Murió el ex presidente de EEUU Ronald Reagan

El ex actor de Hollywood pasó a la historia como el hombre que logró dominar la Guerra Fría.

06 Junio 2004
Washington.- El ex presidente de Estados Unidos, Ronald Reagan, quien encabezó un movimiento conservador que transformó la política estadounidense, murió ayer a los 93 años, en su casa del distrito de Bel Air, tras haber luchado durante una década con la enfermedad de Alzheimer.
Reagan pasó a la historia como el hombre que hizo la contribución decisiva para el colapso de la Unión Soviética. Con su política de defensa y su retórica anticomunista avanzó en la Guerra Fría, pero también firmó acuerdos para la limitación de armamento y buscó el diálogo con Moscú. El presidente número 40 en la historia de Estados Unidos (1981-1989) es uno de los hombres más populares que hayan ocupado jamás la Casa Blanca.
A este ex actor de Hollywood, su talento para la retórica le valió el calificativo de "gran comunicador", y su pedido temprano de que se derribara el Muro de Berlín lo distinguió a posteriori como visionario. Tras una década de dudas como consecuencia de la Guerra de Vietnam y el caso Watergate, Reagan devolvió a los estadounidenses la fe en sí mismos y en su propio país.
Ni siquiera escándalos como la ayuda militar a Irán y a la contra nicaragüense afectaron significativamente su gran popularidad. Reagan, nacido el 6 de febrero de 1911 en Tampico (Illinois), fue elegido gobernador de California tras una carrera como actor de cine de segunda fila.
Como político republicano, insistió en que una posición de fuerza es la que después hace posible el acercamiento al adversario. Reagan afirmó siempre que sólo de esta forma logró alcanzar el primer acuerdo real de desarme para la eliminación de misiles nucleares de medio alcance con el último jefe de Estado de la Unión Soviética, Mijail Gorbachov.
Los que nunca creyeron en él como político le achacaron ser un hombre sin ideas o, lo que es peor, un hombre de una sola idea: acabar con el comunismo. Y lo mejor de todo fue que, dado su formidable sentido del humor, a "Ronnie" -como le dicen en EEUU- parecía no molestarle. A menudo se preguntaba si existía en el mundo algo más importante por lo que luchar. Pero demostró que lo había y convenció a sus conciudadanos, en 1967, de que iba a mejorar su nivel de vida, recortando sus impuestos y el tamaño de la burocracia. (Reuter-DPA-Especial)

EL OCASO DEL IDOLO
* EN FAMILIA.- Los médicos le habían diagnosticado en 1994 el mal de Alzheimer, enfermedad marcada por un progresivo deterioro mental. Desde entonces Reagan se mantuvo apartado de la vida pública. Su hija Patti Davis había dicho en diciembre que su padre pasaba la mayor parte del tiempo en cama. La esposa del ex presidente, Nancy, señaló por su parte que ya desde hace dos años su marido no la reconocía. (DPA)

* OIDOS TAPADOS.- Reagan supo hacer frente a escándalos como el de la venta ilegal de armas a Irán gracias a una inteligente sordera que lo atacaba justo en el momento oportuno. Sonreía, se colocaba la mano en la oreja y seguía caminando ante los gritos de los periodistas que querían interrogarlo sobre hechos que podían haberle costado la presidencia. Nunca contestó nada que no quiso y siempre dijo sólo lo que le pareció. Celebró contadas conferencias de prensa, concedió poquísimas entrevistas y, en muchos casos, brilló sólo por su humor y por sus discursos, tan impecables como sus trajes.

* EN CAMPAÑA.- Reagan luchó por el Despacho Oval en 1980 con el entonces presidente demócrata Jimmy Carter, un hombre que había colocado la inflación del país en los dos dígitos, que no supo lidiar con la Unión Soviética y que no pudo solucionar la crisis de los rehenes de EE.UU. secuestrados en Teherán. Con un discurso centrado en la "recuperación de una nación fuerte, vibrante robusta y viva", Ronnie consiguió en 1980 el 51% del voto popular, diez puntos más que Carter. (DPA)

* EL ESTUDIANTE.- Reagan se graduó en 1932 en Artes. Fue un estudiante normal, aficionado al deporte y al teatro, y se costeó la carrera con becas y esporádicos trabajos; entre ellos, uno de lavaplatos. La depresión económica que afectaba al país desde 1929 le impidió encontrar un buen empleo. Sus sueños de actor debieron esperar. Gracias a sus conocimientos deportivos, una emisora de Iowa lo contrató como cronista de fútbol. Pronto, la cadena NBC lo incorporó a su equipo permanente de locutores deportivos. (Especial)

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