
EL ARTISTA Y SU OBRA. Tras seis años sin exponer en la provincia, Ricardo Abella trae su muestra de dibujos “Tran(sito)”.

Hace dos décadas que el destino llevó a Ricardo Abella a Europa, pero nunca se termina de ir de Tucumán. La identidad que forjó en la Facultad de Artes de la UNT con referentes como Ezequiel Linares, Aurelio Salas y Myriam Holgado está presente en su construcción artística, como se podrá apreciar desde este jueves cuando inaugure “Tran(sito)”, su muestra en el Shopping del Solar de Yerba Buena.
“Me trae Ana Petros, del Seminario Psicoanalítico de Tucumán, en una actividad de extensión; de ellos fue la idea de cruzarnos con otro tipo de manifestación cultural y artística”, adelanta el pintor, dibujante y grabadista, cuya última exposición en la provincia fue hace seis años en el Centro Cultural Rougés.
- Te fuiste primero a Italia, y luego te radicaste en Suiza...
- Nunca termino de irme, quizás porque soy muy lento (ríe). Mantengo relación con mis amigos artistas y con escritores locales en distintos proyectos. Siempre es un gusto volver. La primera vez que me fui llegué a Italia en los 80 con una beca Dante Alighieri, y estuve yendo y viviendo desde entonces. Ya me instalé en Berna, donde vivo.
- ¿Por qué el juego de palabras del nombre de tu exposición?
- Tal vez tenga que ver con el pasaje de un estadio a otro. Transitar no sólo es movilizarse, sino cambiar de estado, desplazarse en muchas formas. De alguna manera quiero ponerle palabras a mi obra, que es pura imagen. Es motivadora y disparadora de sentido, y me sirve para reflexionar sobre lo que estuve haciendo. El “sito” refiere al lugar donde se instala la obra. No es algo que traigo en una valija y cuelgo, sino que está pensada respecto al espacio que va a habitar, va a respetar el formato del lugar. Mi muestra anterior en Buenos Aires fue en el Centro de las Artes y se llamó “Transiciones”, donde relacionaba lo opaco con lo traslúcido para transitar entre la luz y la oscuridad, y traigo algunas de las piezas que expuse allá y otras nuevas.
- ¿Cuáles veremos?
- Voy a presentar los trabajos en papel traslúcido, siluetas dibujadas en grafito que pueden desaparecer con un fuerte golpe de luz y que se presentan y son evidentes a contraluz, incluso ya con algo tenue. Me interesa que no estén colgadas y enmarcadas en un muro, sino que el público pueda transitar entre ellas, rodearlas, recorrerlas, mirarles sólo el canto... Son espacios de pensamiento. Para mí, el dibujo es una forma de pensar.
- ¿Te interesa ponerles luz a las cosas para develar lo oculto?
- Es correcta esa visión. Según cómo miramos, aparecen distintas cosas. Como sociedad, estamos siempre en un aparecer y en un desaparecer, como es esta propuesta que presentaré. Si pudiera colgar una línea, lo haría. Yo mismo soy un fantasma que se fue, pero que está.
- Desaparecer tiene un inevitable contexto político en el país.
- Nuestra historia de los 70 y 80 nos mostró que han pasado cosas en las que desaparecer fue definitivo. Me marcó muchísimo, y sigo hablando de lo mismo en mi producción. Pasan los años, y siempre dibujo sobre esa idea; parece que hablo de una sola cosa.
- No te gusta definirte como un artista latinoamericano.
- Es que no sé si podría definir mi obra como latinoamericana, porque hay diferentes patrones en la región. Ser brasileño y ser argentino no es lo mismo, y por eso tengo dificultades en esa identificación. Aparte, soy heredero de lenguajes que fundaron mis maestros, a quienes admiro, que abrevaron en otros discursos estéticos que no eran necesariamente americanos. Empecé en la figuración, pensando que era un movimiento nuestro, pero ya estaba en Francia y en Italia. Resulta que éramos buenos divulgadores. No me quedé con ese tema porque lo que más me interesa es la fuerza referencial de la imagen, que evoca lo que no está, y no la figura.
- ¿Cómo está viendo Europa el arte argentino?
- Hay un mayor interés que antes en cuanto a la producción artística en general. La palabra plástica va desapareciendo de a poco. Hay muchos autores nuestros muy bien emplazados en las bienales y en las ferias internacionales, así como los lenguajes contemporáneos que se están trabajando, con la recuperación y resignificación del objeto o la performance. Pero estamos menos promocionados que los artistas mexicanos o brasileños.
- ¿Quiénes te atraen de los europeos?
- El suizo Thomas Hirschhorn está haciendo sus obras sólo reutilizando cosas ya fabricadas y que la sociedad desecha: cartón, cintas de plástico... Hay mucho pensamiento desde la semiótica y desde la filosofía sobre el valor de uso, que lo que utilizo fue fabricado por otro. La reflexión y la crítica del arte contemporáneo va por ese lado, como lo hace Pipilotti Rist en video.
- Te formaste en la UNT, donde egresaste en 1979. ¿Te preocupa el estado de la crisis universitaria actual?
- La educación y la salud son los pilares de la construcción de una sociedad. Se están abandonando y se cortan los presupuestos y los espacios para el arte. Hay un desinterés por la producción y se está perdiendo mucho de la identidad que se construyó.







