Por Lucía Lozano
29 Julio 2018
EL DÍA DEL SÍ. Arriba, el casamiento de Franco y Celina; abajo, la pareja se muestra feliz.
Caso 1:
Franco Yanotti (31) y Celina Mora (30) pasaron del like en el celular a amarse en la vida real. ¿Cómo lo hicieron? ¿Tuvieron miedos? ¿Hubo desconfianzas en el primer encuentro? “Fue todo muy normal”, cuenta el joven licenciado en Comunicación Social. Y eso que en 2014, cuando se conocieron, había más prejuicios que hoy entorno a estas plataformas.
Fue en enero, recuerdan. Ambos habían elegido Tinder por consejo de sus amigos. “Descargalo que está buenísimo para enganchar”, le dijeron a Franco una calurosa tarde pileta. Él no dudó mucho. Cargó sus datos y acotó las posibilidades de conocer a una chica a siete kilómetros de distancia. Un rato después aparecieron cinco opciones; entre ellas, estaba Celina (diseñadora de ropa). “Fue pura casualidad porque de hecho su casa estaba a más de siete km de la mía; pero ese día ella estaba visitando a una amiga”, cuenta él, que fue el primero en darle el like. Ella le respondió esa misma tarde.
“La verdad es que yo me había sumado a Tinder para molestar. Por distintas situaciones de la vida no tenía intenciones de conocer a nadie. Pero se dio y con Celina empezamos a chatear. Enseguida me di cuenta que había feeling y planeamos un encuentro en un bar. A la semana ya la extrañaba si no hablaba”, admite Franco. “A mí me encantó ella; siempre fue como distinta a otras chicas: graciosa, emprendedora en todos los sentidos, despojada de prejuicios”, describe.
Franco reconoce que, antes, las aplicaciones para citas estaban mal vistas. “Era como que estabas ahí para enganchar y pasar una noche, sin demasiados compromisos. Sin embargo, a mí no me pareció que era así; valoro más las posibilidades que te dan de conocer gente que está más allá de tu entorno y que por lo tanto difícilmente conocerías”, evalúa.
Dos años y medio después de aquel “stalkeo” y posterior “match”, se casaron en una gran fiesta. Y el 1 de diciembre pasado nació Luca, el primer hijo de la pareja. Así que, volviendo a la pregunta ¿se puede conocer el amor en una aplicación?, Celina y Franco aseguran que sí.
Al hablar de las ventajas, él destaca el hecho de que está bueno al principio hablar sin compromisos, “sin estar pensando cómo hago para irme si no me gusta”. “También me parece un medio ideal para alguien nuevo en una ciudad… debería servir también para conocer amigos”, opina.
¿Y la seguridad? No es lo mismo “un amigo de un amigo” que una foto con un nickname en una app. “Sí, es cierto eso. No pensé que era un perfil inventado… pero puede pasar. Hay que tener cuidado con las cuentas falsas. Creo que lo mejor que se puede hacer es buscar la mayor cantidad datos de la persona en Facebook, fijarse si publica fotos genuinas, si aparece con amigos, hacer como una mininvestigación antes de dar cualquier paso”, sugiere.
Caso 2:
Fernando (nombre ficticio) encontró una pareja recientemente, luego de varios años sin poder encontrar “la chica ideal”. A sus 41 años se había dado cuenta que tantos años dedicados a su profesión (es contador) lo habían alejado de lugares en los que podía conocer a alguien. Hace un año recurrió a una aplicación de citas. El amor, entonces, le abrió la puerta. “Estamos saliendo y la verdad es que le veo mucho futuro a esta relación. Siempre fui muy tímido así que esto me ayudó un montón. No es lo mismo encarar a alguien en persona que escribiendo por un chat. A ella le pasaba lo mismo que a mí; pegamos muy buena onda”, resalta. Cuenta que antes de encontrar a su actual pareja vio muchas personas que buscan una segunda oportunidad en estas plataformas. “Lo cual me parece buenísimo. Me pasó hablar con personas que después de mucho tiempo en una relación no tienen la oportunidad de salir a algún lugar a conocer a alguien y las Apps les dan esa posibilidad”, describe. Y al contestar la pregunta si es posible hallar el amor on line dice rotundamente que sí: “lo único que cambia es el lugar de encuentro; en este caso es virtual, pero eso no significa deba ser menos real… si conocés a alguien siempre corrés el riesgo de enamorarte”.
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