20 Agosto 2018
TOMÁ RECAUDOS. Las frutillas son algunas de las frutas que pueden congelarse para ser usado luego para licuados.
El invierno comienza a despedirse lentamente y las tardes primaverales avanzan progresivamente por estas latitudes. A excepción de este fin de semana, el calor comienza a hacerse sentir y una rica fruta al sol es uno de los clásicos de las siestas tucumanas. Sin embargo, a medida que se pone más caluroso, mayor es la probabilidad de que nuestra compra se vea afectada y se descomponga más rápido. Es por eso que te acercamos seis consejos para evitar que la fruta se arruine y se conserve bien durante más tiempo.
1- Guardala en un lugar adecuado
No toda la fruta va en la heladera. Hay algunos alimentos, como las frutas tropicales, que es aconsejable conservar afuera. En estos casos, lo mejor es elegir un lugar fresco, seco y alejado de la luz, ya que el calor y la humedad acelerarían su deterioro. Es importante en estos casos no comprar fruta que ya se encuentre en un avanzado estado de maduración, a menos que vayas a consumirla en las próximas horas.
2- Quitale el envoltorio
Las frutas se conservan mejor por separado, dejando suficiente espacio entre ellas y fuera de las bolsas de plástico o envoltorio que las contienen. Sólo en algunos casos, cuando lo que se quiere es acelerar el proceso de maduración de determinadas frutas como las paltas, se deben dejar fuera de la heladera y envueltas en papel, informó el diario "El Mundo".
3- Separá la fruta según maduración
Durante su proceso de maduración algunas frutas, como las manzanas, desprenden gas etileno, cuya cantidad aumenta a medida que la pieza empieza a deteriorarse. Cuando este gas alcanza a otras frutas cercanas puede hacerlas madurar más rápido de lo deseado y acelerar su deterioro, por lo que si contamos con una pieza demasiado madura es importante que no la mezclemos con el resto.
4- Utilizá el cajón especial
El apartado especialmente diseñado para favorecer la conservación de los nutrientes y propiedades de la fruta y la verdura ayuda a triplicar el tiempo de consumo óptimo de los productos. Además, gracias al control de humedad que tienen los últimos modelos del mercado permiten ajustar este parámetro a las condiciones idóneas, ya que por ejemplo la fruta necesita mayor grado de humedad que la verdura.
5- Lavalas y cortalas antes de consumirlas
Es importante lavar la fruta antes de ingerirla pero tan sólo si pensamos comerla justo después. Si lo que pretendemos es guardarla en la heladera es conveniente no introducirlas mojadas o húmedas, ya que aceleraría su deterioro. En el caso de que queramos introducirla cortada pasaría algo parecido, ya que se precipitaría la oxidación del alimento. Si aun así queremos hacerlo, un truco a utilizar es rociar los trozos resultantes con limón, un potente antioxidante natural, y guardarlos en tuppers o bolsas herméticas.
6- Optá por la congelación
Si no vas a poder consumir toda la fruta comprada en un estado óptimo de maduración podés optar por congelarla. Hay determinados tipos, como los frutos rojos, el melón o el ananá, que son más aconsejables. Lavalas, cortalas en pequeños trozos y retirá todas las partes no comestibles (como las semillas). Una vez hecho esto, podés guardarlas en tuppers o bolsas herméticas y ponerlas en el freezer.
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