de su economía originado en la “década ganada”. Si el monto que indica el lector es correcto, es necesario transformarlo a dólares para dar coherencia a la comparación. De esa manera, el monto indicado representa un valor cercano a los U$S 15.400 millones. Este dato es comparable con el monto aproximado de la corrupción de los cuadernos Gloria, que se estimó en U$S 200.000 millones. Debemos tomar conciencia de que si no nos hubieran robado tanto dinero, el mismo nos hubiese alcanzado para pagar los intereses de 13 años. He tomado conciencia y es por ello que no votaré el próximo año a ningún candidato que se parezca a los anteriores a 2015.

Luis Vides Almonacid

Jubilados

¿Cómo pasarán las Fiestas los jubilados que están con juicio, luchando por (recibir) su real haber? Si bien la “Reparación Histórica” ayudaba mucho (hasta que saliera la sentencia), en octubre les fue retirada porque no firmaron la conformidad. Esta lucha lleva muchos años. El gobierno anterior, durante 12 años, prometió solucionar los juicios de los jubilados, y no fue así. En esta gestión espero que los jueces y la Anses tengan una mejor comunicación para que, de una vez por todas, hagan verdadera justicia a los abuelos y abuelas. Doy ejemplos del problema que enfrenta mi esposo: En mayo de 2010, cobraba 
$ 1.103, es decir, menos del 20% del salario que le correspondería de encontrarse en actividad ($ 5.468). En julio de 2016, cobraba $ 6.103, menos del 30% de estar en actividad $ 21.306,51. Ahora, de retirarle la Reparación Histórica, cobra desde el mes de octubre $ 10.629,62. No tengo datos de cuánto sería el salario en actividad. Espero que la Anses les regrese la Reparación, hasta que obtengan sentencia ya que ello viene a ser como un anticipo de lo que les corresponde.

María Rosa Cortés

Pasaje Ernesto Colombres 2.951

San Miguel de Tucumán

La odisea de ir al centro

Una rápida mirada a quienes se nos cruzan en el microcentro tucumano revela caras nerviosas, preocupadas, de mirada dura e incierta, rostros rígidos y tensionados, quizás ofuscados o simplemente amargados sobre cuerpos apáticos, descuidadamente vestidos, trasladándose presurosos cual hormigas desbandadas, atentos a alguna misión de trabajo o de urgente necesidad. Nada de sonrisas, suaves miradas ni tranquilo andar. En los bares, el clásico reloj marcando los minutos al empleado público en su furtivo “coffee break”. El chofer de taxi, cansado, apurado y renegando contra todo. Peatones imprudentes, motociclistas serpenteando entre los coches; la política económica del gobierno anterior o actual, son las causantes -según ellos- de todos los males. El constante aumento del combustible y de las tarifas, que recortan sus ganancias, el fútbol y sus papelones, y un sinfín de temas, mientras el reloj del taxímetro marca sin cesar: 40, 45, 50, 55... Mujeres chicas y grandes abrazando su bolso o monedero (ya no se usa la elegante cartera femenina), en prevención del ataque de motochorros o mecheras; mendigos de lastimero clamor obstruyendo el paso en las angostas veredas, cuya superficie es cada vez menor ya que cobija, sobre sus baldosas, a todo tipo de vendedores callejeros (fruteros, verduleros, diarieros, promocioneros, artesanos, etcétera). Si a esto le sumamos los gases quemados del incesante tráfico, inevitablemente tendremos que entender que el clásico “ir al centro” es, ni más ni menos, que prepararse para sufrir.

Darío Albornoz

Reflexiones

¿Acaso no les produce envidia ver cómo Rusia, China, Japón, Corea del Sur, Singapur y otros países más, están creciendo, y se cuidan para obtener fuentes de trabajo para millones de sus habitantes, para hacerles mejor la vida en este siglo? La Argentina también sufrió su guerra y tuvo sus muertos y héroes y víctimas de todo tipo, y tiene su ya centenaria vida villera llena de pobreza extrema, mientras los dirigentes se convierten en personas grises haciendo lo mínimo para permanecer en sus lugares. Ya lo dice el libro más leído “Vomito los grises”: siempre hay tiempo para cambiar, el tiempo sigue impávido, observa, y a veces aplaude, otras llora. Yo quiero quemar mis manos aplaudiendo de una buena vez a compatriotas trabajando para hacer grandes cosas. ¿En qué idioma hay que hablar para que entiendan los argentinos dueños del llamado “poder”, que tenemos tantas cosas para bien, territorio, riquezas, mentes inteligentes y, sin embargo, no podemos seguir el ritmo de la globalización? Todos mejoraron, y aquí si tenemos algo muy en contra es que no está la decisión de utilizar la eficiencia acompañada por una ley bien aplicada, sin permisos, “para vivir en el país y por el país”. No es lo mismo que trabajar para el país, como una lucha a todo por el todo, sin desmayos, “sin peros” de ninguna clase. El que no esté de acuerdo que se vaya de la Argentina, o que se atenga a las consecuencias. Nunca más debe permitirse que sindicalistas huelguistas y funcionarios y particulares corruptos vivan a costilla de los que trabajan y cumplen la ley.

Carmelo J. Felice

La megafinal en Madrid

Mucho se habló de este asunto de la “mega final” entre River Plate y Boca Juniors, los dos equipos más poderosos de Argentina y del continente sudamericano. Lo que no concuerdo con muchos de la prensa, jugadores y entrenadores, que dicen “nos robaron la final” y que el partido “será como ver la Champions League”. En primer lugar, nadie robó nada; esta decisión fue porque el presidente de la FIFA decidió con el presidente de la Conmebol, jugarla en el estadio Santiago Bernabeu de la ciudad de Madrid (España). ¿Por qué se llegó a eso? Vaya uno a saber: falta de seguridad, barras bravas, convenios comerciales de marketing, dinero, poder, patrocinantes. Son muchas cosas que nunca entenderemos, pero donde haya dinero esto se puede jugar, hasta en la Luna. Se barajaron muchos lugares: Paraguay, Brasil, Emiratos Árabes Unidos, Qatar (cuya cifra cubría un dineral U$S 13,50 millones, para repartir entre los dos equipos), y finalmente se definió en la capital española. Me molesta que la gente relacione este evento calamitoso con el descubrimiento de América, donde esos famosos “memes” tomaron la figura del Libertador José de San Martín para la burla, lo cual me dio un profundo dolor de que, por este partido viciado, se ponga en dudas la libertad de nuestra patria sobre España riéndose de hombres que dieron la vida por este suelo. El técnico Marcelo Gallardo habló con tanta furia el domingo, que no veo las horas de que termine la corrupta Copa Libertadores 2018, y ahora, Román Riquelme dice que “los europeos robaron nuestro fútbol”. Acá nadie robó nada. Se juega ahí por dos cosas: una, es por cuestión de dinero, y la otra, porque acá no se puede jugar por la violencia que cubre el fútbol todos los domingos. El clásico tucumano no quedó atrás de que una señora acuse a Luchetti de violencia, cosa que no creo porque “El Laucha” es un excelente deportista, y siempre pregonó la paz sobre la violencia en los estadios. El “Laucha” jugó en grandes equipos como Boca, Santos Laguna, Bánfield y ahora en Atlético. No me interesa si Boca o River alza el trofeo de la Copa Libertadores, quizás la más corrupta desde 1960 que comenzó este torneo. Pero mezclar deporte con historia... creo que estamos equivocados como sociedad. Esto es un deporte, y no un campo de concentración para mostrar toda la ira contra el rival. Acá, el único culpable es el argentino que está matando al club de sus amores. Yo digo que unos salvajes malhechores nos quitaron la idiosincrasia de nuestras raíces, para hacer cosas turbias con el deporte más bello del mundo.

Fernando Esteban Saade

Día Mundial del Suelo

La ONU, mediante la Resolución 68/232 (20/12/13), estableció que el 5 de diciembre de cada año, se celebre el Día Mundial del Suelo. Son pocas las personas que comprenden la importancia vital que tiene este componente en un ecosistema, que nos proporciona alimentos y recursos para vivir, construir nuestras viviendas y otras funciones iguales de importantes. Las consecuencias de su contaminación y mal manejo están a la vista: sequías, deforestación, desertificación, inundaciones, etcétera, todo un abanico de posibilidades que se nos vienen encima, por no haberlo sabido cuidar lo suficiente. Según la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO), se deben tener en cuenta seis premisas para su conservación: 1) Los suelos almacenan y filtran agua mejorando la seguridad alimentaria; 2) Ayudan a combatir y adaptarse al cambio climático, jugando un papel clave en el ciclo del carbono; 3) Constituyen la base y el crecimiento de la vegetación que se cultiva, y de la natural; 4) Un suelo sano es un suelo vivo. Alberga una cuarta parte de la biodiversidad de nuestro planeta; 5) Son la base para la producción de alimentos saludables; 6) Es un recurso no renovable y su conservación es esencial para el sostenimiento de la vida en todas sus formas. En el caso de nuestra provincia, las amenazas que sufren los suelos están relacionados con: a) degradación física y química, b) salinización, c) contaminación (debido a las aguas servidas, a los residuos sólidos urbanos, a los plaguicidas, etcétera), d) erosión hídrica y eólica, e) deforestación. Lo grave es que el Estado provincial cuenta con una Constitución y con leyes, cuyo objeto es protegerlo, pero que no se cumplen ni se controla su cumplimiento, por lo que el deterioro de este recurso se acrecienta día a día, bajo la impunidad de las autoridades y la indiferencia de muchos ciudadanos. Debemos comprender, de una buena vez, que sin suelos sanos no es posible una vida sana.

Juan Francisco Segura

Animales sueltos en la ruta

Quería informar, a través de este espacio que nos ofrece LA GACETA, que por la ruta alternativa de Alderetes se observan frecuentemente animales sueltos. Y también se los ve cerca de la rotonda ubicada al frente de la estación de servicio Garsa, en la autopista que conduce al Aeropuerto. El lunes pasado, por la ruta alternativa, un vehículo chocó con un caballo. Todos los días se ven estos animales sueltos.

Roberto Perea

Tamaño texto
Comentarios
Comentarios