El Zorro en Tucumán

El Zorro en Tucumán

Hace 40 años, Guy Williams visitó LA GACETA en un momento de quiebre de su carrera y de su vida. Decidía radicarse en la Argentina y se frustraba su último proyecto. La serie que lo hizo famoso en el mundo solo se grabó durante tres años, a fines de los 50, pero sigue siendo un éxito sorprendente en la televisión argentina actual.

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19 Agosto 2018

Por Daniel Dessein

PARA LA GACETA - TUCUMÁN

El 12 de septiembre de 1978 Guy Williams, el protagonista de “El zorro”, recorría Tucumán. Esa tarde se presentaría en el entonces flamante Palacio de los Deportes junto a Fernando Lúpiz, un joven campeón nacional de esgrima con el que se batía a espada.

Williams llegó a LA GACETA algunas horas antes de la función. Decenas de chicos lo esperaban disfrazados como su personaje para participar de un certamen en el que el actor elegiría al mejor “zorro”, después de una entrevista con periodistas del diario.

Mi padre, en esos años director de LA GACETA, había logrado lo inconcebible. Hacerme atravesar la pantalla y sentarme cara a cara, en la previa del reportaje, con el ídolo de los chicos. Todos seguíamos las aventuras del enmascarado, cada tarde, en el único canal de televisión que tenía la provincia. Y casi todos teníamos una espada de madera, una capa improvisada y un antifaz de tela negra con el que jugábamos a ser él.

El recuerdo seguramente está distorsionado por el paso del tiempo pero hay destellos en mi memoria que me parecen verosímiles. La cara de Williams en la foto está despojada de su sonrisa habitual y en la mía también está ausente una esperable expresión de emoción o asombro. Guy parece reflejar cierta fatiga por las rutinas promocionales del proyecto que tenía entre manos. De la expresión de mi cara puede inferirse desconcierto, quizás desilusión, acompañados por una razonable inhibición ante la presencia del actor, el fotógrafo y los testigos de la escena.

El Zorro en Tucumán

De Hollywood al circo

Habían pasado casi dos décadas desde la última emisión de la serie en Estados Unidos. Fueron solo 82 episodios, emitidos entre 1957 y principios de 1960 con una audiencia que llegó a los 35 millones de televidentes, interrumpidos abruptamente por desacuerdos entre Walter Disney y la cadena ABC. El zorro tuvo 26 puntos de rating en su año de estreno con un costo promedio por capítulo de un equivalente a 600.000 dólares actuales, lo que la convertía en la serie más cara de su época (un capítulo promedio de la serie de mayor rating en 2017 -The Big Bang Theory- tuvo un costo medio 16 veces superior con un porcentaje de audiencia inferior al 50%).

Guy Williams, en su visita a Tucumán, se acercaba a los 55 años y su carrera en Hollywood había quedado archivada varios años antes, luego de una serie de fracasos, papeles secundarios y falta de ofertas. Gerenciaba un negocio gastronómico en California cuando, en 1973, un enviado de Canal 13 le ofreció viajar a Buenos Aires para potenciar el éxito que allí tenía su serie. A partir de entonces comenzó, en los años subsiguientes, a viajar con frecuencia a Buenos Aires.

A fines de los 70, el actor se estaba instalando en la Argentina, donde se enamoraría de una mujer por la que dejaría a su esposa. En 1978, Williams había representado a su popular personaje en un centenar de funciones del circo Real Madrid en Mar del Plata y, después de roces con sus dueños, se embarcaba en una gira con espectáculos autogestionados por el interior. Llegaba a Tucumán después de haber sido estafado en un show en Catamarca. Cuando los periodistas de LA GACETA le preguntaron por sus proyectos, contestó que en pocas semanas empezaría el rodaje de una película sobre el Zorro en el Norte argentino. Sería el último gran proyecto de su vida. Palito Ortega analizaba financiar el film pero, por diferencias referidas a los costos y al elenco, quedaría en la nada. Diez años más tarde, Williams moría solo, en su departamento de Buenos Aires. En su entierro se congregaría un pequeño grupo de personas.

La estrella detrás de las estrellas

El Guy Williams que conocí no hablaba como el Zorro de la tele; tenía otro tono de voz y un castellano contaminado por el inglés de su país y el italiano que había aprendido de sus padres. Tampoco tenía la simpatía ni el carisma del personaje. Diego de la Vega era el Zorro. Guy Williams ya no lo era.

Mi abuelo paterno enseñaba astronomía y me contaba que algunas de las estrellas que veíamos en el cielo se habían extinguido mucho tiempo atrás. Hoy entiendo que eso le pasaba a Guy Williams en Tucumán. Perseguía, en el otro extremo del planeta, la luz residual y menguante de su apagada estrella.

Hoy me sorprendo viendo a mis hijos de siete y cuatro años fascinados con los capítulos de “El zorro”. Todos los mediodías, y desde hace varios años, Canal 13 de Buenos Aires junto a canales del interior como el 10 de Tucumán, transmiten la serie con un rating promedio de medio millón de televidentes que suele liderar su franja horaria. Allí, Guy Williams es la estrella que brilla con la misma intensidad con que la veían millones de chicos norteamericanos que hoy son abuelos, con la que la percibía yo hace 40 años en Canal 10 o la que hoy encandila a quienes están empezando a vivir.

© LA GACETA


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