Tomar la calle de vuelta

15 Julio 2018

De Marcelo Barrionuevo.-

«Y llamó a los doce y comenzó a enviarlos de dos en dos, dándoles potestad sobre los espíritus inmundos...”.

Jesucristo formó el colegio apostólico y los envió a la calle, a salir, o como diria el papa Francisco (foto), a vivir una Iglesia en salida al mundo. Es un envío imperativo de parte de Jesús, sus discípulos son mandados a anunciar el evangelio de la vida en todos los rincones del mundo y de la existencia.

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Desde aquel envío histórico en las tierras de Galilea, la Iglesia a lo largo de los siglos sigue el mandato de su Maestro; ella quiere ser fiel y por eso anuncia y denuncia desde la Palabra del Señor, envía a sus misioneros a predicar en todos los rincones geográficos y existenciales donde vive el hombre. Hoy debemos renovar este compromiso de misión, se trata de recuperar el espíritu de misioneros de la vida siendo callejeros de la vida.

“Y les mandó que no llevasen nada para el camino, ni pan, ni alforja, ni dinero en la bolsa, sino solamente un bastón...”. Cuando la Iglesia sale a predicar, a evangelizar, a misionar sólo lleva un mensaje, el de Jesuscristo. Mas allá de las diversas realidades históricas por las que pasó la Iglesia, siempre se mantuvo fiel en anunciar la única verdad sobre Dios, sobre el hombre y sobre el mundo desde la persona de Jesucristo. Es su única riqueza y no tiene otra para dar.

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Hoy la Iglesia nos sigue convocando en nombre de Jesús. Nos llama a retomar las calles y no quedarnos sólo en los templos. Retomar las calles implica salir, caminar, organizar, participar en todo aquello que contribuya al proceso de conversión de la vida personal y de cambio social.

Las calles simbolizan el mundo de la vida de la gente, es expresión de la vertiginosidad de las realidades humanas a santificar.

Retomar la calle es el escenario que todo cristiano tiene en sus manos y allí representar y testificar la belleza del evangelio de la Vida.

“Y si en algún sitio no os reciben ni os escuchan, al salir de allí sacudid el polvo de vuestros pies en testimonio...”. La calle a veces se presenta dura y adversa al mensaje de Jesús. No obstante hemos de trabajar en la adversidad. No son tiempos fáciles para la Verdad. Ni para el Bien y menos para la Vida misma del hombre; a pesar de ello hemos de retomar la confianza de que la Palabra del Señor producirá frutos a pesar de las dificultades.

En Argentina hoy nos toca evangelizar la Vida. Es decir salir a la calle a manifestar el valor intangible e irrenunciable del don de Dios que supone cada vida humana por nacer, por vivir y por morir en su término natural. Es de tal gravedad que no podemos callarnos y esperar que nos sometan a un estilo de vida donde algunos viven y otros son descartados. En Argentina nadie sobra y no hay sobrantes descartables.

Nuestra Misión es tomar las calles de la Vida para defender la vida que viene en el seno materno como toda vida humana... ¡porque toda vida vale!

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