Nació en una villa, los videojuegos le salvaron la vida y fundó su propio estudio

Nació en una villa, los videojuegos le salvaron la vida y fundó su propio estudio

Daniel Simons vivía en la Villa 1-11-14, del barrio porteño de Flores. Y un obsequio de su padre le cambió la vida. La historia de un emprendedor que enfrentó la adversidad con un proyecto tecnológico. El fundador de Dalesi remarcó ante DINERO la felicidad que le genera poder trabajar con lo que le apasiona, junto a uno de sus hermanos y su novia, y el poder hacerlo, sobre todo, en la Argentina.

EXPERIENCIA. Daniel compartió su historia en Termas de Río Hondo, junto a decenas de emprendedores del país. TWITTER.COM/ENDEAVOR_NOA.- EXPERIENCIA. Daniel compartió su historia en Termas de Río Hondo, junto a decenas de emprendedores del país. TWITTER.COM/ENDEAVOR_NOA.-

Daniel Simons no eligió nacer una villa. Tampoco le preguntaron si quería ser hijo de padres adolescentes. “Cuando nací, mi mamá tenía 18 años y era depresiva; mi papá tenía 15 y dos trabajos, estaba todo el día afuera”, reveló. Nadie le consultó si quería ser el mayor de tres hermanos, criarse en un ambiente hostil y dedicarse a hacer las tareas domésticas durante su infancia. En cambio, sí pudo elegir cómo abstraerse de las adversidades. Logró encontrar el motor para evitar caer en las drogas y en la delincuencia, como les pasó a sus amigos. Con sus hermanos encontraron cómo iluminar esa oscuridad que los cubría: videojuegos. “Al final del día, era lo único que nos hacía reír. Cambiábamos nuestra realidad”, confesó. Con los videojuegos, Daniel pudo mantenerse a flote e, incluso, escapar de la muerte que se había llevado a su madre, cuando tenía 15 años. Mientras estaba sumido en una profunda depresión creó “Bildo”, un juego tipo arcade cuyo objetivo es atravesar un mundo oscuro en busca de cada uno de los colores.

La historia de Daniel -hoy con 25 años y fundador del estudio desarrollador Dalesi- fue de una de las que más impactó a los 1.500 emprendedores de la región que participaron de la Experiencia Endeavor NOA, que se realizó en el Centro Cultural San Martín de Termas de Río Hondo (Santiago del Estero).

El joven contó que todo comenzó cuando tenía 12 años y vivía en la Villa 1-11-14, del barrio porteño de Flores. “Mi padre regaló una revista de videojuegos que incluía un CD que permitía programar prototipos de videos. Veía a mis hermanos jugar y me di cuenta que quería dedicarme a eso”, indicó. Así fue como, unos años después, ganó un concurso nacional y hasta fue invitado a la Casa Rosada por la entonces presidenta Cristina Fernández. “Quería dedicarme a eso, pero tenía cosas por encima de mí, una baja autoestima en el barrio... En Argentina no es fácil vivir de los videojuegos. Estos factores hacía que dudara”, reveló a LA GACETA.

Impulso del dolor

El punto de inflexión para Daniel llegó cuando tenía 15 años. Mientras iba perdiendo a sus amigos, absorbidos por la droga y la delincuencia, su madre decidió ponerle fin a su vida. “Con mis hermanos nos sentimos muy culpables de lo que había pasado. Yo entendía que el entorno estaba conspirando (contra nosotros), para que se repitiera lo mismo que pasó con mis amigos de la infancia; no me lo podía permitir. En ese momento complicado es cuando nació la idea de ‘Bildo’, un juego de autobiografía donde podría hacer catarsis y contar todo lo que tenía en mi cabeza”, explicó.

Lo que era sólo un tímido proyecto, maduró de manera abrupta cuando lo despidieron de una panadería, a los 18 años. “Sólo tenía sólo 200 pesos en el bolsillo”, recordó Daniel. Pero con la idea firme y el respaldo total de su novia, Belén, vendieron electrodomésticos, muebles y una moto para comenzar a desarrollar la idea del juego, de manera autodidacta. “Buscamos la manera de financiarlo. Hicimos un proyecto de financiación colectiva, también lo publicamos en Taringa!, con un título llamativo, y al día siguiente encontramos que se volvió viral. Logramos juntar $ 55.000, y se sumó gente al equipo: éramos cinco personas para desarrollar el juego”, explicó.

Nació en una villa, los videojuegos le salvaron la vida y fundó su propio estudio

Con dedicación fulltime, Daniel continuó desarrollando su proyecto y logró ganar diversos premios, como que su videojuego fuera expuesto en un museo. Además, recibió el respaldo del Ministerio de Producción de la Nación, fue recibido por el presidente Mauricio Macri y logró que ‘Bildo’ llegara a la plataforma Steam, la más importante para los videojuegos. La historia se convirtió en transmedia y ya tiene un libro. Ahora, el grupo se encuentra trabajando en otro videojuego. Ahora somos 17 personas en el equipos. Pero todo esto empezó en dos años que empecé a emprender. No hay nada más lindo que usar la vida para lo que uno ama y lo mantiene vivo”, dijo.

Experiencia compartida

Daniel contó que suele ser convocado para contar su experiencia emprendedora, que comienza en la etapa más difícil de su vida. “En el momento que peor me encontraba, en el que pensé que iba a tomar la misma decisión de mi mamá, reflexioné sobre mí. Me di cuenta que por encima sólo tenía excusas. Entonces anoté en un papel las cosas que quería hacer. Tomé mucho de inspiración a mi madre, porque de una situación uno puede ver lo positivo y lo negativo”, aseveró.

El fundador de Dalesi remarcó la felicidad que le genera poder trabajar con lo que le apasiona, junto a uno de sus hermanos y su novia, y el poder hacerlo en Argentina. Además, remarcó que “Bildo” rompe con las normas de los juegos actuales, basados en violencia o sexismo. “El nuestro, lo que trata es de contar mensajes inspiracionales”.

Consultado sobre qué le queda por cumplir de las cosas que anotó en aquel papel, a los 15 años, Daniel se sinceró: “revolucionar la industria. Me gustaría cambiar la manera en que se ven los videojuegos. Ellos me cambiaron la vida. Espero poder transmitir mensajes positivos”, dijo.

Montaña rusa

De toda su experiencia, el joven dejó un mensaje para aquellos que dudan en emprender. “Si tenemos un sueño, nos pertenece y tenemos derecho a poder cumplirlo; en transformarlo en una meta, sin pensar en lo que digan los demás. Intentarlo, es el primer paso. Tarde o temprano todo se empieza a resolver”, indicó. Sin embargo, agregó: “emprender es una montaña rusa y por momentos te va a ir muy bien, pero también vas a tener muchísimos problemas y ganas de abandonar. Pero vale la pena intentar”.

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