Un simulacro de accidente aéreo llenó de acción el aeropuerto

Un simulacro de accidente aéreo llenó de acción el aeropuerto

Más de 400 personas en la “emergencia”.

LOS HERIDOS. Los pasajeros “ensangrentados” eran trasladados en los carritos donde habitualmente se transportan los equipajes desde y hacia el avión. la gaceta / fotos de josé Nuno LOS HERIDOS. Los pasajeros “ensangrentados” eran trasladados en los carritos donde habitualmente se transportan los equipajes desde y hacia el avión. la gaceta / fotos de josé Nuno
01 Diciembre 2018

Y en un momento ya no se sabe qué es verdad y qué es ficción. Suenan sirenas por todos lados, chalecos amarillos que corren por todos lados, camiones de bomberos, ambulancias, alaridos de dolor y pedidos de ayuda. En un momento, no importa si es ficción o verdad, la única sensación que queda es la de rogar que nunca suceda un accidente aéreo.

A las cuatro de la tarde de ayer el aeropuerto Benjamín Matienzo ardía en llamas. No había ni un vuelo comercial (todos fueron suspendidos por seguridad por la cumbre de presidente del G-20), pero estaba repleto de gente: más de 400 personas participaron de un simulacro de accidente aéreo del que participaron actores, estudiantes y rescatistas de varios organismos del Gobierno, además de todo el personal aeroportuario. Incluso los maleteros y las personas encargadas de la limpieza de la aeroestación tucumana tuvieron un rol en la simulada emergencia.

A la siesta, en toda la ciudad, los tucumanos se preguntaban qué había ocurrido. Es que se vio un enorme despliegue de ambulancias del 107, de patrulleros de la Policía, de varios cuerpos de Bomberos y de Tránsito de la Municipalidad para ordenar la circulación de todas esas fuerzas. Se dirigían hacia el aeropuerto para colaborar con las tareas de rescate, en lo que fue un minucioso testeo de la capacidad de respuesta de las dependencias vinculadas a emergencias.

RESCATISTAS. Atravesaban corriendo la plataforma para asistir a los heridos. RESCATISTAS. Atravesaban corriendo la plataforma para asistir a los heridos.

Simulación completa

La simulación consistió en un accidente aéreo con 120 pasajeros a bordo. Eran actores de la Facultad de Artes, que se presentaron incluso con maquillaje de heridas y sangre. El primer grupo de rescate fue el propio personal aeroportuario, que se encargó de asistir a las víctimas y retirarlas del lugar del accidente para que recibieran atención médica. En ese momento se dio aviso al 107, que detuvo sus tareas para asistir al aeropuerto.

“Es nuestra manera de saber el tiempo real que demoran las ambulancias en llegar. No serviría de mucho que estén todas las ambulancias del 107 esperando en la puerta del aeropuerto, porque no sería una situación real. La respuesta fue óptima”, dijo Fernando Torres, jefe de Defensa Civil de la Provincia.

“¡Un médico por favor! ¡Ayuda! ¡Me duele el pecho!”, gritaban los actores que iban llegando a las salas de embarque del aeropuerto, donde se había montado un centro sanitario de emergencia. Los “pacientes” se clasificaban según la gravedad de las heridas y, de los 120 pasajeros, 100 tuvieron que ser derivados y trasladados en ambulancias hacia hospitales de la capital. Los heridos eran transportados en los carritos en los que se trasladan los equipajes, estabilizados con camillas rígidas. Ahí los actores hicieron su papel, ejerciendo presión sobre los rescatistas a fuerza de gritos e insultos.

Actores compenetrados

Gritos e insultos. Como no podía ser de otra manera, en el hall central del aeropuerto comenzaron a agolparse los “familiares” de las víctimas del accidente aéreo. Eran 140 alumnos de la Escuela de Policía, que fueron convocados para jugar ese rol. Algunos se peleaban con los policías en el hall y otros intentaban saltar las vallas exteriores para acceder a la pista, desesperados por conseguir información sobre sus familiares. El saldo: más de 20 “detenidos”, con esposas incluidas, en las dependencias policiales del aeropuerto.

En esos casos, el procedimiento marcaba averiguar los datos de los detenidos y corroborar que efectivamente tuvieran vinculación con los pasajeros del siniestro. Si lo eran, quedaban libres; si no, quedaban detenidos.

Un equipo de salud mental del Ministerio de Salud fue el encargado de asistir emocionalmente a los familiares de las víctimas. Contaron con la colaboración de estudiantes de la Facultad de Psicología. En un momento estaban todos tan compenetrados en sus roles, que hasta se vieron llantos y ataques de nervios en la aeroestación.

Detrás de los mostradores, el personal de Latam y de Aerolíneas se limitaba a brindar información a los familiares que se acercaban en medio del caos. “Tenemos 15 pasajeros ilesos, necesitamos que se acerquen a informarse porque sus familiares podrían estar camino a sus casas”, anunciaban a los gritos.

CONTENCIÓN. Los empleados de las compañías aéreas daban información. CONTENCIÓN. Los empleados de las compañías aéreas daban información.

Buenos tiempos

“Fue una experiencia muy buena para todos los que colaboraron. Medimos nuestra capacidad de respuesta ante un accidente y además nos sirvió para corregir algunas cuestiones. Ese es el objetivo de estos simulacros. El apoyo de los organismos del Gobierno es esencial y los tiempos en todas las fases fueron óptimos”, destacó al finalizar el operativo Marcelo Persia, jefe del aeropuerto Benjamín Matienzo.

Persia explicó que con ese simulacro se dio cumplimiento a la normativa de la Organización de Aviación Civil Internacional (OACI), que indica que cada determinado tiempo los aeropuertos deben actualizar sus planes de emergencias.

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