
MIGUEL MATEOS. El cantante afirma que no le molesta interpretar una y otra vez sus principales hits.

UNA GRILLA ATRACTIVA
• Desde las 21 en la Sociedad Rural (Camino del Perú 1.850).
A Miguel Mateos, la presentación de esta noche en el Tucumán Music Festival (junto a otros aristas) lo toma en una etapa de transición, entre el cierre de la gira “Solos en América 30 años” y el comienzo de una nueva en octubre. Los números de sus 35 años de carrera son tajantes: 18 producciones, 7.000 shows de Ushuaia a Chicago y 5 millones de discos vendidos. Comenzó con “Zas” en 1979 y prepara “Show Rock an rol: un, dos, tres, qua”. Difícil que alguien no conozcan temas como “Llámame si me necesitas”, “Solos en América”, “Es tan fácil romper un corazón”, “Cuando seas grande” o “Tirá para arriba”.
“Ahora disfruto mucho más de la música que antes, de los shows, de mis estudios; tal vez porque, con otra edad, esta época no es como los 80”, le dice a LA GACETA durante una entrevista telefónica en la que insiste en criticar duramente el reggaetón.
- Sos un sobreviviente de esos vertiginosos años.
- Un sobreviviente de ese tiempo sí, que fue una gloria; una época riquísima que hoy se visita y revisita. No cuento la cantidad de shows que llevo hechos, pero han sido muchísimos, de Chicago a Ushuaia. Hoy me divierto y la paso mejor que en aquella época, tal vez porque pasó tan fugazmente, con mucho vértigo como vos decís. Ahora tengo otra visión y otra edad, por supuesto. Se disfruta más, porque si algo hice es estar protegido por la música, que es una pasión para mí. Lo hago estudiando y componiendo. Por eso las canciones son las mismas que antes, pero ahora están mejor interpretadas, con más intensidad. Logré tener una cohesión artística y enriquecedora. Incluso, las versiones de hoy me gustan más que las de años atrás; ahora me llegan de otra manera. De todos modos, te aclaro que compongo dos o tres temas cada par de años.
- ¿No te cansa volver a cantar lo mismo, que el público te pida los hits?
- Me siento orgulloso de que me lo pida la gente. Sé que a algunos artistas les molesta, pero no me pasa a mí; disfruto que me pidan los clásicos. Ni loco tendré problemas con eso. Escuché a Paul McCartney decir: “hay gente que viene y que paga U$S 120 de entrada para que cante ‘Yesterday’. ¿Cómo no voy a cantar ‘Yesterday’?”. Si lo dice este tipo... Me siento realmente un privilegiado, tengo que ser un agradecido. La gente se suelta muchísimo y baila en los palcos y en las plateas, y eso ha sido una constante en mis shows a lo largo del tiempo. Es encomiable que siga sucediendo.
- ¿Tu público es adulto?
- Van parejas con sus hijos, pero te sorprendería ver cómo también hay jóvenes en mis recitales, que se conocen las letras de mis canciones y a los que se los ve muy animados.
- Me decías que lo tenés en la mira al reggaetón...
- Para mí es una dura lucha entre el rock y el reggaetón y su régimen. No me gusta nada esa prepotente misoginia y he salido con los tapones de punta. El rock está perdiendo 3 a 0 contra el reggaetón, es necesario defender el género y hacer cambios para revivirlo de nuevo. Es bueno que todos los géneros musicales convivan, pero no me veo escribiendo una canción en la que se diga “vamos al baño los cuatro”. Desde los 90 escribo letras contra el abuso de género y no puedo defender una música que, de algún modo, alienta eso.
-¿Qué canciones han sido un gran éxito para vos?
- Son canciones más oscuras, poco conocidas y no tan difundidas: “Plata o mierda” (compuesta en 1998) o “Rock libre” (de 2011).







