Un ataque a la libertad de prensa en 1943

Un ataque a la libertad de prensa en 1943

LA POBLACIÓN DE TUCUMÁN. El censo realizado en la provincia había dado datos interesantes sobre la situación demográfica en los años 1940.  LA POBLACIÓN DE TUCUMÁN. El censo realizado en la provincia había dado datos interesantes sobre la situación demográfica en los años 1940.
30 Julio 2018

Manuel Riva | LA GACETA

Julio de 1943 se presentó intenso en la provincia y en el mundo. Tucumán fue el epicentro de las fiestas por un nuevo aniversario de la Independencia mientras el orbe comenzaba a ver el inicio del fin de las aspiraciones de Adolf Hitler de dominar el mundo. El 26 nuestro diario anunciaba la renuncia del dictador italiano Benito Mussolini. Por esos días se anunciaba que los tucumanos alcanzábamos a ser 607.762 de los cuales unos 310.000 eran varones. Las mujeres sumaban poco más de 296.000.

CAE EL DUCE. Julio de 1943 fue el principio del fin para las fuerzas del Eje tras el desembarco aliado en Sicilia y el final de Mussolini. CAE EL DUCE. Julio de 1943 fue el principio del fin para las fuerzas del Eje tras el desembarco aliado en Sicilia y el final de Mussolini.

Ese mismo mes ocurre un hecho inédito en la historia de nuestro diario: el día 29 nuestra edición no salió a la calle debido a una “resolución gubernativa”. En una pequeña noticia en la edición del 30 y bajo el título “LA GACETA no apareció ayer” se anunciaba: “comunicamos a nuestros lectores de la Provincia y zona norte que por primera vez en 31 años de existencia, el diario no apareció ayer” y agregaba: “el decreto de la Intervención Nacional que así lo dispuso, expone como fundamento la publicación de la crónica del paro obrero, aparecida en la página 5 de nuestra edición de anteayer”.

AVISO A LOS LECTORES. Nuestro diario por primera vez en 31 años no salió de la imprenta debido a una resolución gubernamental. AVISO A LOS LECTORES. Nuestro diario por primera vez en 31 años no salió de la imprenta debido a una resolución gubernamental.

En Tafí Viejo

La noticia que había generado aquel ataque a la libertad de prensa por parte de la dictadura que había tomado el poder el 6 de junio de ese mismo año, fue la referida al paro que habían iniciado los trabajadores de los talleres ferroviarios de Tafí Viejo, pertenecientes a los ferrocarriles del Estado. La información señalaba: “el paro amenaza con prolongarse indefinidamente”, y en el sumario explicaba: “el movimiento tiene origen en la negativa de la administración a conceder autorización para que una delegación viaje a entrevistarse con el presidente de la República”. Los trabajadores querían llevar sus pedidos (que consistían en un aumento del valor de la hora de trabajo, más días de vacaciones, respeto por el escalafón, “que contemple los méritos de cada uno” y que se regularice la situación de trabajadores “supernumerarios” con 10 años o más de antigüedad) hasta el propio presidente Pedro Pablo Ramírez.

Esta cobertura periodística incluyó fotos de las acciones en las puertas de los talleres, y sufrió los intentos de ser impedida por las fuerzas policiales enviadas por el interventor provincial, Juan Rogelio Alvelo. El relato del movimiento de protesta anunciaba: “así fue que a la hora señalada a los gritos de ¡Viva la Patria! ¡Viva la Revolución!, más de 2.500 obreros abandonaron sus respectivas secciones y se dirigieron en masa hasta las playas que dan al frente del edificio de la jefatura”. El personal se mantuvo en la planta sin abandonarla ante posibles represalias. En estas circunstancias, “frente al portón principal se produjo una incidencia que pudo derivarse en un grave desorden, de no mediar la enérgica intervención de los empleados. Ocurrió que algunos obreros en huelga quisieron impedir la salida de un empleado y la policía que custodiaba el portón creyó que se trataba de una agresión, razón por la cual entraron varios agentes uniformados. Se produjo un breve tumulto que, felizmente, no tuvo mayores consecuencias”. La respuesta de las autoridades del taller fue que se les negó la licencia y el pase para viajar debido a que el petitorio de los trabajadores ya se encontraba en la secretaría de la Presidencia de la República. La situación tendió a normalizarse en los días posteriores, pero la relación entre la intervención y la prensa costó tiempo en recuperarse.

Datos censales

Volviendo al censo, el desagregado por departamento indicaba que San Miguel de Tucumán era el municipio más poblado con alrededor de 168.000 habitantes de los cuales unos 83.600 eran varones y 84.300, mujeres. Por entonces había 11 departamentos y en segundo lugar se ubicaba Cruz Alta con casi 80.000 pobladores. En tercer lugar estaba Famaillá con 67.225, le seguía Monteros con 65.000 y en quinta posición, Chicligasta con 55.000. Cerraba la lista Trancas con apenas 12.500.

LA POBLACIÓN DE TUCUMÁN. El censo realizado en la provincia había dado datos interesantes sobre la situación demográfica en los años 1940. LA POBLACIÓN DE TUCUMÁN. El censo realizado en la provincia había dado datos interesantes sobre la situación demográfica en los años 1940.

Otro dato que llamó la atención entonces sobre los datos del primer semestre de 1943 era la cantidad de hijos “ilegítimos” que alcanzaba casi la mitad del total de nacimientos. Los datos del Registro Civil indicaban que los “nacimientos, según sexo y condición civil: legítimos: varones 2.800 y mujeres 2.710. Total 5.510. Ilegítimos: varones 2.409 y mujeres 2.409. Total 4.818. Total de nacimientos: 10.328”. De tal manera que el 53,55% era ilegítimo.

Según aquellos datos estadísticos: “la mortalidad infantil, menores de un año: varones 669 y mujeres 636. Total 1.305. Con respecto a los nacimientos el porcentaje de las defunciones infantiles es de 12.63. En este aspecto como se ve la Provincia ha conseguido en los últimos considerables progresos sanitarios”.

Los actos patrios

Las fiestas del 9 de julio se llevaron a cabo en la plaza Independencia, pero las honras a los próceres de 1816 no se realizaron en la Casa Histórica, ya que se encontraba en la etapa final del proceso de remodelación. Se había derribado el edificio realizado en 1904 bajo el gobierno del presidente Julio Argentino Roca y que albergaba el Salón de la Jura, única parte de la edificación original que se mantuvo en pie. En los actos de julio no hubo representantes del Poder Ejecutivo Nacional y la máxima autoridad fue el interventor federal, coronel Alvelo, que leyó su mensaje desde los estudios de Radio Aconquija. La emisora había puesto al aire una programación especial que comenzó a primera hora del día “propalando” música folclórica. Luego transmitió la sucesión de actos de la jornada. La reforma de la Casa Histórica, que le dio el aspecto que actualmente luce, recién se inauguró el 24 de septiembre de 1943 para los festejos en honor de la Batalla de Tucumán. En esa ocasión asistió el general Ramírez.

La Segunda Guerra

Al mismo tiempo que el país vivía momentos complicados, la guerra en Europa iba cambiando de dirección haciéndose favorable a los aliados. Estos habían logrado desembarcar en Sicilia y comenzaban a recuperar terreno. En menos de 20 días caía Mussolini, que era reemplazado por Pietro Badoglio. Este desde un principio se opuso al acuerdo con los nazis. En Rusia las cosas viraban en favor de los nacionales, que tras el triunfo en Stalingrado (actual Volgogrado) detenían el avance alemán. En febrero de 1943 tuvo lugar la Operación Urano por parte del Ejército Rojo. Ya en julio se produce la famosa Operación Ciudadela, el último contraataque germano en el frente oriental mientras que la respuesta soviética determinó el repliegue de las tropas del Eje. El punto clave fue la batalla Kursk, considerada el mayor enfrentamiento bélico de la historia. Puso frente a frente a más de 3 millones de soldados, más de 6.000 tanques y más de 4.400 aviones.

Otro de los hechos trascendentales de aquel mes fue la caída del Duce tras más de 20 años en el poder. Nuestro diario expresaba: “repentinamente, sorpresivamente, han finalizado 21 años del primer dictador del mundo”, además de evaluar: “es, sin disputa, una de las más grandes figuras de la época. No tan solamente por cuanto ha constituido para su patria, sino por cuanto ha significado para el mundo, de un mundo envuelto en el caos de la más espantosa de las tragedias y a la cual Mussolini no fue ajeno”. En otro tramo agregaba: “la historia ha de escribir, andando el tiempo, las páginas que sólo el avenir tiene el derecho de grabar con los altibajos que la vigorosa personalidad de este conductor de multitudes deja para el análisis de la posteridad”.

La tapa del 26 de julio mostraba distintos aspectos de la vida del líder fascista. Mussolini era, en julio de 1943, un hombre de 60 años, enfermo y en decadencia, muy alejado del personaje heroico que había impuesto dos décadas antes la primera dictadura fascista de la historia. Los mismos que lo habían llevado al poder, el rey, los militares y los hombres de negocios, buscaban desde comienzos de ese año la mejor forma de sacar a Italia de su aventura desastrosa en la II Guerra Mundial y de poner fin a la fatal alianza con la Alemania de Hitler.

Pocos dirigentes fascistas y compañeros de viaje de Mussolini creían ya en la victoria alemana y en la grandeza que esa victoria proporcionaría a Italia. La mayoría de ellos había perdido el respeto al Duce y tramaban la mejor forma de derrocarlo. El desembarco de las fuerzas aliadas en Sicilia, el 9 de julio de 1943, forzó el desenlace de la crisis.

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