Cartas de lectores
29 Octubre 2018

Llegaron las lluvias

Leímos un buen artículo en el Panorama de Actualidad de LA GACETA, producido por el periodista Rodolfo Casen sobre el tema de las inundaciones en el sur tucumano, donde se muestra que volvieron las lluvias. Esto seguramente prende una luz roja en todos los pobladores del sur de la provincia, que durante décadas se inundan y pierden todas sus pertenencias. Faltaría agregar lo siguiente: las inundaciones en Tucumán se deben ni más ni menos a un factor importantísimo que se llama “tala indiscriminada y falta de inversión en trabajos de mantenimiento de caminos y canales”. Siempre nos ocupamos sobre este tema, y también así siempre se nos dio la espalda ante cualquier requerimiento o quejas que realizamos en forma pública, planteando la falta de inversiones en los lugares que se inundan. Visitamos los ríos Gastona y El Marapa junto a vecinos y a periodistas y siempre vimos lo mismo: obras de maquillaje, nada concreto y real, nunca un trabajo de obra de arte para evitar la próxima crecida de los ríos. Todo sigue igual; lo único que cambia, día a día, son los desmontes que, al decir de vecinos del sur que vuelan esos cielos, cada vez se ven áreas más peladas en el pie del cerro; otros vecinos ven camiones cargados de troncos, o sea la tala en el sur de la Provincia “goza de buena salud”. Que sí que no, es la cantinela preocupante de los políticos que, como Pilatos, se lavan las manos, poniendo las culpas en las espadas de sus contrincantes, el pueblo mira al cielo a ver si se oscurece y se arrodilla pidiendo que no llueva. ¿Quién miente? ¿El oficialismo o la oposición? Vaya uno a saber. Pero lo que sí se sabe es el resultado y las consecuencias: si se vuelven a inundar en el sur lo perderán todo. ¿Los políticos?, bien, sigan con sus peleas. Ah, por cierto, pusieron “sirenas”; eso detendrá la fuerza del agua en bajada. La pregunta queda flotando en el aire: ¿por qué no se da solución definitiva a esto? Existe un “secreto a voces” en toda la zona de La Madrid que luego de las inundaciones aparecen los “buitres”, a querer comprar a precios viles los terrenos ya devaluados. ¿Querrán cansar al vecino, será para poner más soja? Lo positivo en todo esto es la solidaridad del pueblo, que se muestra cada vez luego de pasada la catástrofe. El pueblo cumple mejor que sus representantes, que sólo se ocupan de perpetuarse en el poder o de hacer de la política una profesión hereditaria. Vemos programas de TV inundados de politiquería, sólo se habla de la “famosa reforma política”, y ¿si le dan para adelante a la reforma de las políticas ambientales? No hay caso, los políticos sólo quieren una cosa: ser y seguir siendo, a perpetuidad, ellos o sus descendientes. Esta crónica de las lluvias ya está anunciada, ya conocemos el resultado. Así que pueblo tucumano, manos a la obra.

Pedro Martínez

Autoridades viajeras

Hemos leído en LA GACETA que el Gobernador iniciará su 19 viaje internacional, en su mandato de tres años: visitará Perú, Estados Unidos e Israel. A su vez, el intendente de San Miguel de Tucumán, viaja a Alemania. Estos dirigentes, ¿conocen la ciudad? Realmente es increíble que puedan viajar muy contentos, a esos países, mientras acá vivimos en la suciedad, la basura, los motochorros, y la pobreza extrema. ¿Se animan a invitar a algún Intendente extranjero que venga a visitar nuestra ciudad? Es una vergüenza, contenedores desbordados de basura, veredas rotas, calles con asfalto en malas condiciones, etcétera. Al intendente le escribimos dos Cartas al Director, solicitándole que contemple la situación de mayores de 70 años que necesitan renovar su carnet de manejo, a quienes se les pide el Certificado de Buena Conducta, entre otras cosas, hacer colas, pedir turnos, cuando hace 50 años que manejan. Nunca contestó. Debe estar ocupado con el itinerario de su viaje. El Gobernador tampoco conoce la ciudad; por eso siempre se sonríe. Nosotros, los habitantes, no podemos sonreír, debemos taparnos la nariz por el espantoso olor a cloacas. Y aumentaron un 100% las tarifas de SAT. También aumentaron Ingresos Brutos un 100%, ¿para que? ¿Para poder agregar personal en la Legislatura, o en otros organismos? Es una vergüenza que no se pueda saber cuántos empleados tiene cada legislador. Tampoco se sabe de unos $ 600 millones manejados por la Legislatura sin destino conocido. ¿Por qué los funcionarios no dan respuestas? Sólo les preocupa su próximo viaje turístico. Todo el pueblo está cansado y desilusionado de los dirigentes, no sólo de los de ahora, sino de todos en los últimos 50 años. Argentina está cada vez más abajo en la lista de países por su riqueza o por su cantidad de pobres. Los invitó a los dirigentes que caminen por la ciudad. ¿Tendrán vergüenza, igual que nosotros?

Rodolfo Dagum

El museo de la ciudad

Respeto enormemente al ya fallecido arquitecto José María Peña, sin duda uno de los impulsores de la museología nacional, sin nunca haberse formado en el área y ni siquiera haber transitado como docente o como alumno en la Escuela Nacional de Museología. Si de profesionalismo hablamos, Peña fue y será un gran arquitecto. El autor de la nota editorial, cuyo nombre ignoro, comienza con un concepto anecdótico de hace 50 años, a la sazón, mi edad. Las imágenes son, más allá de su soporte material, un recurso museable, como son los audios, los conceptos y las sensaciones. La ex Casa Sucar es un módulo habitable, parte integral de una manzana, que se inscribe en una cuadrícula urbana, que conforma una ciudad. El desafío fue contar en un solo inmueble la enormidad de una ciudad, su historia, su gente, que en definitiva son quienes la conforman, construyen, destruyen y guardan o borran. El Museo de la Ciudad de San Miguel de Tucumán es hoy uno de los más modernos museográficamente y expográficamente, en nuestro país. La ciudad ofrece muchos museos con importantes colecciones. Si gustan de ver objetos, les recomiendo el Museo Casa Padilla, el Museo Histórico Provincial Nicolás Avellaneda, el Museo de la Industria Azucarera, el Museo de la Fundación Miguel Lillo, el Museo Nasif Estéfano, el Museo de la Iglesia de San Francisco, el Museo Folklórico Provincial, el Museo Arqueológico de El Cadillal e incluso el Museo Nacional Casa Histórica de la Independencia. En 50 años, los museos cambiaron, las ciudades y sus públicos. La veneración del objeto por su belleza, valores adjudicados, pertenencia y donantes son conceptos ya perimidos. Soy museólogo y responsable de la museografía del Museo en cuestión, que desde el inicio tuvo la premisa de proponer un modo distinto en el acceso al conocimiento, más acorde a la dinámica del presente en que vivimos y fuertemente vinculado a las nuevas tecnologías, como una manera de, además, captar a los jóvenes. La Casa, símbolo del patrimonio arquitectónico recuperado, es la protagonista principal en el guión museológico. Trabajamos desde la Municipalidad capitalina con un grupo de profesionales de excelencia, altamente capacitados y con una trayectoria amplia y celebrada. El resultado de este trabajo conjunto, no sólo fue el rescate de la casa y su puesta en valor, sino crear una institución cultural moderna que habla del pasado y el presente de esta ciudad con una rica historia, pero moderna y pujante. A la vez, espero que a quien nos brindó sus juicios de valor sobre las tareas realizadas, la mala experiencia no le quite las ganas de visitar otros museos. Para su suerte la oferta cultural de Tucumán es amplia y variada. No obstante, como profesional de la museología meditaré sobre lo expresado en esta nota.

Gabriel Miremont

Valentín, el valiente

Ante los momentos tristes por los que estamos pasando en Tucumán, como en todo el país, no quiero dejar pasar este hecho que me ha motivado a escribir: Valentín, etimológicamente proviene de “chiquillo o joven valiente”. Todo un caballero, dio su vida por salvar a una amiga, lo que habla de su estirpe, de la grandeza de ese crío que tanto nos enorgullece, de ese joven que perdimos, mientras seguirá gozando de la vida ese ser infernal. Y de nuevo un pueblo se organiza para reclamar justicia, con velas encendidas, frente a la casa de funcionarios o frente a una iglesia para orar. Y así, con todo el dolor del alma, seguimos semanas, tras semanas, repitiendo jornadas aciagas del mismo tenor. Lo que nos lleva a pensar si nuestros gobernantes, nuestros funcionarios, ¿nuestros jueces son hongos? Es decir, ¿no tienen familia? ¿Creen que por la seguridad que puede rodearles, la desgracia no va a tocar sus puertas? De ninguna manera es nuestro deseo de que así sea, pero me aterra esto que se comienza a escuchar desde hace un tiempo en la calle, esa oración laica fruto del horror y también de la venganza. El ¡ojalá les toque! ¿Eso debemos esperar, de que les toque, para que sientan en carne propia este largo martirio comunitario? Cómo será que nos vamos resignando, que casi no se escuchan voces; el miedo, como los asesinos, han ganado nuestras calles. El decir algo fuerte es apología, o es por ser adversario político; cómo será que cuando cae un delincuente, un grupo de vecinos de su misma laya hablan de atropello a ese venerable único sostén de madre viuda y excelente padre de tres hijos jóvenes: uno preso por asalto, otro abatido en la calle y el tercero que no puede recuperarse de la droga. ¿Qué nos está pasando? ¿Qué tenemos que hacer para que Dios nos ablande el corazón y ser más justos? ¿Qué debemos hacer para que doña Justicia despierte del sueño que padece? Creo que habrá que hacer otro Pacto de la Moncloa. Pido fervientemente a Dios, Padre de todas las criaturas, que la sangre de todos estos jóvenes, que no alcanzaron a vivir, sea el abono de una nueva justicia, de una nueva Patria.

Ricardo Rafael Sánchez Campos

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