Folclore, boleros y el sonido mágico y envolvente del arpa

Folclore, boleros y el sonido mágico y envolvente del arpa

El Dúo Entrecuerdas ofrece un concierto con el que se cierra un ciclo dedicado al instrumento. La exposición se prolongará otra semana.

ENTRE LAS CUERDAS. El violín de Díaz Camacho se asocia al arpa de Roberto Sir en concierto. Prensa Ente Tucumán Turismo.- ENTRE LAS CUERDAS. El violín de Díaz Camacho se asocia al arpa de Roberto Sir en concierto. Prensa Ente Tucumán Turismo.-
09 Noviembre 2018

CON ENTRADA LIBRE Y GRATUITA

• Hoy, a las 21, en el Museo Folklórico Provincial Manuel Belgrano (24 de Septiembre 565).

“El sonido del arpa es único. Es el primer instrumento de cuerdas que aparece en la Tierra. Cuando usted escucha un arpa sabe qué está escuchando, es inconfundible. Es un sonido mágico, y siempre ha estado relacionado con lo celestial, con lo divino; David, por ejemplo, tocaba el arpa”.

Roberto Sir habla con pasión de lo que más sabe, desde que construye y toca el gran instrumento de cuerdas. Lo hace con motivo de que esta noche, en el Museo Folklórico Provincial Manuel Belgrano, junto al violinista Rubén Díaz Camacho, con quien integra el Dúo Entrecuerdas, ofrecerán el concierto Arpas en el Museo. Será el cierre del ciclo, que abrió en el Septiembre Musical e incluyó concierto, conferencia, laboratorio y exposición de instrumentos.

Esta noche, el dúo de arpa y violín abordará un repertorio de folclore nacional y temas latinoamericanos. “Hacemos temas del NOA, con zambas como ‘La Tristecita’, el ‘Escondido tradicional’, el gato ‘El Pintao’; alguna chacarera como ‘Puente carretero’ y el obligado ‘Pájaro campana’. También incorporamos un par de boleros, como ‘Bésame’ y ‘Es la historia de un amor’”, adelanta.

Una semana más

Las arpas expuestas en el Folklórico -entre ellas dos antiguas de su propiedad, sumadas a las ocho del acervo del museo- instaladas en el Salón Principal que da a la calle, llamaron la atención y motivaron desde septiembre una gran afluencia de visitantes a la muestra, que se monta por primera vez. A tal punto que, pese a que hoy se cierra formalmente el ciclo, hay unos días más para visitar la exposición: a pedido del museo las arpas permanecerán expuestas una semana más.

Del siglo XVIII

“Hay una del siglo XVII, que por sus características ha sido traída de Europa. A través del tiempo se ha deteriorado y se ha ido modificando, a tal pundo que tiene un clavijero cuya rusticidad da cuenta de haber sido reconstruido por los aborígenes, seguramente a cuchillo. Yo la recuperé y la volví a armar porque estaba muy deteriorada”, revela Sir, que construyó otras tres de las expuestas. Resalta el interés por otra, muy vieja: “tal vez sea una de las primeras arpas construidas en el NOA, probablemente por un carpintero, por la rusticidad que presenta y por el espesor de la madera, entre otros detalles”.

Cuando comenzó la exposición de arpas, en septiembre, tuvo lugar una conferencia con un referente en materia de folclore: “el más importante en Tucumán, que es José María Montini, en la historia de la cultura folclórica de la provincia”.

Entonces se habló sobre los comienzos de la tradición arpera en el NOA. “Era impresionante la cantidad de arperos que había en Tucumán -resalta-. En el año 1900 se cuentan unos 70 arperos, casi tantos como guitarristas, que en su mayoría aprendieron a tocar de oído. En 1910, cuando Andrés Chazarreta parte a Buenos Aires con el Conjunto de Arte Nativo, lleva dos arperos y un cajonero a Radio El Mundo. O sea que el Norte ha sido cuna de arperos. Los arpistas aparecen con la llegada de Félix Lébano, de Sebastiani y de un italiano, que enseñaban con método académico. Normalmente el músico folclórico es más bien arpero, si bien siempre se hace necesario estudiar”. Lo sabe Sir, que en el año 70 comenzó a aprender a tocar el arpa de oído, y simultáneamente empezó a construirlas, tal como le indicaba un mendocino, el recordado Walter Morato.

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