Postergar el acto
03 Octubre 2018

Por Gabriela Abad

Psicoanalista

En estos casos la literatura siempre viene a nuestro auxilio, y lo tenemos al joven príncipe de Dinamarca, Hamlet, quien se pasa toda la obra posponiendo la misión de vengar a su padre. Se detiene a pensar y sus devaneos lo enredan. Se debate entre la inhibición del acto y la sucesión de actos locos que no lo conducen a su propósito. Para finalizar entregando la vida en el cumplimiento de su venganza.

Al igual que Hamlet los sujetos se llenan de obstáculos al momento de dirigirse tras sus más preciados anhelos, la psicopatología sitúa esta sintomatología del lado de las neurosis obsesivas, pero lo cierto es que no es de ella.

La inhibición es un fuerte resguardo contra la angustia. Llevar los sueños a cabo enfrenta al sujeto con sus limitaciones, las cosas nunca son tan perfectas como las pensamos, en la fantasía parece fácil, pero al materializarlas están nuestras incapacidades, dificultades, limitaciones, en definitiva, diría Freud nuestra castración. Delimitar, medir, dimensionar, lo que estamos dispuestos a dar y lo que no, nos enfrenta con nuestros lados más sombríos, y esto no es sin angustia.

Otra cara de lo mismo es entregarse en una imparable sucesión de actos locos, sin medir consecuencias, que al modo de la manía no lleva como a Hamlet, por derroteros de muchos fracasos. En esto no hay consejo posible, o manual de instrucciones, tal vez podríamos decir que soportar que lo que haremos no es fantástico, maravilloso y perfecto sino simplemente lo posible y con eso ya es bastante.

¡Pavada de tema la relación del hombre con su acto! También podemos agregar que hay instituciones tales como familias, escuelas, universidades, estados, etc., que ofrecen legalidades y liturgias para actuar, eso obviamente contiene y facilita este dificultoso equilibrio en los sujetos y sus actos.

Pero cuando más caóticos nos tornamos como sociedad, más frágiles estamos frente a nuestros actos, quizás por eso estos tiempos de caos nos paralizan. Pero por suerte a veces nos impulsan a encontrar la valentía para hacer un acto posible, para encontrar rumbo cuando todo parece estar perdido.


Tamaño texto
Comentarios
Comentarios