Para Osvaldo Bazán “el prejuicio es no saber, pero creer que uno sabe”

Para Osvaldo Bazán “el prejuicio es no saber, pero creer que uno sabe”

El escritor y periodista estará esta noche en “...Y un día, Nico se fue”, la obra que escribió junto a Ricky Pashkus y Ale Sergi. Sorprendido con el talento local.

PROTAGONISTAS. Matías Rotger y Mariano Juri encabezan el elenco de la puesta de “...Y un día Nico se fue”. PROTAGONISTAS. Matías Rotger y Mariano Juri encabezan el elenco de la puesta de “...Y un día Nico se fue”.
05 Agosto 2018

FUNCIÓN ESPECIAL

• A las 21 en el teatro municipal Rosita Ávila (Las Piedras al 1.500, ex Abasto).

“Los prejuicios se vencen sólo superando la ignorancia. Recién cuando conocés te podés meter en los zapatos del otro; si no, es imposible. Cada persona con la que te cruzás en la calle tiene una historia que no sabés, tiene un pasado, sus problemas, su vida. Sólo ves su reacción, que es el final de un proceso”, sostiene Osvaldo Bazán.

El escritor y periodista participará esta noche de una función especial de su musical “...Y un día, Nico se fue”, la propuesta que dirige Sebastián Fernández en el teatro municipal Rosita Ávila. El trío autoral de la obra lo completan Ricky Pashkus y Ale Sergi. De algún modo, será el anticipo de su cumpleaños 55, que festejará el martes. Como invitado especial de hoy para la lectura de un texto estará Bernardo Erlich.

Para Osvaldo Bazán “el prejuicio es no saber, pero creer que uno sabe” › POR todos los medios Desde 1984, Osvaldo Bazán trabaja como periodista en radio, televisión y diario. Comenzó en Rosario (luego de un paso por la Universidad Nacional de La Plata) y en 1996 se radicó en Buenos Aires. Fue columnista en Página/12, Perfil, Noticias, Veintitrés, Todo Noticias, Crítica de la Argentina y Radio Mitre.

Antes de llegar al escenario, la obra comenzó como una novela con tintes autobiográficos, ya que Bazán la escribió a poco de terminar una relación con otro hombre. El autor del texto estaba al tanto del proyecto tucumano desde antes de comenzar los ensayos, ya que acompañó a Pashkus en el casting que se hizo para elegir al elenco. “Pero no tuve nada que ver con la selección, me metí de puro chusma para ver quiénes se presentaban y me sorprendió el nivel artístico que hay en Tucumán. Cuando se acercaron a pedirnos la autorización nos sentimos muy contentos y orgullosos, y lo primero que dijimos es que tenían que hacerla como quisieran, porque lo nuestro fue sólo el puntapié inicial”, agrega.

- ¿Por qué no esperabas el nivel de los artistas locales?

- No esperaba ver a tantos jóvenes que pueden cantar, actuar y bailar. Me alegró muchísimo saber que tienen tanto potencial artístico. Hace algunos años era imposible incluso en Buenos Aires y es evidente que el género creció muchísimo. No soy un seguidor del musical; cuando me reuní con Pashkus para empezar nuestro proyecto, le dije que creía que los musicales eran para pelotudos. Me contestó que podía ser, pero que no solamente. Ahí me saqué un montón de prejuicios que tenía.

- Prejuicios que nos invaden por todos lados...

- El prejuicio es no saber, pero creer que uno sabe, decir que algo es así porque sí y punto. Si alguna vez una persona no se hubiese puesto a pensar que la Tierra giraba alrededor del Sol, todavía seguiríamos imaginando que está sobre cuatro tortugas. Viajar es una manera de sacarte los prejuicios de encima. Si no iba a Tucumán y veía a todos esos artistas, nunca hubiese pensado que había tanto talento.

- ¿No tuvieron ninguna incidencia en la puesta?

- No, para nada. Tengo muy buenos comentarios y me muero de curiosidad por ver lo que hacen los chicos sobre el escenario. Es una historia vivida y escrita hace mucho tiempo; se editó hace 18 años pero es anterior. Las cosas, el país y todo han cambiado desde entonces, la región es diferente y me interesa ver qué mirada tienen desde Tucumán. No hacemos un negocio con esta obra, ni vendemos una licencia o una puesta. El viernes se la estrenó en Guayaquil, Ecuador, y para el próximo año se anuncia en Chile, cada una con su propia versión.

- ¿Se cambió para mejor?

- En algunas cosas, definitivamente sí. Por ejemplo, en lo referido a la diversidad sexual, pero vemos que todavía falta avanzar bastante. Hay amigos que me dicen que si la obra fuese “Y un día Nico abortó”, no se podría hacer en Tucumán. Así y todo, la Argentina está muy avanzada respecto de otros países latinoamericanos.

- Tu texto parte de tu propia vida...

- Se basa en cosas que viví en Rosario en los 90, cuando rompí con mi pareja de ese momento. A la mitad de la historia que escribí, la gente se olvida de que es una relación homosexual, porque hablo de personas, porque “el amor es más fuerte”, como se cantaba en “Tango feroz”.

- Más allá de la tristeza del final de un vínculo, no está narrada como un drama.

- No, hay distintos momentos como te pasa en la vida real; cuando te dejan, te dejan. No me pongo en el lugar de víctima ni del llanto. Podemos reírnos de algunas cosas que nos pasan: es más, debemos hacerlo porque es lo más sano posible, es terapéutico. Una mirada sobre lo que me pasó puede ser divertida y se puede compartir con mucha gente, que se queda pensando en lo que vio. A las funciones que hicimos con nuestro elenco iban chicos y chicas con sus padres para que entiendan lo que estaban pasando. Una mujer me abrazó a la salida de una representación en Buenos Aires y me dijo que tenía una sobrina lesbiana que se había ido a vivir a Tierra del Fuergo y que lo primero que iba a hacer es llamarla para pedirle perdón.

- ¿Volviste a verte con Nico?

- No hablo de mi vida privada (ríe). Sólo escribo comedias musicales y es mi mirada de lo que pasó. Todo el mundo se queda con mi versión. Por suerte, Nico no escribió la suya, porque sería terrible lo que podría contar (más risas, más fuertes).

- ¿Es una obra orientada para un determinado grupo social?

- No, nunca acepté que me pusieran en un ghetto y no voy a ponerme yo solo ahí adentro. No escribí para un grupo específico. Vivo rodeado de un montón de gente; alguna es homosexual, otra es heterosexual y otra, lo que fuere. No sé ni me importa la orientación sexual de cada una, son simplemente personas. No todos los homosexuales ni todos los heterosexuales son iguales.


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